editorial

Escuela y trabajo, escenarios de discriminación

  • El nivel socioeconómico, el aspecto físico y el color de piel son las principales causas de segregación, de acuerdo con un estudio nacional realizado por el Inadi.

El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) elaboró un mapa nacional de la discriminación y concluyó, entre otros puntos, en que más de la mitad de las 14.800 personas encuestadas en todo el país fue víctima o testigo de un hecho de discriminación. Pero además estableció que la escuela es el espacio en el que más se repiten estos casos, junto con el ámbito laboral.

El estudio, primero de estas características, se desarrolló en base a datos recogidos en 27 universidades nacionales y consigna que el nivel socioeconómico de las víctimas, seguido por su aspecto físico y el color de la piel son las principales causas de segregación, aunque ésta también se manifiesta por razones de religión y condición sexual, a pesar de la mayor apertura que significó la ley de matrimonio igualitario.

El otro dato que se indagó fue la frecuencia con que se denuncian estas situaciones. Así, se concluyó que solo el ocho por ciento de las personas habían dado a conocer el hecho del que habían sido víctimas o testigos.

Personas segregadas por su nacionalidad o por pertenecer a pueblos originarios; mujeres discriminadas por su condición de género, especialmente en el entorno laboral, y una fuerte coincidencia en que la mayoría de los delincuentes “no tiene recuperación”, completan, a modo de síntesis las conclusiones del estudio que, además, ubica en la franja etaria de entre 18 y 29 años a las principales víctimas o testigos de alguna forma de maltrato.

Los boliches, concebidos en el imaginario social como el espacio en el que se registran con mayor frecuencia estas situaciones, no aparecen en primer plano en la investigación, cosa que sí ocurre con las escuelas. En este sentido, cabe recordar que la problemática del bullying tuvo un fuerte protagonismo este año en nuestro país, tanto por la cantidad y la gravedad de los casos registrados como por la sanción de una ley cuyo objetivo es, a grandes rasgos, establecer reglas que permitan prevenir esta problemática.

Mientras tanto, una campaña realizada en nuestra ciudad por el municipio, el Inadi y la UNL para sensibilizar sobre el problema de la discriminación en actividades de recreación pública consistió en recorrer locales de espectáculos con folletería específica sobre los lugares a los que pueden dirigirse quienes atraviesen una situación similar. No es un dato menor: una notable mayoría de los encuestados para el estudio nacional admitió no haber reaccionado ante hechos de discriminación.

A la luz del informe presentado por el Inadi y difundido en los últimos días, resulta evidente que en nuestro país queda mucho trabajo por hacer para que la tolerancia sea un valor cotidiano, que la aceptación del otro como un par resulta todavía una posibilidad lejana, y que las diferencias, lejos de ser consideradas como un factor enriquecedor, sostienen prejuicios, son vistas como amenazas y terminan alimentando un miedo injustificado e irracional, el mismo que termina enfrentando a los unos con los otros, aunque no quede claro cómo se decide quién ocupa cada lugar.