Batalla de Las Piedras
Batalla de Las Piedras
Hito de la gesta emancipadora del Río de la Plata
La Batalla de las Piedras en una pintura iniciada por Juan Manuel Blanes y completada por su hijo Juan Luis, en 1901.
por Julio Alberto Mufarrege (*)
El 18 de mayo se conmemoró el 203º aniversario del combate de Las Piedras, ocurrido en territorio de la ciudad homónima de la hermana República Oriental del Uruguay, entonces la Banda Oriental. Las fuerzas lideradas por José Gervasio de Artigas derrotaron a las huestes realistas enviadas desde Montevideo por el virrey don Francisco De Elío.
La historiografía argentina no referencia esta batalla en su real significación. En efecto, Las Piedras fue el primer gran triunfo militar de la Revolución de Mayo, con una importancia geopolítica fundamental pues el combate, y sus consecuencias de ocupación de territorio y reforzamiento de milicias patriotas, ocurrió en un punto estratégico respecto a los dos centros de poder de la región: Buenos Aires, que expandía la revolución a las provincias; y Montevideo, que aún era realista.
En tal contexto emerge la figura de Artigas como actor principal, en dos dimensiones: como líder político de la masa de pobladores de la Banda Oriental profunda; y como jefe militar victorioso al mando de tropas no profesionales, frente a un adversario superior en adiestramiento y poder de fuego.
Situación política del Río de la Plata
A fines de 1810 y principios de 1811 la Revolución de Mayo atravesaba momentos críticos, que ponían en riesgo el nuevo orden político nacido el 25 de Mayo. Al fracaso militar de la expedición al Paraguay, se adicionó que el Consejo de Regencia creado en España nombró a Francisco de Elío como nuevo virrey del Río de la Plata. Arribado a Montevideo, De Elío designó a esta ciudad, que era una plaza militar fortificada, y predominantemente leal a la Corona, como nueva capital del Virreinato.
La Junta de Buenos Aires no reconocía al Consejo de Regencia, y por ende, tampoco reconocía al virrey designado. De Elío declaró traidores y rebeldes a los integrantes de la Junta, con lo que las circunstancias eran de riesgo extremo para la Revolución patriota.
Artigas y su ideal independentista
José Gervasio de Artigas, de origen familiar patricio, ya gozaba de prestigio en el territorio interior rural de la Banda Oriental, por sus largos años de servicio como oficial del Cuerpo de Blandengues (cuerpo policial del régimen español). A principios del año 1811, Artigas concreta su adhesión a la causa revolucionaria, deserta y el 15 de febrero emigra a Buenos Aires. Allí recibe el apoyo de la Junta Grande (continuadora de la Primera Junta) y se lo designa teniente coronel y jefe de las Milicias Patrióticas en la Banda Oriental. Se le suministra ayuda de 150 soldados, y al mando de dicha tropa regresa a la Banda Oriental.
Ya en territorio oriental, Artigas, por su prestigio y conocimiento de la idiosincrasia popular genera adhesiones voluntarias a la causa formando una milicia revolucionaria integrada por trabajadores nómades y peones rurales devenidos en soldados, e incluso patrones de establecimientos ganaderos que luego revistan como oficiales, y blandengues seguidores del Caudillo.
El ejército que Artigas conformó en ese corto período era precario: no se trataba de soldados profesionales sino de paisanos que adherían a su líder, con la convicción de luchar contra un régimen colonial que no los integraba ni representaba. El armamento era rudimentario, compuesto por boleadoras y picanas, con pocas piezas de artillería y fusiles. Se trataba, sí, de jinetes experimentados que se movían con agilidad en el terreno. Artigas establece su campamento en Mercedes.
Desde Montevideo se envían 1.200 soldados profesionales al mando del capitán José de Posadas. Los realistas tenían mayor poder de fuego de artillería y fusilería respecto a los criollos. Aunque Artigas había reunido similar número de milicianos, la diferencia cualitativa en armas y adiestramiento era notoria a favor de los realistas.
El objetivo militar de Artigas era cercar Montevideo, para luego expulsar al poder colonial. La coordinación de las acciones fue planeada con el General Manuel Belgrano, arribado a Mercedes en abril de 1811. Artigas se dirigió hacia el sur ocupando la población de Guadalupe (hoy Canelones). El enfrentamiento se produjo en cercanías del poblado de Las Piedras, el 18 de mayo de 1811.
La batalla y sus consecuencias
La batalla ocurrió entre las 11.30 de la mañana y las 4 de la tarde, según el Parte que Artigas redactó y envió al General José Rondeau. En un primer ataque los criollos sufrieron bajas por el fuego enemigo, luego se dio un durísimo combate en el que las tropas patriotas impusieron su movilidad e ingenio, y llegada la tarde el enemigo se rindió. Es de destacar la conducta magnánima de Artigas que proclamó clemencia con los vencidos.
En una carga de caballería murió Manuel Francisco Artigas, primo del caudillo, luego homenajeado en Buenos Aires como el primer oficial muerto en combate por la causa de la Revolución.
Las Piedras constituyó la primera victoria militar importante en el Río de la Plata de las fuerzas revolucionarias nacidas el 25 de Mayo de 1810.
El movimiento se fortaleció políticamente con la adhesión de los pobladores rurales del interior oriental; y en el plano militar con la incorporación de tropas desertoras que adhieren a la causa, y apropiación de armamento a los realistas vencidos.
Se consolidó el liderazgo de José Gervasio de Artigas como caudillo y legítimo representante de su pueblo oriental.
La victoria posibilitó que Artigas, con el refuerzo de tropas al mando del General José Rondeau, avanzara por el territorio y cercara Montevideo.
Desde el Instituto Artiguista conmemoramos esta gesta de nuestros antepasados criollos como eslabón fundamental que posibilitó la continuidad del proceso emancipador iniciado en Mayo de 1810, en ambas orillas del río Uruguay y Río de la Plata.
José Gervasio de Artigas se constituye en el líder indiscutido del pueblo oriental, que suma adeptos a la causa no a través de levas ni reclutamientos forzados, sino en forma voluntaria, seguido por los paisanos que lo identifican como alguien que los representa de manera natural, y los convoca a una gesta para generar cambios de los cuales ellos serán protagonistas, rechazando el poder colonial agotado y sin legitimación a ese entonces. A partir de estos hechos, la relación simbiótica de Artigas con sus paisanos e indios orientales, que ven en el caudillo la corporización misma de su identidad y sus intereses, perdura y se consolida durante los años subsiguientes marcados por el enfrentamiento con el centralismo porteño y con el invasor portugués, así como los acuerdos con los caudillos federales de este lado del río.
Desde una mirada que consideramos ceñida al rigor histórico de los hechos, rescatamos a la batalla de Las Piedras y los hechos que la precedieron, como el período en que Artigas se manifiesta como otro actor principal e hijo de la revolución de Mayo de 1810 aún con sus contradicciones ideológicas- con el cariz de criollo independentista que rechaza al orden colonial español. Tal vez este proceso haya sido el cenit del consenso entre el caudillo oriental y el gobierno de Buenos Aires, relación que comienza a entrar en crisis y fracturarse sólo meses después, cuando el Primer Triunvirato pacta con el virrey De Elío y “abandona” la Banda Oriental a su suerte, privilegiando los intereses centralistas en relación a la Patria Grande federal por la que luchaba Artigas. Pero esa ya es otra historia...
(*) Instituto Artiguista de Santa Fe.