Una relación saludable

El Proyecto Peraj conecta a un

joven con un niño vulnerable

El Proyecto Peraj conecta a un joven con un niño vulnerable

Rosa Gueller presentó la nueva edición del programa. Explicó que las docentes de los niños que participan del Peraj notan un cambio y un mejoramiento en el rendimiento académico. Foto: Luis Cetraro

Uno de los objetivos es fortalecer la autoestima del niño con carencias económicas, sociales y afectivas. El tutor, que es un joven universitario, pasa 4 horas por semana con él. Le enseña juegos de mesa, lo lleva al cine y lo ayuda con las tareas.

 

De la Redacción de El Litoral

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Este es el quinto año que en nuestra ciudad se desarrolla el Proyecto Peraj (en español, “flor”), un programa originado en Israel en el año 1975 que busca vincular a estudiantes universitarios que necesitan un apoyo económico para sus estudios con escolares en situación de vulnerabilidad social. El programa ha crecido permanentemente en distintas partes del mundo y en la Argentina se comenzó a aplicar en 2006, coordinado por la Amia.

Dos años después, Santa Fe se sumó a la iniciativa bajo la organización de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) y la Universidad Católica de Santa Fe.

El Peraj consiste en 20 estudiantes de nivel superior -de la Universidad Católica y de institutos terciarios- que se encargan de la contención de 20 chicos -un tutor por niño- de las escuelas primarias Lourdes y Bialik. Los alumnos tienen entre 6 y 11 años y son seleccionados por los gabinetes psicopedagógicos de las escuelas. En general son chicos con carencias de tipo económico, afectivo y pedagógico.

Rosa Gueller, coordinadora del Proyecto Peraj en Santa Fe, explicó a El Litoral que el programa persigue dos objetivos. Por un lado, los jóvenes universitarios que se convierten en tutores del programa, reciben una beca económica que les permite aliviar los gastos de apuntes, alimentación o alquiler.

Por otra parte, los niños cuentan con una persona que dedica 4 horas por semana a ellos. El joven tutor actúa como si fuera un hermano mayor o amigo del niño. “La idea es que ambos realicen actividades de esparcimiento y recreación, que jueguen juntos. Si el niño se lo pide, el joven también lo ayuda con la tarea de la escuela, aunque ése no es el objetivo principal del Peraj, sino que se tiende a que el estudiante contenga afectivamente al niño”, señaló Gueller.

Este año el proyecto en Santa Fe está financiado por la Amia y cuenta con la colaboración de la Universidad Católica de Santa Fe y Asociación Dirigentes de Empresa (ADE) para el sostenimiento de algunos tutores.

Autoestima

El impacto de la nueva relación que se origina del Peraj se nota enseguida. “Las docentes de los chicos perciben un cambio inmediato en la escuela porque son alumnos que elevan su autoestima y eso se traduce en un mejor rendimiento pedagógico. Por eso, las escuelas nos siguen apoyando y a veces eligen al mismo niño para ser tutoreado por más de un año”, indicó la coordinadora.

El concepto central del programa consiste en encuentros semanales entre los tutores y niños. “Las familias nos dicen que a veces el chico le hace más caso al tutor que al padre, porque se genera una relación diferente”, dijo.

Entre las actividades realizadas por ambos se encuentra la realización de manualidades, lectura de libros, ayuda con la tarea escolar, juegos de mesa e ingenio, experimentos científicos. Una vez por mes cada pareja realiza una salida recreativa. “La beca contempla algún dinero para que el universitario lleve al niño al cine, a pasear o a tomar un helado”, añadió Gueller.

Además, se realizan encuentros de todos los tutores con la coordinadora del proyecto, con el objetivo de abordar temáticas que preocupan a los universitarios, estrategias de abordaje de los chicos e intercambio de experiencias entre los jóvenes.

El tutor sirve como ejemplo y modelo, acercándose al mundo del niño -muchos de ellos de barrios carecientes-, conociendo sus facetas y evaluando los posibles cambios. Pero en esta acción de doble vía, también el universitario se ve enriquecido por la experiencia.