Expertos debatieron en un simposio internacional
Expertos debatieron en un simposio internacional
La universidad en su dilema: qué y cómo enseñar mejor
Un tema clave para la educación superior actual es el currículum universitario. Una especialista propuso un nuevo currículo por competencias, que revalorice el lugar del alumno. El rol del profesor, los contenidos y las formas de evaluación, en el centro de los planteos.
Luciano Andreychuk
El concepto “currículo” o “currículum académico” en la actualidad ya no se refiere sólo a la estructura planificada y formal de los planes de estudio de una institución educativa. Incluye en su concepción todo el repertorio de objetivos, contenidos, metodologías y técnicas de evaluación (y hasta las marcas políticas e ideológicas) que orientarán el proceso de enseñanza y aprendizaje. Mediante la construcción curricular una institución plasma su concepción de educación.
En todos los niveles educativos, el currículo define qué saberes y contenidos enseñar, y cómo enseñarlos. En este sentido, el caso particular de nivel universitario adquiere una importancia neurálgica, pues el progreso de una sociedad moderna dependerá en una medida casi determinante del nivel de la formación y educación superior de sus ciudadanos.
El currículo universitario en la educación de hoy fue el tema eje de un simposio internacional en la Facultad de Humanidades de la UNL. Profesores, pedagogos y funcionarios académicos se juntaron en una misma sala para discutir, poner sobre la mesa sus disidencias y alcanzar algunos consensos sobre qué diseños curriculares debe enseñar la universidad del siglo XXI -en función de las demandas de los estudiantes- y el nuevo rol que deben asumir los docentes.
En uno de los paneles participó Adriana Aristimuño, reconocida pedagoga de la Universidad Católica de Uruguay, junto con Cecilia Hidalgo y Graciela Riquelme (UBA). La educadora del vecino país habló sobre los cambios en la educación actual, la introducción de las tecnologías en el aula y las transformaciones en el rol tradicional del docente. Ante estos cambios, propuso atender las características de un tipo de plan de estudio basado en las competencias de los alumnos.
“Hoy en el currículum por competencias desemboca el aprendizaje por proyectos, la enseñanza para la comprensión, el trabajo práctico, el aprendizaje basado en problemas, la vinculación directa con la realidad social. Si bien estas instancias no son novedades para la pedagogía universitaria, sí es nuevo que el currículo orientado por competencias vuelve a otorgar a los alumnos un lugar central en la enseñanza”.
TICs
Otro de los elementos que inciden inevitablemente en la construcción del currículo universitario es el fenómeno de la tecnologías de la información y comunicación (TICs). “Las tecnologías han convulsionado el mundo educativo, y despertaron muchos interrogantes. En Uruguay, por ejemplo, todos los niños de la escuela desde 2007 han recibido una laptop. Esto generó nuevas asimetrías en el manejo de la información: en muchas escuelas, hoy es el niño quien enseña al maestro a manejar la notebook”, relato.
Pero esta nueva realidad, a priori auspiciosa, también ha cuestionado el sistema educativo. “Este cambio tecnológico, ¿va en la dirección adecuada?”, se preguntó la pedagoga. “La tecnología, ¿propiciará nuevas oportunidades formativas que lleven realmente a una mejor situación educativa?”
Oportunidades
Aristimuño sugirió una serie “oportunidades” para reflexionar sobre un nuevo plan de estudio universitario. Primero, el rol del docente: “Los profesores tienen que reflexionar sobre los resultados que deben lograr sus estudiantes en un currículum por competencias. El valor formativo que se le atribuye a los contenidos aparece como el aspecto central de diseño curricular. Otra oportunidad clave será definir qué estrategias de enseñanza, qué contenidos y formas de evaluación serán las adecuadas”.
“Las claves de cara a un nuevo modelo de currículo universitario pasan por desarrollar una pedagogía en función de los resultados a lograr; buscar una coherencia curricular que alinee competencias, resultados, estrategias y formas de evaluación; revisar los contenidos en virtud de su papel formativo, y replantear las estrategias de enseñanza en sí mismas”, reseñó.
Aristimuño en primer plano, bajo la atenta mirada de Hidalgo y Riquelme. Las reconocidas educadoras participaron de un panel en la Facultad de Humanidades. Foto: Amancio Alem
Disertante de lujo
El simposio internacional sobre “Tensiones entre disciplinas y competencias en el currículo universitario” se realizó días atrás en la UNL, con motivo del 25º aniversario de la Facultad de Humanidades y Ciencias (Fhuc). Participaron invitados de amplio reconocimiento internacional, como el británico Michel Young (foto), prestigioso precursor de la sociología de la educación; Mario Díaz Villa (Colombia), Adriana Aristimuño (Uruguay) y las argentinas Alicia Camilloni, Graciela C. Riquelme y Cecilia Hidalgo.
Foto: Amancio Alem
Dudas y riesgos
¿Qué riesgos y dudas surgen en un currículum por competencias? Aristimuño advirtió sobre las tendencias actuales a la “internacionalización de la educación superior”, que puede llevar a “una estandarización de las propuestas universitarias”.
“La estandarización conduce al empobrecimiento, y siendo que el mundo del conocimiento donde ocurre la educación superior se funda en la propuestas de riquezas diversas, en la singularidad y en la creatividad, la estandarización es uno de los peores escenarios posibles”, cerró.