Resultado de un relevamiento entre los ingresantes a la UNL

Resumen y subrayado son las

técnicas de estudio preferidas

Una encuesta arrojó que el 33 % de los ingresantes estudia con resúmenes y otro 31 % subraya libros y apuntes. Una especialista sugiere usar varias técnicas de estudio y encontrar las que resulten más efectivas a cada estudiante para lograr la “comprensión” de los contenidos.

 

Mariela Goy - Luciano Andreychuk

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Una encuesta de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) entre 4.640 ingresantes a 1er año en 2012 realizada por la Dirección de Articulación, reveló que las prácticas de estudio más habituales son hacer resúmenes y subrayados. Del total de los alumnos relevados, el 33,5% (unos 1.550 jóvenes) preferentemente hacen resúmenes a la hora de estudiar, es decir, obtienen lo importante de un texto académico para luego estudiarlo desde ese apunte “casero”. A su vez, otro 31% (1.430 alumnos) admitió que hace subrayado sobre las fotocopias o libros.

Por otra parte, el 15,2% de los encuestados confesó hacer esquemas o cuadros sinópticos; el 13,9% de los ingresantes estudia memorizando; y el 2,8% estudia haciendo fichas de lectura (extraer y organizar en fichas las ideas principales de un texto). Los datos son una radiografía de cómo estudian los nuevos universitarios, y de las competencias intelectuales con que ingresan a la facultad para hacerle frente a las duras exigencias académicas.

Pero las técnicas de estudio más utilizadas por los alumnos que recién llegan del secundario ¿son las más adecuadas para afrontar una carrera superior? Para Marcela Manuale, profesora en Ciencias de la Educación, magíster en Didáctica y asesora pedagógica de la Facultad de Bioquímica de la UNL, las técnicas de estudio son “cuestiones instrumentales” que ayudan al universitario a procesar un determinado conocimiento. La especialista sostiene que no hay una técnica mejor que otra, sino que cada estudiante -de acuerdo con la naturaleza de su carrera- deberá echar mano a aquellas que le sirvan para lograr la “comprensión” de lo que estudia.

La comprensión es la clave

La encuesta de la UNL fue realizada entre los alumnos de 1er. año de la universidad, que son chicos que recién desembarcan de la escuela media. “En la secundaria, con estudiar 4 hojas de memoria ya les alcanzaba. Cuando llegan a la universidad, se encuentran con una gran cantidad de lectura y con la exigencia de abordar un campo de conocimiento complejo. A veces, las técnicas que a los estudiantes les sirvieron en el secundario, les resultan insuficientes para enfrentarse al estudio universitario”, advirtió Manuale.

La experta destacó que para acortar la brecha entre el escuela media y universidad, es indispensable que el docente y la institución se preocupen de que el estudiante alcance la “comprensión” de los contenidos. ¿Qué puede hacer el profesor?: “Puede ayudar a entender los diversos contenidos, contextualizando los libros y autores (en qué marco de pensamiento se inscriben, en qué contexto, cuándo fue publicado; lo que se llama el ‘paratexto’). Puede hacer una lectura compartida con el alumno como estrategia para ver de qué forma avanza en la comprensión. O, por ejemplo, puede ayudarlo a buscar ejemplos explicativos y a relacionarlos con la vida cotidiana”, especificó.

Camino a seguir

La magíster aconseja al estudiante hacer primero una exploración del libro (índice, autor, ubicar los artículos a estudiar en la obra, leer el prólogo). Después, realizar una lectura “más global” del texto académico para saber lo que plantea, y luego hacer una lectura analítico-comprensiva que permita ver las ideas más fuertes. “Ahí sí, el alumno debe usar algunas técnicas de estudio como el subrayado para resaltar o identificar las ideas centrales”, explicó.

El siguiente paso es traducir esas ideas en un resumen, que sería la condensación de las ideas centrales del autor, pero “con una síntesis personal donde el alumno se vaya apropiando de esas ideas y pueda ir identificando categorías, conceptos o palabras clave, haciendo una anotación con palabras sintéticas y frases cortas en el margen del libro”.

Después, esas palabras clave deben permitir algún proceso de esquematización en forma de cuadro, red o mapa conceptual que reorganice las ideas en una representación gráfica. “Ésta es la última etapa de síntesis del trabajo sobre esos textos que también reunirá las posturas que se desarrollan, los contraste de ideas, la lectura crítica, etc.”. También es interesante la toma de apuntes, otra estrategia para aprender y que permite ir focalizando en los ejes propuestos por los profesores.

“El aprendizaje es un proceso que no se da en una sola etapa o con una sola técnica. Uno va complejizando los niveles de abordaje. Tampoco quiere decir que siempre haga lo mismo con todos los temas o textos”, dijo la docente. Y reflexionó: “Estudiar y aprender con comprensión y significación es un proceso lento que requiere de trabajo, esfuerzo y dedicación. Hay que mostrarle al alumno en el arranque de la universidad que estudiar es un trabajo y que para ellos es prioritario”.

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Los encuestados admitieron que las fuentes de donde estudian en el secundario son materiales de Internet, libros, revistas y fotocopias de libros. Pero en el paso a la universidad se cambian al apunte de clases y los libros.

Foto: Flavio Raina

La memoria es un componente indispensable en los procesos cognitivos pero es un recurso que no puede ser el único, ya que entra en juego la “curva del olvido”; es decir, puedo repetir de memoria y al poco tiempo me lo voy olvidando.

Marcela Manuale

Magíster en Didáctica

/// TESTIMONIOS

“Entender lo que se lee, y relacionarlo”

Patricio (alumno de Sociología, 2º año)

Cuando leo libros, trato de hacer esquemas y cuadros. Al libro no lo subrayo jamás. Pero cuando leo apuntes trato de hacer resúmenes sobre las fotocopias, con muchas anotaciones al margen de la misma. En los resúmenes, por lo general no copio y transcribo fragmentos, sino que voy haciendo síntesis, del tipo “ayudamemoria”. A veces me guardo citas que sé que me van a servir. Trato de no memorizar, de entender, comprender y relacionar lo que leo con otras lecturas y otros autores. Desde 1º año a este 2º año que estoy cursando, hice reajustes de mis técnicas de estudio.

“Primero, un repaso para contextualizar”

Álvaro (alumno de Arquitectura, 1º año)

Primero hago un repaso general, eso me ayuda mucho para contextualizar. Y luego muchos resúmenes, tratando de focalizar en algunos conceptos clave. También trabajamos con paneles, para ver conceptos y fómulas en pizarra.

Nada que ver con la secundaria. En la universidad es mucho mayor la exigencia en contenidos. Llegas acá y te encontrás con otro nivel de exigencia, porque en la escuela no estudiábamos nunca. Aparte yo salí de Humanidades, nada que ver, teníamos mucha teoría, y no sabíamos estudiar.

“Sacar lo importante para trabajarlo en un resumen”

Belén (alumna de Bioquímica, 1º año)

Lo que más hacemos son subrayados sobre el libro o fotocopia, y de ahí sacamos las fórmulas y los datos más importantes para llevarlos a un resumen, y así aprenderlos. Esa es la forma que hasta ahora tengo para estudiar, y que me ha dado muy buenos resultados. Mucho resaltado sobre el papel, y resúmenes. Tuve que aprender a estudiar de un día para el otro acá en la universidad. Porque para el ingreso me pasó que quise estudiar todo de golpe, como hacía en la secundaria, y me fue mal. Y eso sumado a que el nivel de exigencia es mucho mayor acá que en la escuela. En la secundaria estudiabas dos o tres hojas antes del examen, acá en la universidad eso no pasa.

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