Jóvenes santafesinos cursan en la prestigiosa institución
Estudiar en el Balseiro, una experiencia para unos pocos
“El instituto está bien posicionado y tiene muchos recursos e inversión; es un buen lugar para formarse profesionalmente”, dijeron Rodrigo Bonazzola y Marcos Tacca.
Foto: Guillermo Di Salvatore
El Instituto Balseiro, ubicado en Bariloche, aporta científicos y tecnólogos al país. Allí ingresan sólo 40 estudiantes por año. Tres santafesinos lograron acceder a esta meca del nivel superior.
Mariela Goy
Santa Fe volvió a plantar bandera en el prestigioso Instituto Balseiro. Después de un tiempo sin representantes locales en una de las instituciones universitarias más prestigiosas del país -donde se forman profesionales en física e ingeniería de alto nivel internacional- consiguieron ingresar a sus exclusivas aulas, tres estudiantes de la ciudad en los últimos dos años.
Al Balseiro no ingresa cualquiera. Sólo unos 40 alumnos por año son becados para cursar sus tres carreras de grado: Licenciatura en Física, Ingeniería Nuclear e Ingeniería Mecánica. Los alumnos son seleccionados tras un riguroso examen de conocimientos y posterior entrevista personalizada. Marcos Tacca y Rodrigo Bonazzola, ambos de 22 años -junto con su compañero Agustín Di Paolo-, son santafesinos egresados de la Escuela Industrial Superior y forman parte de ese exclusivo grupo.
Uno de los aspectos distintivos del Balseiro, que forma parte del Centro Atómico Bariloche, es que todos los alumnos seleccionados reciben becas completas, por lo que pueden dedicarse ful time a la carrera. “El estudio te consume muchas horas al día. Sólo de cursado tenemos 34 horas semanales; a esto hay que sumarle el tiempo que te lleva hacer los trabajos prácticos y de preparación para los exámenes”, dijeron Marcos y Rodrigo, que solían participar en olimpíadas de Física con destacados resultados.
El sistema de ingreso al Balseiro es distinto al de la mayoría de las universidades. Allí, el aspirante debe aprobar primero dos años y medio en alguna carrera de ingeniería del país y recién después rendir para entrar al instituto. “El 1er. año del Balseiro vendría a ser mi tercer año de universidad”, dijo Rodrigo, que desde hace dos meses cursa la Licenciatura en Física en la institución del sur.
Para Tacca, en cambio, es su segundo año de Ingeniería Nuclear en el único lugar del país donde se puede estudiar esa carrera. “Los dos cursamos los primeros años en la Facultad de Ingeniería Química de la UNL y estamos muy conformes porque nos dio la base necesaria para rendir el examen de admisión”, señaló el estudiante.
Rodrigo contó cómo fue llegar a esa meca de estudios superiores. “Te toman un examen físico-matemático que consiste en 12 problemas de desarrollo. De unos 120 aspirantes, la mitad pasa la prueba y va a una entrevista personal, y de ahí quedan seleccionados más o menos 40 alumnos por año para todas las carreras”, señaló. La Licenciatura en Física tiene una duración de 2 años y medio pero se recomienda hacer un año más de maestría como forma de completar la formación.
Teoría y laboratorio en un mismo lugar
Con el objetivo de formar profesionales de excelencia, el Balseiro prepara a sus alumnos en laboratorios de ciencia y tecnología de primer nivel, acompañados por docentes que además de dar clases, son investigadores activos. Marcos destacó que el Balseiro es un centro integrado de investigación y estudio, “por lo que las personas que te dan clases son los mismos que están investigando”.
Su inclinación por la Ingeniería Nuclear -de 3 años de duración- se debe a que “la producción de energía nuclear tiene mucho potencial ya que todavía no está desarrollada completamente. El año que ingresé al Balseiro, justo pasó lo del reactor de Japón y me cuestioné si quería estudiar esto, pero después pensé que hay que seguir investigando en este campo”.
De todas formas, dijo que haber optado por esta profesión no significa que “me voy a desempeñar como ingeniero nuclear por el resto de mi vida”. La dinámica propia del instituto permite que un egresado del Balseiro pueda volcarse a cualquiera rama profesional dentro de las ingenierías y las tecnologías.
“La Licenciatura en Física es muy experimental. Los profesores son piolas y tenés los ayudantes de cátedra dando vueltas por los laboratorios dispuestos a ayudarte. Es un lugar de estudio distinto. El ritmo es pesado pero te vas habituando”, contó Rodrigo, quien reveló que la materia que le resulta más difícil hasta ahora es Mecánica.
Paisaje para aprovechar
El instituto está ubicado en uno de los lugares más hermosos de la Argentina. “La carrera te consume muchas horas pero tenés que hacerte el tiempo para disfrutar de Bariloche, para ir al lago, hacer caminatas o salir a remar”, dijo Marcos, a quien le agrada el concepto del centro de estudiantes sin banderías políticas que tiene la institución. “El que quiere participar se postura para un cargo, no es necesario anotarse en la lista de un partido. El centro de estudiantes fue comprando kayaks, bicicletas, carpas, mochilas, snowboards y te los presta cuando querés”, indicó.
La beca del Balseiro consiste en un estipendio mensual para cubrir todos los gatos. Los estudiantes tienen la opción de vivir dentro del Campus del Centro Atómico Bariloche, que es más económico que alquilar un departamento y permite un contacto permanente con los docentes y compañeros de estudio, así como el uso de los laboratorios en cualquier momento del día. “Hay estudiantes de todo el país y del exterior como Perú, Paraguay, Bolivia. Al estar tan lejos de Santa Fe, tenés contención porque todos los estudiantes están en tu misma situación”, contaron.