Entrevista a Lena Sommestad, ex ministra de Ambiente de Suecia

“Las políticas ambientales deben ir de la mano con el Estado de Bienestar”

  • La referente socialdemócrata sueca reconoció que es muy difícil que la gente se preocupe por preservar los recursos ambientales cuando no le alcanza el dinero para el día a día. En su visión, las políticas educativas y sociales son clave para construir una ciudad sustentable.
“Las políticas ambientales deben ir de la mano con el Estado de Bienestar”

Por una Santa Fe más verde. Sommestad vino a la ciudad para disertar en la conferencia magistral que inauguró las Jornadas Internacionales de Gestión Ambiental Urbana, que organizó esta semana el municipio. Foto: Flavio Raina

 

Gastón Neffen

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Los países europeos enfrentan un dilema complejo: cómo sostener el paradigma del Estado de Bienestar, que necesita de un constante crecimiento económico para garantizar el aceitado funcionamiento de los sistema de salud, educación y vivienda, sin seguir degradando el medio ambiente. El desafío, en realidad, es global y tiene muchos puntos de contacto con el objetivo de construir una ciudad verde en Santa Fe.

Este fue el eje de la entrevista que El Litoral realizó a la diputada sueca Lena Sommestad, referente del Partido Socialdemócrata de su país y ex ministra de Ambiente del gobierno de Suecia (en el período 2002 - 2006), quien esta semana abrió, con una conferencia magistral, las Primeras Jornadas Internacionales de Gestión Ambiental Urbana que organizó la Municipalidad.

Sommestad sostiene que en el mediano plazo, Europa enfrenta dos desafíos prioritarios: la supervivencia del Estado de Bienestar, asediado por la pérdida de competitividad frente a China y otros países emergentes, y el imperativo de enfrentar el cambio climático.

Frente a esta encrucijada, cuenta que los ambientalistas argumentan que no es sostenible este ritmo de crecimiento y que hay que limitar drásticamente el uso de los recursos naturales —que son finitos y muchos no renovables—, pero los políticos sostienen que el desarrollo económico es esencial para que no se derrumbe la estructura de salud, educación, seguridad social y vivienda que, después de la Segunda Guerra Mundial, le cambio la vida a la gente que vive en las economías más desarrolladas del viejo continente.

Sommestad cree que de este callejón se sale con “acuerdos de prosperidad” de largo plazo, que logren conciliar estas tensiones y las conviertan en un plan viable de desarrollo que incluya la protección del medio ambiente. Además, destaca que los países que tienen una distribución más igualitaria de los ingresos, y sistemas de salud y educación que funcionan, son más exitosos en la mitigación del cambio climático, porque la cohesión social y la educación de los ciudadanos es fundamental para impulsar las políticas ambientales.

—América Latina todavía lucha por ingresar a los beneficios del Estado de Bienestar, ¿cómo se hace para impulsar políticas ambientales exitosas cuando todavía hay un significativo porcentaje de la población que vive en la pobreza?

—América Latina tiene la oportunidad de que el desarrollo económico vaya de la mano con la protección del medio ambiente. Es muy difícil que la gente piense en preservar los recursos y el ambiente cuando no le alcanza el dinero para el día a día. ¿Por qué debería preocuparme por lo que pasará en el futuro si no puedo resolver lo más inmediato?, piensan.

—¿Se tienen que hacer las dos cosas a la vez?

—Sí. Una de las conclusiones que me dejó mi experiencia en el Ministerio de Ambiente de Suecia es que si uno quiere desarrollar políticas ambientales que funcionen, es fundamental hacerlo junto a las políticas sociales. Tienen que ir de la mano. Es muy complejo llevar adelante estas iniciativas en una ciudad injusta y desigual. Hay mucho que los gobiernos locales pueden hacer por el medio ambiente y estas políticas también influyen en el escenario global.

—En este contexto, ¿es clave acordar políticas de Estado que puedan conciliar estos ejes?

—Hay que pensar en el mediano plazo. La prosperidad económica tiene que ser sostenible, y para que eso suceda hay que proteger el medio ambiente e invertir en educación y salud pública. Si sólo se consiguen ganancias en forma insostenible, ese desarrollo no dura, no se prolonga en el tiempo. La educación es fundamental y hay que involucrar a los ciudadanos en la gestión del ambiente. Uno de los desafíos de las políticas ambientales es que hay que llevarlas adelante en conjunto, tiene que involucrarse toda la sociedad para poder producir un cambio efectivo.

—¿Cómo está enfrentando Europa este desafío?

—Es un momento problemático porque tenemos crisis económica y una importante pérdida de competitividad frente a algunas economías emergentes. Hay gobiernos que se preguntan cómo sostener regulaciones ambientales muy estrictas cuando otros países no les dan importancia. El problema es que perdemos empleos, pero si todos no cooperamos en proteger el medio ambiente, el futuro va a ser catastrófico.

—¿Qué imagen se lleva de las políticas ambientales de la ciudad de Santa Fe?

—Me interesó mucho la forma en la que ustedes gestionan el manejo de la basura, con la recolección diferenciada y la planta del relleno sanitario, porque incluye aspectos sociales a partir de la formación de la cooperativa Dignidad y Vida Sana. Cuando miro a Santa Fe veo que tiene el objetivo de consolidar políticas ambientales y convertirse en una ciudad sustentable.

“La prosperidad económica tiene que ser sostenible, y para que eso suceda hay que proteger el medio ambiente e invertir en educación y salud pública”.

“Uno de los desafíos de las políticas ambientales es que hay que llevarlas adelante en conjunto, tiene que involucrarse toda la sociedad para poder producir un cambio efectivo”.