Sustentabilidad energética
Sustentabilidad energética
Hacen biocombustible con efluentes
de la industria de bebidas gaseosas
Un proyecto de investigación de la UNL propone un método novedoso y de bajo impacto ambiental para el tratamiento de efluentes líquidos de fábricas de bebidas gaseosas. Además, este proceso permite obtener etanol, hoy ampliamente demandado por el sector energético.
Raúl Comelli (derecha) codirigió el trabajo de Kevin Schanton. Foto: Prensa UNL
Comunicación Científica UNL - Diario El Litoral
El etanol se obtiene generalmente del azúcar o almidón del maíz y de la caña de azúcar, entre otros cultivos. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) identificó una fuente alternativa para producir este biocombustible, principalmente demandado por el sector energético: los efluentes de la industria de bebidas gaseosas.
Se trata de una alternativa novedosa que, por un lado, permite disminuir la carga contaminante de los efluentes y obtener bioetanol como producto de valor agregado. “Además, este proceso es de bajo impacto ambiental porque no genera contaminantes adicionales”, explicó Kevin Schanton, estudiante de Ingeniería Ambiental que trabajó bajo la dirección de Miguel Isla y la codirección de Raúl Comelli.
El proceso
Un litro de gaseosa que las empresas desechan en el medio ambiente es tan contaminante como 25 litros de un efluente cloacal. “Tienen una muy alta carga orgánica por su gran cantidad de azúcares. Cada litro de gaseosa común tiene entre 100 y 120 gramos, cifra con la que se pueden obtener entre 50 y 60 gramos de etanol”, calculó Isla, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich).
Además, apuntó que el proceso de obtención es similar al que se utiliza para conseguir bioetanol a partir de otros sustratos como, por ejemplo, la melaza de caña. Sólo hay que sembrar levaduras y los microorganismos se encargarán de transformar el azúcar en alcohol.
Sin embargo, Isla manifestó que había un gran inconveniente que los investigadores debieron superar: los conservantes que contienen las gaseosas, aditivos que se encargan de que no prosperen microorganismos y que no dejan actuar a las levaduras. “Tenemos varias estrategias. Una, es que las cepas de levaduras se aclimaten para que dejen de ser sensibles a los inhibidores. Otra, es hacer un inóculo masivo en la gaseosa, donde un batallón de microorganismos absorben los inhibidores y otro produce el alcohol. Un tercer método es agregar ciertas sales”, enumeró.
Isla también destacó que con el método desarrollado en la Fich se puede obtener alcohol en unas seis horas. “Además, todo se puede hacer en reactores químicos convencionales, por eso el proceso es muy sencillo. Se usan tanques fermentadores como los de las cervecerías”, culminó.
Menos tiempo, menor costo
Los costos y la duración de los procedimientos convencionales suelen ser elevados en relación con el proceso que proponen los investigadores, basado en la fermentación alcohólica mediada por levaduras. “Las operaciones clásicas de tratamiento de efluentes requieren equipos costosos que consumen mucha energía. La posibilidad de obtener simultáneamente productos con valor de mercado, como proponemos en nuestro proyecto, permitiría reducir esos costos. Además, el tiempo de tratamiento con este método es menor”, puntualizó Schanton.
Este trabajo fue desarrollado en el ámbito de Ingeniería Ambiental, dependiente de la FICH, la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) y el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec).