Seattle, la ciudad de la Boeing y Bill Gates

Esta metrópolis norteamericana es la más septentrional del país y está situada sobre el Océano Pacífico. Es conocida como “la ciudad esmeralda” y se ha convertido desde hace algunos años en uno de los destinos favoritos para los viajeros de las más diversas procedencias.

TEXTOS. MARIO A. LAGUZZA

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Así luce de noche la ciudad de Seattle y su torre “Aguja Espacial”.

 

De antigua villa de balleneros y buscadores de oro a sede de grandes compañías como Microsoft y Boeing, Seattle en el noroeste de Estados Unidos, ofrece una interesante mezcla de atractivos y presenta un paisaje siempre verde, rodeada de montañas, bosques y lagos.

Basta con ver Seattle desde el aire para comprender por qué le dicen “la ciudad esmeralda”. Una extensa mancha verde domina una caprichosa geografía recortada por lagos azules, formando un colorido tapiz. Es la ciudad más grande del Estado de Washington, en el noroeste del país. A la región se la conoce como “Evergreen State” (“el estado siempre verde”) por sus grandes bosques de coníferas salpicados por numerosos lagos y ríos.

Seattle se encuentra en medio de un bellísimo paisaje natural, custodiado por el imponente monte Rainier, un volcán extinguido de casi 4400 metros de altura con 26 grandes glaciares.

La urbe está cercada por el lago Washington por el este y el estrecho marino de Puget Sound por el oeste, junto al océano Pacífico y a solo 190 kilómetros al sur de la frontera con Canadá. A su vez el lago y el estrecho están unidos por un canal y otro lago, el Unión, donde se practican deportes náuticos. Dos grandes cadenas montañosas, las Olympics y las Cascadas, completan un marco de belleza perfecto.

UN POCO DE HISTORIA

El nombre de Seattle es un homenaje al Jefe Sealth, un cacique que ofreció asilo y amistad a los primeros colonos blancos, cazadores y comerciantes llegados a partir de 1840. Pocos años después, en 1850, se estableció una pequeña comunidad maderera alrededor de un puerto natural.

Posteriormente fueron llegando leñadores y pescadores de salmón que dieron origen al nacimiento de la ciudad.

Seattle se hizo atractiva cuando miles de aventureros vinieron a la región en busca de fortunas durante los años de la fiebre del oro, a mediados de la segunda mitad del siglo XIX.

UNA ELEVADA INDUSTRIA

Sin embargo, el gran salto de la economía ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, con el aumento de producción de madera y alimentos. Luego vino la industrialización y Seattle se transformó en uno de los mayores fabricantes de barcos y aviones.

El desarrollo económico de la ciudad y toda su gran región se ha debido en gran parte a la conocida compañía aeronáutica “Boeing” que durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en el principal productor de aviones del mundo.

Allí nomás, a pocos kilómetros al norte de Seattle, se encuentra la localidad de Everett, en donde se levanta la más gigantesca fábrica de aviones del mundo, que desde 1917 le da soporte económico a la región.

En estas enormes instalaciones se dan forma a todos los modelos que diseña la conocida firma, con el más grande de todos ellos, el “Jumbo” 747, que se viene fabricando desde hace más de 30 años. Gracias a una visita de tres horas pude ver cuando terminaban de ensamblar el avión unos cien ingenieros que, en simultáneo, lo pintaban, le ponían las alas y le acomodaban los asientos, dentro de un gigantesco hangar de cinco cuadras de largo, por un equivalente a seis pisos de alto.

Cerca de allí se encuentra un museo muy grande denominado “The Museum of Flight” (el Museo del Vuelo), donde se puede recorrer la historia de la aviación, desde la que iniciaron los hermanos Wright hasta la era moderna, y culmina con una gran galería que contiene 20 aviones y una réplica de la cápsula espacial Mercury que voló John Glenn en 1962.

BILL: RICO, GENIAL Y LOCAL

El éxito del gigante cibernético Microsoft también dio impulso a la economía local. Aquí, hace 58 años nació el hombre que revolucionó la computación. Hijo de un abogado y de una profesora de la universidad pública del Estado de Washington, fue a la escuela pública hasta sexto grado y dos años después, cuando tenía apenas 13 años, compró una red de computadoras intercomunicadas por una línea telefónica y conoció a su futuro compañero de negocios, Paul Allen. En ese entonces comenzó a programar.

Ahora, en Redmond, a muy pocos kilómetros al norte del centro de Seattle, tiene montado Microsoft, empresa que lo convirtió en el hombre más rico del mundo con 47 millones de dólares.

Por eso la casa que construyó frente a un lago en seis años, con 4.000 metros cuadrados techados y un garaje para 20 autos, resultó “barata” porque apenas gastó 53 millones de dólares.

BIENESTAR ECONÓMICO

Seattle tiene una población próspera y rica, tanto que es la ciudad estadounidense de mejor calidad de vida, algo que se nota al caminarla. Las calles son muy transitadas pero no con el ritmo frenético de las grandes metrópolis.

No es una ciudad excesivamente cara y la comida es excelente. Existe aquí un valioso equilibrio entre una ciudad moderna y un estilo de vida relajado. Después de las cinco de la tarde, finalizada la jornada laboral, los ciclistas se adueñan de las calles.

El transporte público no solo es bueno, sino que en algunos momentos del día, en el “downtown” (zona céntrica), es gratis.

La ciudad goza de un aire futurista gracias a la presencia de empresas de alta tecnología. La moderna arquitectura del distrito financiero es digna de admirar.

En el año 1962 se realizó en Seattle una Feria Mundial, y se construyó una llamativa Torre Mirador de 190 metros de altura, denominada “Space Needle” (Aguja Espacial). En la cima se encuentra un mirador panorámico y un restaurante giratorio al que llegan dos ascensores en apenas unos segundos. Desde allí se aprecia una de las mejores panorámicas de la ciudad y su bello entorno.

A partir de entonces, la “Aguja Espacial” pasó a ser el símbolo que identifica a la ciudad. Además se construyó, un monorriel, un tren de un kilómetro y medio de recorrido, que llega al centro de la ciudad.

ALGUNOS BARRIOS

En Seattle conviven distritos bien diferentes. Uno de ellos es Fremont, situado al otro lado del centro de la ciudad, lago Union de por medio. En los años ‘90 fue poblado por bohemios y artistas librepensadores. Este pintoresco lugar tiene casas bajas, locales de diseño y muchas expresiones artísticas callejeras.

En el elegante distrito de Queen Anne hay hermosas residencias rodeadas de amplios jardines. Siendo este un lugar de tierras altas, ofrece panorámicas vistas del centro de la ciudad, con la torre Aguja Espacial sobresaliendo entre los rascacielos.

Por su parte, el barrio Capitol Hill, que se encuentra cerca del centro, ha logrado conservar zonas no comerciales.

El distrito histórico de Pioneer Square, situado cerca de la costa, ofrece antiguos edificios restaurados, galerías de arte, negocios de antigüedades, librerías, bares, clubes nocturnos y cafés al estilo europeo.

Ya en la zona del puerto se levanta Waterfront, con muelles reciclados que albergan negocios y restaurantes de todo tipo. Aquí se encuentra la estación de ferries que navegan a diferentes destinos.

Muy cerca se encuentra el concurrido y centenario Mercado Pike Place, con una enorme variedad de comercios de frutos de mar, verduras, frutas, panaderías y flores.

Por su ubicación muy próxima al “downtown”, a la hora del almuerzo se llena de oficinistas en busca de excelentes opciones gastronómicas, con los productos más frescos y a muy buen precio.

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Vista céntrica de la ciudad de Seattle y el monte Rainier, de 4400 metros, que preside majestuosamente el horizonte.

Las montañas Olympics y las Cascadas, con sus cimas nevadas, son el trasfondo que adornan a esta hermosa ciudad, y el monte Rainier, de 4.400 metros de altura, preside majestuosamente el horizonte.

Para disfrutar plenamente de la naturaleza, las mejores atracciones están en las afueras de la ciudad. Así, por ejemplo, tenemos a sus dos más importantes Parques Nacionales, el del “Monte Rainier” situado a 95 kilómetros, y el “Olympic”, a 120 kilómetros. En ambos encontraremos tupidos bosques de coníferas, verdes praderas, flores silvestres, arroyos y lagos, pintorescas cascadas, montañas con nieve y mucho aire puro.

También hay paseos marítimos en ferries que navegan recorriendo las islas de la bahía marítima frente a la ciudad.

Donde quiera que se vaya, Seattle se siente como una ciudad especial, con gente que vive de otra manera.

Museos, galerías de arte, finas casas de antigüedades, conciertos, jazz, vida nocturna, hoteles, restaurantes para todos los gustos y todos los bolsillos, hermosos parques y jardines son, en suma, lo que esta bonita ciudad puede brindar.

De esta forma, Seattle y toda su región ofrece una interesante y variada cantidad de opciones para aprovechar.

PASEOS RECOMENDABLES

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Hermosa vista de la “ciudad Esmeralda” con el lago Washington en primer plano.

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La torre Mirador, de 190 metros de altura, denominada “Aguja Espacial”, y el monorriel fueron construidos en 1962, con motivo de realizarse en Seattle una Feria Mundial.

+info VUELOS

A Seattle se puede llegar diariamente, en vuelos vía Dallas, Miami o New York.