“El Corococó”

Un canto al humor

El espectáculo del Estudio Coral Meridies se presentó en tres oportunidades durante este mes, a sala llena. Una incursión al género humorístico que sienta precedente en la historia del grupo.

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Meridies, el humor y después: el distinguido estudio coral se anima al humor y consigue un lauro más en su prolífica carrera. Foto: Gentileza Rosario Bobbio.

 

Natalia Pandolfo

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Hacer humor implica, primero, asumir un desafío. Siempre se está al filo de caer en el ridículo, y es sabido que de allí no se vuelve. O se corre el riesgo de provocar como mucho una mueca, una sonrisa torcida, un “está bien” de refilón, y poco más. El Estudio Coral Meridies se animó a animarse y el resultado es sorprendente: un espectáculo que, sin reposar en protagonismos descollantes ni en histrionismos individuales, logra un despliegue parejo de músicos que juegan a ser actores y provocan carcajadas en torrente.

Humor sutil, bien hecho, de un coro que se ríe de sí mismo: de los egos que abundan, del que siempre desentona, de los divismos, de los que aparecen para el aplauso, de las truchadas. Un prestigioso Estudio Coral que se sirve esta vez de la música para generar risa: no es la primera vez, sólo que es la primera vez que la columna vertebral del espectáculo es un libreto teatral.

“El Corococó” se presentó en tres funciones durante marzo: una en la Sala Marechal y dos en La Treintasesentayocho. Ahora el coro, dirigido por Virginia Bono, se prepara para su próxima gira por Europa. Queda este trabajo como referencia, como mojón que seguramente será retomado durante el año, para futuras funciones.

El coro canta a cuatro voces: ironía, sarcasmo, burla y algo, casi nada, de autocompasión. Sus miembros juegan a ser internos de una especie de psiquiátrico, el IaCoCó (Instituto de Ayuda al Compositor Compulsivo), con un médico/presentador que nos lleva a un paseo por cuadros típicos del rubro. Sobrevuela en la sala el espíritu de Les Luthiers.

Gonzalo Villalba y Maida Andrenacci son los artesanos de esta puesta, que ya fue representada por grupos de Mendoza, Trelew, Río Cuarto y Villa María. Andrenacci es actriz y realiza el trabajo de puesta en escena; Villalba es director de coros y compuso las obras que integran el espectáculo.

Después de lograr distinciones en certámenes internacionales de renombre, como el Europa Cantat (en Torino, Italia), Polyfollia (Saint Lo, Francia), La Fabbrica del Canto (Legnano, Italia) y el Simposio Mundial de Música Coral (Puerto Madryn, Patagonia Argentina), Meridies se le anima a la actuación y sube un tono en su propuesta artística. Ni Carlos Guastavino y la paloma que se equivoca se salvan de la disparatada deconstrucción de obras. El público, agradecido.