EL VIERNES EN EL FORO CULTURAL

“Edipo cumple años” retorna con excelencias

La obra de Adrián Airala aborda “el teatro de un humor gótico y universos virtuales”. Se presentará el próximo viernes, a las 21.

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

El grupo Safari al África presenta “Edipo cumple años. La frívola tragedia de un hombre olvidable”, escrita y dirigida por Adrián Airala. Las funciones serán los viernes 3 y 10 de agosto a las 21 en el Foro Cultural Universitario, 9 de Julio 2150. El costo de las entradas es de 25 pesos, 20 para estudiantes, jubilados y personal de la UNL.

Clásico renovado

“Edipo Tálamo decide festejar su cumpleaños, pero no siempre las cosas resultan como uno quisiera; entonces toma una nueva decisión: hace lo que hubiese querido evitar pero no puede, y su cumpleaños se convierte en un extraño viaje. El mundo y el tiempo de Edipo Tálamo no es el nuestro, es un tiempo y mundo por venir pero hoy, sí hoy, ya hicimos todo lo necesario para que llegue muy pronto. ¿Ventaja o desventaja? ¿Para bien o para mal?, ¿Quién sabe? pero Edipo tiene todo al alcance de un click mientras...”, adelantan los hacedores.

El autor del espectáculo explicó que “esta obra nació en el Instituto de Entrenamiento Actoral de mi maestro Julio Chávez, en trabajos de investigación sobre personajes oscuros actuados desde el humor. Fusionamos la actuación en vivo con actores cuyas acciones fueron filmadas y digitalizadas para que interactúen desde la pantalla; generamos campos virtuales para crear la atmósfera de ese raro mundo y tiempo, por eso ‘Edipo cumple años. La frívola tragedia de un hombre olvidable’ es una Comedia Gótica de Universos Virtuales”.

La obra contó con la colaboración autoral de José Ignacio Serralunga. En escena estará el propio Airala. En pantalla trabajan Aníbal Guiser, Irene Guiser, Andrés Greaven, Greta Gleiser, Andrea Strenitz, Marcos Martínez, Santiago Berrone y Serralunga. En tanto, la interface digital está a cargo de Imágica Multimedia. Vale destacar que esta obra ganó el subsidio para Teatro 2008 del Fondo Nacional de las Artes. En oportunidad de su estreno, el crítico Roberto Schneider sostuvo en El Litoral que en un dispositivo escénico de belleza incuestionable, vestido de manera elegante, Edipo Tálamo se presenta al público. Antes, en la pantalla, un “bus” lleva inscripto “Dorian tour” y el primer homenaje surge nítidamente. Todo lo que transcurre después (y en ese “todo” caben las infinitas formas de violencia que se ejercen, desde las relaciones humanas hasta el neocolonialismo, desde las formas más sutiles de estupidización de masas hasta las muertes y la contaminación de la Tierra, en el mundo contemporáneo), todo aquello de lo que este creador habría preferido escabullirse, su obra lo restituye en la forma de un soberano acto de exorcismo, un exorcismo que se lleva a cabo a través de un discurso dramático que está como desprendido, arrancado al género en cuyos modales escénicos ya no caben todo ese ruido y esa furia.

Discurso entre las ruinas

El que se oye y se ve -sostuvo Schneider- es un discurso entre las ruinas, y hecho también de ruinas: las ruinas de la civilización, de la cultura occidental, y sobre todo las ruinas de la ilusión humanista, que ya no pueden ser reensambladas en un orden promisorio, pero que pueden y deben echarse al rostro del espectador-burgués, del espectador-turista, del espectador-visitante de museo, un extranjero en su propio mundo, discapacitado para toda reacción, toda confrontación, toda revolución posible. La escritura de Airala es ese discurso que surge de la imposibilidad de todo discurso, excepto el ruido y el grito producidos por la continuidad de la conciencia más allá de toda esperanza de un cosmos narrativo; de la imposibilidad de todo diálogo, excepto el collage de voces constreñidas a sus individualidades estancas, más acá de cualquier armonía o contrapunto.

 
En Buenos Aires

Edipo Tálamo decide festejar su cumpleaños, pero no siempre las cosas resultan como uno quisiera; entonces toma una nueva decisión: hace lo que hubiese querido evitar pero no puede, y su cumpleaños se convierte en un extraño viaje. Foto: ARCHIVO EL LITORAL

 

En Buenos Aires

Tras las funciones en el Foro los hacedores de “Edipo...” llevarán la obra a una casa del barrio de Agronomía en Capital Federal. Esta experiencia ya se hizo desde febrero de 2007 hasta abril de 2008, en el mismo edificio de 1940, con el elenco de Safari al África, armado en el Instituto de Entrenamiento de Julio Chávez. Hasta lo simbólico seguirá con este grupo: el edificio en el que actuamos está a pocos metros de la que fuese la casa de Julio Cortázar y en la que vivió con su madre y hermana hasta su partida a París, tanto es así que muchos de sus cuentos refieren al barrio de Agronomía, al puente San Martín.

“Es muy fuerte -puntualiza Airala- llegar al edificio de la obra, en invierno, entre árboles inmensos, con el bolsito al hombro que llevamos siempre los actores y antes de entrar mirar alrededor y pensar en Cortázar, allá en los ‘50, con el cigarrillo entre los labios, el cuello del sobretodo levantado, las manos en los bolsillos, caminando sobre las hojas de los senderos entre edificios; antes de entrar siempre le pregunto ‘Cortázar, ¿querés ver esta función?’”.