editorial
- Sectores sindicales insisten en que el Concejo Municipal adhiera cuanto antes a la ley provincial.
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Presión por el descanso dominical
Si los concejales de la ciudad de Santa Fe pudieran, seguramente postergarían el tratamiento de la ordenanza sobre el descanso dominical hasta después de las elecciones del 14 de junio. Es que, sin lugar a dudas, se trata de un tema controvertido, en el que se cruzan los intereses de distintos sectores.
De todos modos, la presión gremial parece intensificarse, y es probable que no resulte fácil postergar un debate complejo. Tanto es así que, en los últimos días, dirigentes sindicales mantuvieron reuniones con ediles locales para reclamarles celeridad en el tratamiento del tema.
Frente a este contexto, en el Concejo Municipal se tomó la decisión de avanzar en una ronda de consultas con los sectores empresarios que resultarían afectados por la aplicación de esta ley provincial en la ciudad de Santa Fe.
Mientras tanto, en Rosario, se vive una situación similar: empleados de comercio se movilizaron hace aproximadamente cuatro semanas para que el tema fuera abordado por el Concejo, aunque en su momento se advirtiera de que no existía posibilidad alguna de avanzar con las discusiones hasta tanto no se realizaran las elecciones primarias.
Es evidente que el descanso dominical genera fuertes controversias en las dos principales ciudades de la provincia, las que por tener mayor población y demanda de servicios enfrentan disyuntivas más complicadas, que ahora se agravan por el aplanamiento de la economía. Entre tanto, otros municipios, como los de Reconquista, Esperanza y Rafaela, han adherido a la ley aprobada por la Legislatura el año pasado.
Un caso particular se dio en Santo Tomé. Esta ciudad avanzó en la aprobación del descanso dominical, sin tener en cuenta lo que viene sucediendo con este tema en Santa Fe y a pesar de que ambos conglomerados integran el área metropolitana capitalina. Esta situación sorprendió a muchos, pues se esperaba que ambos cuerpos deliberativos manejaran el tema de manera coordinada.
Si bien los concejales de Santa Fe no desconocen el derecho que todo empleado tiene a gozar del descanso dominical, temen que en caso de aprobar la norma terminen provocando despidos de personal. Y no parece una preocupación antojadiza.
El año pasado, mientras el tema comenzaba a ser debatido en la Legislatura, una cadena de supermercados con sucursales en Santa Fe y Rosario amenazó con despedir a 150 empleados de ambas ciudades.
Es verdad que se trató de una decisión apresurada, porque la ley ni siquiera se había aprobado. Sin embargo, lo ocurrido fue un llamado de atención. Si alguna de las cadenas de supermercados decidiera despedir personal respetando las leyes laborales vigentes, nadie podrá impedirlo. Estará en el derecho de hacerlo, bajo el argumento de que la norma cambió su ecuación económica y ya no necesita empleados para prestar servicios los domingos, que son días determinantes en su estructura de ingresos.
Además, tanto Santa Fe como Rosario vienen haciendo esfuerzos desde hace tiempo por atraer al turismo los fines de semana. El hecho de que estos comercios que funcionan en grandes superficies estén cerrados, podría atentar contra dichas estrategias y, al final de cuentas, contra la ciudad toda.
Frente a esta realidad, el tema del descanso dominical deberá ser analizado con sumo cuidado, teniendo en cuenta las diferentes aristas y sus potenciales consecuencias.
Aunque seguramente los sectores sindicales no estarán de acuerdo, tal vez resulte prudente que, para evitar cualquier tentación demagógica frente a las elecciones que se avecinan, el debate se produzca después de los comicios del 14 de junio. La decisión está en manos de los concejales.
Tal vez resulte prudente que, para evitar cualquier tentación demagógica frente a las elecciones que se avecinan, el debate se produzca después de los comicios del 14 de junio.