Un equipo de arquitectos santafesinos
Un equipo de arquitectos santafesinos
Diseñaron un complejo termal en Paraná y fueron premiados
Hay equipo. Los jóvenes profesionales de la arquitectura ya ganaron varios concursos. Ahora van por el desafío de participar a nivel internacional. Foto: Pablo Aguirre
De la redacción de El Litoral
Se conocieron en la facultad de Arquitectura, en el trajín de clases, dibujos y maquetas a escala. Los unió una motivación en común: darle forma a ideas e innovaciones arquitectónicas, y presentarlas en concursos. Aún cada uno con trabajos individuales, con el tiempo se fueron conformando en un equipo de trabajo con “sintonía generacional” (sus integrantes van de los 28 a los 40 años). Y hoy, el sacrificio de tantas tardes y noches de trabajo free lance dio sus frutos.
DLS Arquitectura es un estudio de arquitectos integrado por 5 profesionales y dos estudiantes avanzados (muy próximos a culminar sus carreras) de esa área. Hace unos días obtuvieron el primer premio de un certamen nacional (organizado por el Colegio de Arquitectos de Entre Ríos) por el diseño de un nuevo complejo termal en la vecina Paraná. Casi en paralelo habían ganado otro certamen provincial (entre 40 equipos participantes) por el diseño de un complejo cultural en la ciudad de Diamante, que incluía un auditorio, una escuela, varias oficinas, etc.
Es que los jóvenes arquitectos se dedican a eso: a participar de concursos con sus ideas. “En sólo tres años, obtuvimos unos 10 premios en diversos certámenes nacionales”, cuentan con orgullo a El Litoral los arquitectos Carlos Di Nápoli (docente del Taller Arquitectónico V de la Fadu), Andrés Francesconi, Germán Müller, Lucas Henquín, y el estudiante tesista Federico Cairoli (todos pasantes). También participan del equipo el Arq. Sebastián Stechina, y el estudiante avanzado Francisco Garrido, todos de DLS Arquitectura.
Proyecto premiado
“El proyecto del complejo termal está enmarcado en un másterplan que se llama Entre Ríos Termal, donde hay parques terminales por regiones a lo largo de toda esa provincia. El que diseñamos nosotros consiste en un proyecto de explotación turística de aguas termales, en el noroeste de la ciudad, con piletas de agua termal, propuestas gastronómicas y hasta un parque acuático. Son 28 hectáreas de complejo turístico (ver ilustración aérea)”, precisan los jóvenes.
“Encaramos un proyecto a gran escala. Fue un gran desafío para nosotros, porque en el concurso hubo estrictas condiciones de intervenir urbanísticamente siempre respetando el entorno paisajístico y ambiental. La forma de intervenir el territorio no invalidará la apropiación social del lugar: es decir, que al ser terrenos públicos (que serán explotados por privados), cualquier persona tendrá acceso libre a las barrancas y a apreciar los paisajes”, agregan.
Los concursos en general tiene un premio económico (tal el caso del complejo termal); pero además, la mayoría de éstos son vinculantes, es decir, dan el derecho a los ganadores a desarrollar el pliego licitatorio. “Nuestro sueño siempre es materializar un proyecto arquitectónico propio. Pero más allá de eso, seguimos apostando a los concursos en el sentido de que ayudan a aplicar los conocimientos que se van adquiriendo a lo largo de la vida profesional. Un concurso es como un posgrado intensivo”, destacó Di Nápoli.
El equipo también ha participado hace un tiempo en un concurso para el diseño del centro cívico del nodo Reconquista, y lo ganaron. “Desarrollamos el pliego licitatorio para su construcción. Este proyecto tiene luz verde, está demorado pero se va a construir. Depende de la Provincia”, explican.
Innovar
“Hay mucho trabajo por hacer en Santa Fe y la región. Y es por eso que los nuevos alumnos ingresantes de Arquitectura tienen que salirse de lo habitual (de diseñar casas, por ejemplo) y darle rienda suelta a la imaginación y a la innovación”, recomiendan los profesionales. “Es un muy buen ejercicio para la formación. El hecho de presentarse en concursos de estudiantes da entrenamiento para salir al campo profesional. Es una herramienta de aprendizaje”, concluyen.
“Sería bueno que toda la obra pública se defina y realice por concursos. Así, en cada caso se terminaría ejecutando la mejor obra, elegida por un jurado. En España se implementa este sistema”, dijeron los jóvenes.
Nueva generación
“Antes, los concursos siempre eran ganados siempre por los mismos estudios profesionales. Y ahora notamos que se da una situación nueva, porque al igual que nosotros, hay varios estudios de arquitectos jóvenes que se dedican a esto. Es decir, hay una nueva camada de profesionales, una renovación generacional si se quiere. Y eso está bueno, porque permite la inserción o generación de nuevos trabajos”, reflexionó Federico Cairoli.
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