editorial

  • Todo indica que los candidatos a la presidencia de la Nación debatirán, al menos, en dos oportunidades.

A las puertas de un debate presidencial

Jamás en la historia de la Argentina, candidatos a la presidencia de la Nación aceptaron debatir públicamente, con reglas claras y ecuánimes. Sin embargo, todo indica que durante este año se producirá en el país un hecho inédito, con la realización de dos debates en los que, al menos hasta ahora, está asegurada la participación de quienes aspiran a convertirse en el nuevo presidente de la república a partir de diciembre próximo.

No se trata de un hecho menor. En primer lugar, porque seguramente esto no hubiese sido posible sin la presión social que comenzó a incrementarse en los últimos años. Sobre todo, a partir de iniciativas impulsadas desde organizaciones civiles como Argentina Debate, un órgano integrado por representantes de los más diversos ámbitos del país, líderes sociales, referentes de la vida pública, representantes del sector privado y organizaciones de la sociedad civil.

Desde hace más de un año, vienen trabajando en busca de promover un debate presidencial sobre las prioridades de desarrollo del país, promoviendo la cultura del diálogo con el objetivo de compartir visiones, diagnósticos y posibles acciones en torno de una agenda de problemáticas esenciales.

Este encuentro se producirá el 4 de octubre en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Distintos medios de comunicación públicos y privados, alcanzaron ya un acuerdo para que el debate sea transmitido a todo el país.

Pero no es ésta la única iniciativa tendiente a reunir a los candidatos. El canal de televisión Todo Noticias, del Grupo Clarín, también trabaja en la organización de un debate presidencial, que se realizaría entre finales de septiembre y principios de octubre.

Y con el objetivo de brindarle al evento el adecuado grado de institucionalidad e imparcialidad, invitó a participar en la organización a representantes de cuatro universidades: las de Buenos Aires, Católica Argentina, de Córdoba y del Litoral. Para la casa de altos estudios santafesina representa un verdadero reconocimiento de su prestigio académico.

Al hablar de debate presidencial, lo primero que surge en la memoria colectiva de los argentinos es aquel encuentro trunco entre los candidatos Carlos Menem y Eduardo Angeloz. Ocurrió en 1989, durante el programa que conducía por entonces Bernardo Neustadt.

El cordobés, que no se veía favorecido por las encuestas y que debía hacer frente a una realidad económica que socavaba al gobierno del radical Raúl Alfonsín, se presentó en los estudios. Pero el riojano optó por no hacerlo. Su presencia fue reemplazada por una silla vacía, que desde entonces se convirtió en ícono de la política argentina.

El desenlace de aquellas elecciones es conocido por todos: Menem se convirtió en presidente y gobernó el país durante una década. Pero desde aquella circunstancia, ante cada intento de debate entre candidatos presidenciales, quienes se percibieron ganadores se negaron a participar de un público intercambio de opiniones.

Sin embargo, y a pesar de sus evidentes falencias, esta joven democracia argentina muestra ciertos signos de madurez. Y en estas elecciones, difícilmente un candidato esté en condiciones de negarse a participar de un panel público con sus contendientes.

Si al fin los debates se concretan, representarán un hito en la historia política del país. En parte dependerá de los candidatos. Pero será la sociedad en su conjunto la que, en definitiva, habrá logrado este verdadero avance institucional y democrático.

Será la sociedad en su conjunto la que, en definitiva, habrá logrado este verdadero avance institucional y democrático.