Por un ingreso más amigable al universo de las ciencias aplicadas

Un puente entre la escuela y el mundo de las ingenierías

Desde 2010, en la UTN se realiza un proyecto de voluntariado que pretende acortar las brechas entre niveles educativos. Unos 15 estudiantes voluntarios ayudan a alumnos secundarios a perder el miedo y animarse a estudiar una ingeniería.

Un puente entre la escuela y el mundo de las ingenierías

Tecnológicos y solidarios. Algunos de los estudiantes voluntarios de la UTN que realizan las actividades con las escuelas secundarias de la ciudad y región.

Foto: Gentileza M. Alberto

 

De la redacción de El Litoral

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Muchos creen que estudiar una ingeniería es imposible. Que es algo reservado para intelectos privilegiados. Que la secundaria no prepara lo suficiente para asumir el arduo desafío académico que demanda la facultad tecnológica. Pero nada de eso es cierto: cualquiera puede aprender una ciencia aplicada. Arengados por esta convicción, un grupo de estudiantes voluntarios de la UTN Santa Fe realiza desde hace dos años un proyecto que busca achicar las distancias entre la escuela media y las carreras de ingeniería en sus diversos campos.

“Universidad y Escuela: acciones conjuntas para atenuar la brecha aspirantes-ingresantes” es el nombre del proyecto de voluntariado universitario en el que unos 15 alumnos avanzados de las carreras de la facultad regional, en forma voluntaria y sin recibir nada a cambio, reciben a grupos de alumnos de 4º y 5º año escuelas medias para relatarles sus experiencias como estudiantes tecnológicos. Tienen la misión de orientarlos en la elección de una carrera, y de animarlos a que sigan una ingeniería -más allá de la terminalidad seguida en la secundaria-, en un país que pide a gritos cada vez más ingenieros.

Como voluntarios, destinan hasta 4 horas semanales para realizar estas actividades. Hacen valer su vivencias como universitarios experimentados: son como “brújulas”, porque dan coordenadas de orientación académica. Visitan a las escuelas, dan charlas y organizan jornadas, y también reciben en la facultad a contingentes de alumnos secundarios de la ciudad y del interior provincial que llegan a la capital para conocer la oferta de estudios de la UTN.

Actividades orientadas

“Los voluntarios tienen la misión de acompañar y despertar vocaciones en los chicos de las escuelas secundarias. De contarle a cada futuro ingresante que cualquiera puede enfrentar el desafío de estudiar una ingeniería, como cualquier otra carrera. Es cierto, hay que preocuparse, hay que tener voluntad para cursar las materias y aprender, pero no es imposible”, dice a El Litoral Malva Alberto, coordinadora del programa Escuela-Universidad de la secretaría de Extensión Universitaria de la UTN local.

“Hay carreras que no se conocen, los chicos y hasta sus propios papás desconocen el universo ingenieril. Ante esto, tratamos de abrir puertas. Porque el país está pidiendo ingenieros en todas la especialidades”, enfatiza. “Este año, estuvimos con los chicos del Industrial, de la Sara Faisal, nos visitaron alumnos de San Cristóbal, de Villa Minetti. Fuimos a los Agustinos Recoletos, al Alte. Brown, a la escuela Lourdes. Con cada escuela, vamos realizando diferentes actividades”, completó.

“Tratamos de orientar cada actividad con la terminalidad de cada institución media. por ejemplo, se hizo una jornada sobre edificios en altura, y se invitó a chicos de una escuela técnica con terminalidad en Construcciones. Focalizamos la relación dependiendo del perfil de cada colegio”, precisa Malva Alberto, para quien la clave está en “abrir un feedback entre lo que podemos proponer nosotros como universidad, y lo que requieren los futuros ingresantes. Se necesita reforzar ese ida y vuelta con las secundarias, para que la brecha entre los niveles sea la menor posible”, afirma.

OTRA MIRADA /// ESPECIAL PARA EL LITORAL

Un imaginario social adverso

Malva Alberto

Los jóvenes aspirantes a nuestras ingenierías afrontan instancias de indecisión, incertidumbres, contradicciones, y la responsabilidad que implica construir un proyecto de vida. A esto se suma la variedad de ofertas de capacitación, donde la difusión y publicidad no siempre resultan orientadoras. Y un imaginario social sobre las carreras de ingeniería que las concibe como difíciles, largas, duras, no aptas para mujeres.

En el tránsito de la escuela secundaria a la universidad, los jóvenes tienen distintas vivencias con efectos multiplicativos y escasamente alentadores: algunos deben superar el desarraigo familiar, todos deben adaptarse a nuevos ámbitos, ritmos y metodologías de estudio, a nuevos compañeros y reglamentaciones y muchos deben remontar carencias previas y habilidades y destrezas disciplinares escasamente ancladas.

La UTN Santa Fe ha decidido ser parte responsable de la creación de mecanismos para redoblar esfuerzos y establecer estrategias ajustadas a cada sector o grupo educativo, para que la democratización del conocimiento y la inclusión social universitaria en carreras de ingeniería sean una realidad.

La problemática del pregrado requiere una mirada integral, incluyendo los puentes necesarios de articulación con el nivel medio y técnico. El acceso a la universidad constituye un reto permanente, un problema complejo, con muchas brechas. Es aquí donde se debe articular con el pregrado, en el sentido de promover las acciones de coordinación de esfuerzos para que la equidad y el acceso no sean una utopía.

Coord. Programa Escuela Universidad (UTN Santa Fe)