ARTES PLÁSTICAS

“Bajo el cielo de Garay” abre la temporada en el MAC

La muestra del artista Héctor Batalla inaugura el ciclo 2015, año en que el museo celebra su 15º aniversario. También se expondrá “Patrimonio activo”, de Diego Perrotta. La cita es este viernes, a partir de las 20.30.

“Bajo el cielo de Garay” abre la temporada en el MAC

“Pampa Litoral”, de Héctor Batalla. Foto: Gentileza MAC

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Este viernes a las 20.30 en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL, Bv. Gálvez 1578, comenzará a rodarse la temporada 2015 con la inauguración de la muestra “Bajo el cielo de Garay”, de Héctor Batalla (pinturas y objetos). También se habilitará “Patrimonio activo”, de Diego Perrotta (grabados y xilografías).

Las muestras estarán expuestas hasta el 26 de abril y fueron curadas por la directora del museo, Stella Arber. Pueden visitarse en Bv. Gálvez 1578, de martes a viernes de 9 a 13 y de 16 a 20; sábados y domingos de 17 a 20.

Sello distintivo

“La muestra ‘Bajo el cielo de Garay’ de Héctor Batalla está compuesta de pinturas-relieves, cajas-objetos y ensambles constructivos que permiten unir períodos diferentes de este artista, si bien hay un hilo conductor fuertemente ligado al título de referencia, el diálogo a la vez se da por la utilización de formatos especiales que se mantienen en el tiempo, además de un cromatismo terroso típico, que el artista no abandonó nunca”, formuló Arber.

Luego prosiguió consignando que “hay una constante además, que es la utilización de la luz que da al conjunto un valor informativo propio mostrando como se relacionan entre sí los elementos, partiendo de una gradación de oscuros que causa incidencia sobre todo lo expuesto”.

“La reducción de las fuentes de luminosidad crea una distribución mínima de luz (en casi todos los casos) que permite ver todo, casi como en una bruma. Esta manera particular de aportar sombras dentro y como parte de la composición son un sello distintivo de Batalla.

“Las marcas de puntos generan un reticulado armónico, brindando estructura por repetición, cargando a las imágenes de un sistema gráfico que los contiene. Lo mismo sucede con los hilos tensados que aplica el artista.

El agregado de piezas pequeñas dentro de las escenas es un modo que tiene Batalla de incluir los acabados industriales, posproducir con las piezas en serie, impuestas en una sofisticada composición constructiva, sostenida por un andamiaje que a todas luces proclama su valor pictórico con registro estético único, alejado de cualquier moda o tendencia.

“El corpus de obras que se ponen a consideración del público trae consigo una fuerte raigambre religiosa mezclada a la vez con aportes paganos que proclaman su valor con la misma fuerza, esto es posible verlo en las obras ‘Bajo el cielo de Garay’ I y II”.

“La ironía y el humor se hacen sentir en esta búsqueda casi apelativa a la revulsión estética del kitch, adjudicando veneración religiosa, con celebración mundana, culto cristiano con imitaciones de oropel barato, convertidos en metáforas, más que del engaño doctrinario, en atractivos laqueados de estuco y dorado. Esplendor y gloria de algún santo o virgen que se prestan a cumplir los deseos más íntimos de un grupo humano como del otro, como en la obra ‘Cuestión de fe’. Un triunfo más de lo esotérico que de lo religioso”.

E6-02-LA HIJA DEL BRIGADIER-1.jpg

“La hija del Brigadier”, de Héctor Batalla. Foto: Gentileza MAC

Pensar, aceptar, asumir

“Batalla desarrolla un lenguaje cuyas claves hay que descifrar. Produce a partir de lo que conoce, registra y asimila de este universo cultural que le ha tocado vivir. Estas obras son señales de una disociación entre lo que piensa, acepta y le toca asumir de nuestro mundo”, analiza la curadora.

“Ha demostrado a través de su trayectoria en las artes visuales que expresarse de este modo no ha minimizado el contenido de sus frustraciones ni de sus angustias. Tal vez le permite sublimar algunos conflictos, convirtiendo a sus obras en indicios de su tolerancia, distintivos de su sabiduría como factores constantes que condicionan su manera de trabajar, a tal punto de que el contenido de la obra es una parte vital de su accionar visual. Aparecen complejos mecanismos autónomos que hacen de su expresión un modo de vida”.

“Críticas develadoras, como apropiación de circuitos perversos donde nada puede cambiarse, sólo contarlo en imágenes, develar que en ese escenario ocurren cosas, se generan otras, se formulan peligrosamente las opciones de lo bueno y lo malo en convivencia como en la obra ‘Delivery Sunchales’. El paisaje maravilloso de nuestra pampa gringa, llano y vasto se ve interrumpido y deformado por acontecimientos brutales de nuestro tiempo. El artista proyecta el espacio completo con toda su belleza y con todas sus miserias. Una perspectiva que entraña la paradoja significativa de un horizonte tumultuoso, que deja constancia que lo que era, ya no volverá a ser, que ahora se trata de otra cosa, que allí ha irrumpido una secuencia de eventos que lo han redefinido como paisaje”.