Las clases comenzaron a mediados de octubre
Un centro de alfabetización en la Fundación Renacer
- Lo trasladó el Ministerio de Educación de la provincia y antes estaba radicado en el barrio El Chaparral de Santo Tomé. Es una buena alternativa para capacitar a las personas que están bajo tratamiento en Renacer.
Los alumnos participan con mucho entusiasmo de las clases, aseguran las autoridades de la Fundación Renacer.
De la Redacción de El Litoral
La Fundación Renacer, una ONG que brinda tratamiento médico y psicológico a personas con problemas de adicciones, incorporó un centro de alfabetización en su Comunidad Terapéutica Nuestra Señora del Pilar, ubicada en Santo Tomé.
La decisión se tomó porque el Centro de Alfabetización Nº 310, del Ministerio de Educación de la provincia, que funcionaba en el barrio El Chaparral de Santo Tomé, había tenido pocos alumnos este ciclo lectivo. Dado que se detectó una población con escolaridad primaria incompleta en la Comunidad Terapéutica de la Fundación Renacer y sus autoridades demostraron mucho interés en coordinar acciones con los responsables de aquel centro para alfabetizar a los jóvenes internados, la cartera educativa dispuso que comenzara a funcionar en aquel predio ubicado en la ruta 19 (kilómetro 3,5).
La Dirección Provincial de Educación de Adultos avaló la propuesta. “Esto es algo que venimos peleando desde hace muchos años pero no encontrábamos la manera de tener un centro educativo”, plantearon Rosa María de Lupotti, presidenta de la institución, y Luis Santi, encargado del área de Comercialización. Desde la institución aseguraron que el centro es un muy buen complemento para las terapias y actividades de recuperación que se llevan adelante.
Desde el 17 de octubre pasado, todos los días, de 18 a 21, el docente Ramón Alberto Yerbé concurre a la Comunidad Terapéutica para dar sus clases. “Con esta actividad pretendemos que cuando estas personas se reinserten en la sociedad, tengan medios para poder desarrollarse, salir adelante, no seguir excluidos y no volver a la droga. Es un incentivo para empezar otra cosa, como un oficio con cierto nivel de conocimiento”, remarcaron las autoridades de Renacer.
Mucho respeto
“Soy docente del nivel primario pero en ese grupo hay chicos que tienen nivel primario, secundario, terciario y hasta universitario incompletos. De todos modos, me hice cargo igual de todo el grupo. Por el momento estoy haciendo un diagnóstico y les llevo actividades en común para no discriminar. Formé varios grupos para que hagan diferentes actividades y trabajos, proyectos que ellos eligen, como armar una radio que va a funcionar dentro de la Comunidad. Al principio pensaba separarlos de acuerdo al nivel de instrucción, pero me pareció mejor integrarlos, mezclando los que saben mucho y los que menos saben, para que se ayuden entre ellos y me puedan ayudar a mí”, explicó el docente.
Y remarcó que los alumnos tienen mucha predisposición y ganas. “Han pasado por situaciones muy difíciles y verlos ahora con esas ganas lo entusiasma a uno, más allá de mi trabajo. Tienen que cumplir con ciertas normas de convivencia, que es algo que me favorece mucho porque hay mucha educación, mucho respeto. Respetan los tiempos; el ambiente es muy bueno y eso permite que pueda trabajar con un grupo numeroso”, contó el docente.
Sin embargo, lamentó haber comenzado tarde este año, ya que las clases terminan la primera semana de diciembre, pero la idea es continuar con estos proyectos y hacer un cierre de año con algunos. “Queremos hacer una muestra de dibujos hechos por ellos, presentar una radionovela a través del proyecto de radio, hacer una presentación de narraciones grupales sobre el tema que ellos elijan”, adelantó Yerbé.
“Estoy muy conforme con el grupo. Me parece bárbaro cómo trabaja esta gente. Hoy se incorporan los capacitadores para los talleres de carpintería y otros trabajos manuales, como costura o tejido”, destacó el docente.
En este punto, Lupotti informó que ya fueron asignados los docentes que dictarán talleres con salida laboral: carpintería, pintura sobre tela y artesanías mapuches. “Este último docente pertenece a ese pueblo originario y nos pusimos contentos porque los residentes van a poder trabajar con personas de diferentes culturas y costumbres, para conocerlas, respetarlas, valorarlas e incluirlas. Van a poder advertir que hay personas que son diferentes pero que todos podemos hacer las mismas cosas. Estos talleres se sumarán al de huerta y jardinería que tenemos”, concluyó.