Tribunal Oral Federal

Piden 8 años de prisión por evasión para un empresario

Durante su alegato, el fiscal se refirió al imputado como “un peligroso delincuente económico de cuello blanco”. Hoy alegaba la defensa del rafaelino Bernabé Luis Mautino.

De la Redacción de El Litoral

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“Lo reseñado en este alegato y lo ventilado en este juicio, nos deja a todos la misma impresión: Mautino es un peligroso delincuente económico de cuello blanco como dice la doctrina”, expresó el fiscal general Martín Suárez Faisal ante el Tribunal Oral Federal de Santa Fe que, tras 17 años de investigación, juzga al empresario rafaelino acusado por evasión impositiva.

El representante del Ministerio Público Fiscal calificó ayer de “absolutamente inescrupuloso” al dueño de importantes empresas del rubro construcción de la Perla del Oeste y Santa Fe, luego devenido empresario de alcance nacional. Para Suárez Faisal “se manejó sin importarle las consecuencias que podrían sufrir las terceras personas o las arcas estatales, con tal de enriquecerse rápida y obscenamente en forma millonaria, valiéndose para ello de una extensa red de empleados, profesionales y contactos influyentes”.

El alegato de la acusación formulado ayer y difundido por el sitio oficial www.fiscales.gob.ar del Ministerio Público Fiscal, apunta a Bernabé Luis Mautino, de 61 años, considerado autor penalmente responsable por el delito de “evasión simple y agravada en forma reiterada”. A propósito, el fiscal solicitó una pena de 8 años de prisión de cumplimiento efectivo para Mautino.

Denuncia de Afip

El tribunal que está al frente del juicio desde el pasado 6 de julio se encuentra presidido por la Dra. María Ivón Vella, y los vocales José María Escobar Cello y Luciano Homero Lauría. Los mismos magistrados serán los responsables con su sentencia, de poner término a una investigación penal iniciada a fines de la década de 1990.

La denuncia original se remonta al 29 de septiembre de 1998 cuando el jefe de la Dirección Regional de la Afip-DGI solicitó a la Fiscalía Federal Nº 1, la intervención de los teléfonos particulares de Mautino, su empleada Lidia Merlo y de la empresa Rafaela Construcciones SA.

Específicamente se persiguió su accionar delictivo ante las “transferencias de empresas e inmuebles, la omisión de facturación y la utilización de facturas apócrifas, la presentación de declaraciones juradas falsas, la constitución de una sociedad de hecho, movimientos en cuentas bancarias y utilización de cheques con pago diferido, todas funcionales a los propósitos de Mautino”, sostuvo la fiscalía en uno de sus escritos previos al juicio.

Coimputados

La evasión que se le reclama a Mautino y sus cómplices supera ampliamente los 7 millones de pesos, que tal como lo aclaró el fiscal, corresponde a una época en la que regía la convertibilidad.

Además de Mautino, llegaron a juicio otras cuatro personas: Lidia Malvina Merlo (46), César Fabián Galiani (48) y Jorge Pedro Romano (65) fueron considerados partícipes primarios de los delitos atribuidos al principal investigado y para ellos se solicitó pena de 5 años de cárcel. Por último, el fiscal pidió un año de prisión en suspenso para Julio César Gerez (62), como partícipe secundario.

En cuanto a los imputados Merlo, Galiani y Romano, el fiscal general consideró que se trataba de personas de instrucción intermedia, peritos mercantiles o bachilleres que toda la vida se han desempeñado como empleados comerciales, con un nivel de vida de clase media, “lo que demuestra también la ficción del rol que revestían”.

“Cerebro y ejecutor”

Entre las maniobras atribuidas durante el juicio oral a Bernabé Mautino y un grupo de prestanombres figuran la creación y cesión de sociedades constitutivas del llamado “Grupo Mautino”: “Rafaela Materiales SA”, “Rafaela Materiales de Ariel Pariani”, y “Rafaela Construcciones de SA”, “Rafaela Construcciones de Lidia Merlo”, “Constructora Evisa SA”, “Hormigonera Santafesina SA”; “Sociedad de Hecho de Fugini-Merlo; “Litoral Materiales SRL”, entre otras.

Mautino “no sólo fue el cerebro de esta maniobra, sino también el ejecutor y el que se llevó para sí toda la plata, todos los beneficios económicos del delito”, puesto de manifiesto en una “casa importante y lujosa, autos importados, gastos elevados, entre otros” aseguró el fiscal Martín Suárez Faisal.

El dato

Convertibilidad.

“Para que tomemos conciencia del perjuicio fiscal que provocaron las maniobras”, era necesario recordar que “en la época de los hechos regía la Ley de Convertibilidad, la paridad de un peso un dólar. Y esos montos, a su vez, se vieron incrementados en más del doble en concepto de intereses”, tal como lo explicara uno de los testigos contadores de la Afip, “que mensuró en más de 12 millones de dólares al año 2000, que nunca se pagó ni pudo serle ejecutado”, señaló el fiscal Martín Suárez Faisal.