Misión institucional y comercial de la provincia
Misión institucional y comercial de la provincia
Santa Fe en China y Dubai
El gobernador Bonfatti y la delegación santafesina.
Foto: Gobierno de la provincia.
Bonfatti conoció de boca de directivos de bancos y constructoras chinas las duras exigencias para créditos blandos. Los empresarios ante un mundo ávido de alimentos.
Mario Cáffaro
Antonio Bonfatti abrió el teléfono en el aeropuerto de Río de Janeiro -escala obligada del vuelo a Buenos Aires- y se encontró con varias notas de empresas chinas agradeciéndole las audiencias concedidas durante su estadía en Beijing y proponiéndole seguir negociaciones en la Argentina. Tal vez en la producción de energías alternativas se vean los primeros frutos de la misión institucional y comercial del gobierno santafesino por dos ciudades chinas y el emirato de Dubai. “Espero que el próximo gobernador empiece a recoger los frutos de esta misión” dijo más de una vez Bonfatti sabiendo de la necesaria paciencia y persistencia que exige tener relaciones con China.
Desde el punto de vista comercial, son los empresarios los que recogerán más temprano los frutos aunque no hace falta recordarles que están radicados, producen y tienen su giro económico en una Argentina que cambia de reglas en forma permanente y que -más allá del discurso oficial- se encapsula cada día más alejándose de un mundo muy propicio especialmente para los productores de alimentos. Entre esas dos líneas debe discurrir la actividad de los hombres de negocios asentados en distintas partes del territorio santafesino y que se aventuran a salir al exterior. Si algo dejó esta gira para los empresarios es haber convivido durante dos días en una de las mayores ferias alimenticias del mundo como es la Sial de Shangai, mostrarse ante posibles clientes, observar a sus competidores e imaginar negocios ya sea proveyendo insumos para productos, asociándose o directamente abasteciendo mercados ávidos de comida.
Las sucesivas epidemias y contagios padecidos por ciudadanos chinos los puso en alerta sobre la calidad de sus alimentos y a la búsqueda de productos de calidad y confiabilidad en su trazabilidad, especialmente en lácteos y carnes.
Pero el desafío más interesante que deja esta etapa por tierras orientales es la apertura de la oficina comercial en Dubai, no para ese emirato sino para un hinterland de 2.200 millones de habitantes (de todo Asia, este de Europa y África) que se abastecen en este emirato que se quedó sin reservas petroleras y apuesta a reconvertirse en un centro comercial y turístico sin ahorrar un dinar o dólar a la hora de construir infraestructura y edificios en pos de ese objetivo. El mojón está instalado, ahora es el turno de los empresarios utilizarlo y saber si son competitivos con el resto de los países que hacen la misma apuesta. Sabiendo la magnitud del mercado a enfrentar, Bonfatti instó a que empresas santafesinas se unan a otras de Córdoba y de Entre Ríos y que actúen integradas en la Región Centro desde esa oficina que podría ser compartida incluso por la embajada argentina en Abu Dhabi, el emirato aledaño a dos horas de autopista.
Expectativas oficiales
Desde el punto de vista institucional, el gobierno provincial llevó como proyectos para interesar a capitales chinos el traslado del Puerto de Santa Fe, el tranvía urbano para el área metropolitana de Rosario e iniciativas para producir energía sea por viento y sol o bien transformar el maíz en etanol.
El mayor banco chino, ICBC, y una de las principales empresas constructoras de ese origen, Citic, sentaron a sus ejecutivas (mujeres las principales) con autoridades santafesinas. La entidad financiera está haciendo pie en la Argentina desde hace pocas semanas y ofrece créditos a tasas muy bajas pero atadas a inversiones que tengan como protagonistas a firmas chinas y con reaseguro de empresas de ese origen. La otra característica común a ambas es el rechazo que tienen a los procesos licitatorios y la opción fuerte por las contrataciones directas. “No podemos, no está permitido” fue la respuesta permanente de Bonfatti y de su ministro Angel Sciara. De la constructora se deduce que se interesan por negocios de magnitudes superiores a los 500 millones de dólares y la simpatía expresada por su directora, Hong Bo, al sistema político venezolano conducido por el ex presidente Hugo Chávez a quien mencionó al menos tres veces durante los 45 minutos de reunión.
Para el proyecto de tranvía para el Gran Rosario, los capitales chinos tienen como aliado a Siemens muy interesado en llevarlo adelante. Más que sortear los escollos chinos, el gobierno provincial tendrá que lidiar con la Nación y más precisamente con el santafesino Alejandro Ramos quien está a cargo de la secretaría de Transporte desde la salida de Adolfo Schiavi tras la tragedia anunciada de Once. Hasta el momento, Ramos ha realizado todas las acciones posibles para instalar vallas e impedimentos a iniciativas de los gobiernos santafesino o municipales cuyas administraciones no sean kirchneristas.
La puerta está mucho más abierta en energías alternativas y en las diversas reuniones se hizo saber desde funcionarios santafesinos que hay proveedores locales de columnas y otros implementos para instalaciones eólicas o fotovoltaicas.
Santa Fe salió una vez más al mundo, un mundo vertiginoso, cambiante y que crece y puede seguir creciendo sin la Argentina aunque el desafío de gobernantes y empresarios es subirse a ese tren más allá de la intención de algunos funcionarios nacionales de mandarlo a vía muerta.
El dato
Encuentros
En paralelo, los legisladores que integraron la delegación se reunieron con una delegación del Parlamento chino y uno de los temas fue el reclamo argentino por la soberanía argentina en Malvinas.
Además
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