Mirada desde el sur
Mirada desde el sur
Hijos del poder
(Manos cerradas con piedras escondidas) Es muy difícil quitarse la familia de encima si se tiene dinero y/o poder. Es imposible si se llega al dinero y al poder mediante el acompañamiento familiar. No es sencillo entender el dinero y el poder como simples contingencias. Los hijos de ricos y famosos tienden a perpetuar, inercialmente, la especie: ricos y famosos.
Hay casos en el rubro espectáculos que son muy evidentes. El guitarrista de Carlos Gardel se llamaba Barbieri (uno de ellos) su hijo fue el cómico Alfredo Barbieri y su nieta es Carmen Barbieri. Nora Cárpena, actriz, hija de Homero Cárpena decía días pasados que sus hijos, sobrinos y nietos tienen una suerte de mandato sanguíneo. Puede ser. La familia Martínez Suárez (Legrand) también sirve de muestra.
Hay un poder y un mandato en los hijos de ricos y famosos. Se dan por seguras cuestiones que a otros les cuesta mucho entender. La trascendencia, el nombre, los pergaminos. Donde tienen peso, bueno... pesan. La nieta de la vedette Ámbar La Fox ya bailó por un sueño en Tinelli. Su apellido es Repetto, por si alguno está distraído.
En las ciencias no es tan fácil exhibir pergaminos nominales. No alcanza con ser el hijo de un científico de nota. Bernardo Houssay fue premio Nobel por sus conocimientos. El apellido se conoce. Allí se transfiere apellido y conocimiento público, pero el rigor científico es un vallado que sólo el estudio intensivo logra sortear. Se diría que el conocimiento exige eso: rigor, estudio, cuestiones que pueden definirse en una palabra que se repite: conocimiento.
Esta cuestión, la capacidad diferente para acceder a educación, salud, confort y la espalda que da el poder familiar son definitorios. Los funcionarios saben que el mundo es diferente desde el teléfono, el chofer y las secretas tramas de las cosas. Que se obtienen bienes materiales, que se tienen privilegios que agradan. El síndrome de abstinencia de teléfono y chofer destruye conductas y fabrica abyecciones. Eso se convierte en un bien que se quiere heredar. Que en muchos casos directamente se hereda.
Los más importantes nombres de la historia política actual no operaron de ese modo, por diversas circunstancias. Perón, Balbín, Frondizi, Alfonsín, Illia no convirtieron su actuación en una genética ni en un mandato histórico personal.
Es distinto el caso de otros conocidos miembros de diferentes partidos políticos, de gremios y sectores empresarios; Kirchner, Moyano y Macri, ejemplos muy visibles.
En los países donde la monarquía aún se conserva, el rigor obliga al estudio sistemático e intensivo a los miembros con posibilidades de acceder al trono.
Los hijos del panadero pueden saber más prontamente de medialunas que los que no lo son, pero la capacidad es requerida como umbral visible. Para el pan mañanero o los decretos reales. La broma al hijo de un famoso es ésta: “¿Qué serías si tu padre hubiese sido panadero?”.
Los nichos feudales de Argentina semejan -sin la obligación del estudio- a pequeños territorios de la Edad Media. Estos señores feudales conservan derecho de pernada, violación, robo, impunidad, privilegios sociales que ninguna ley condena ya que ni los códigos ni la constitución (ni la cordura) han logrado colocar a los señores feudales en el siglo XXI. Podrían, para seguir con el ejemplo, atreverse a fabricar pan sin saber qué es la harina.
Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Corrientes, Chaco, Formosa, Santa Cruz definen una sociedad donde no sólo los hijos del poder son especiales sino que ese poder es inmanente, eterno, indispensable para liberar tanta tropelía del condigno castigo. El simulacro de democracia es tan burdo que no hay defensores, sólo bufones de esas cortes atrabiliarias.
En la Argentina, en el territorio donde el conocimiento se ha difundido y el grado de instrucción es paralelo con una alimentación suficiente y un salario que alcanza, es más difícil el poder hereditario y la injusticia que muestra. Aun es peligroso el borde de las capitales, donde el retroceso social acerca al feudalismo como forma de administración. El mundo narco es feudal. Es allí donde los hijos del poder son más visibles e injustos.
La injusticia es la base de la rebelión contra los hijos del poder. El hijo de la ministra Giorgi llegó muy pronto a un alto escalafón de la administración pública atropellando lo que pediría (exigiría) una burocracia sensata. No es bueno. Es malo y lo agrava la desmemoria y la ausencia de rigor histórico. De condena popular. No es el primero. No será el último.
Es esa ausencia de rigor -y acaso, la glorificación del chanta y del aprovechado- la que nos hace admiradores del peor personaje de nuestra mitología, el Viejo Vizcacha, quien explica que es necesario hacerse amigo del juez y que la ley es tela de araña.
Algunos nombres sirven para demostrar un darwinismo excelso. Troncos familiares con (hasta) diez miembros en el Estado. Todos con la mano cerrada por sus piedras escondidas.
En el espectáculo, hay casos que demuestran que es diferente el final. Ejemplo: Frank Sinatra Junior y Freddy Tadeo. Ninguno llegó donde llegaron su padre y su hermano, respectivamente. El hermano de Freddy aún se llama “Palito” Ortega.
El poder político es peligroso. Néstor Kirchner no fue panadero. CFK es presidente. Su hijo Máximo también puede serlo. O su nuera, la odontóloga. Ojalá sepan cantar.
Raúl Emilio Acosta