El vicegobernador electo renuncia desde el 1º de octubre
El vicegobernador electo renuncia desde el 1º de octubre
Fascendini deja Producción para estar con Lifschitz en la transición
El radical considera clave la inversión en infraestructura en el próximo período para ayudar a los sectores productivos. “Somos parte del gobierno, no invitados”, afirmó.
Carlos Fascendini está desde el 11 de diciembre de 2011 en el gabinete de Antonio Bonfatti a quien le agradece haberlo invitado a formar parte del equipo de trabajo. Foto: Manuel Fabatía
Mario Cáffaro
El miércoles próximo será el último día de Carlos Fascendini como ministro de la Producción, cargo que ocupa desde el 11 de diciembre de 2011. La salida fue acordada con el propio Antonio Bonfatti para dedicarse a acompañar a Miguel Lifschitz en los 70 días previos al inicio de la nueva gestión institucional en Santa Fe donde se definirá no sólo el gabinete sino también las primeras medidas a impulsar, muchas de las cuales tendrán que pasar por la Legislatura.
Fascendini es el vicegobernador electo de la provincia. Desde 1983 hasta hoy fue intendente de Esperanza, senador por Las Colonias, diputado provincial y ahora ministro. Radical, es uno de los referentes del NEO, el nuevo espacio interno con fuerte desarrollo en el interior santafesino.
“Quiero ponerme al lado de Miguel (por Lifschitz), tomar un poco de distancia de la gestión para empezar con toda la fuerza la nueva etapa”, le dice a El Litoral, en su despacho, café de por medio, y resaltando que “hay una tarea encaminada. El que venga tiene una dirección trazada, con planes estratégicos para cada una de las cadenas”. Su equipo seguirá en la cartera y Bonfatti encargará a otro ministro la firma de Producción hasta diciembre. “Estoy muy agradecido a Bonfatti a que me haya convocado, a que me haya dado toda la libertad para trabajar, de haber apoyado todas las cosas que le propusimos”, resalta.
No sabe quién se hará cargo de Producción en diciembre pero asegura que “hay un montón de proyectos que están caminando, los planes estratégicos de cada producción: azúcar, algodón, salas de faena, la relación con Fisfe que hemos recuperado y encaminamos con programas. El que venga tiene una dirección trazada y mucho trabajo hecho, hay tareas inconclusas pero en marcha”.
El cambio de gobierno no sólo es provincial, sino también nacional y hoy existe incertidumbre económica, especialmente en los actores económicos. Fascendini es optimista. “La provincia tiene que seguir generando condiciones para tener la mejor competitividad posible. La política macroeconómica no la define Santa Fe; pero estamos trabajando fuerte en todo lo que tiene que ver con la infraestructura, potenciarla para bajar costos: mejores rutas, transporte fluvial, acompañar a la Nación para que se recomponga el transporte ferroviario. Hay que seguir incorporando valor agregado a los productos santafesinos. La llegada del gas va a ser una vuelta de página para gran parte del centro norte. Con los acueductos en marcha, la inversión realizada por la EPE, gas natural y la mejora en rutas que es un compromiso de campaña de Lifschitz, el norte va a tener las mismas condiciones de producción que el sur santafesino. La tarea será agregar valor a cada producción norteña”.
Sobre este punto, destaca los planes estratégicos de la caña de azúcar y el algodón. Sobre la caña buscando otras aplicaciones como alimento balanceado, alcohol, etc pero con la necesidad de poner en marcha el ingenio que está hoy en quiebra judicial y donde asegura hay un grupo santafesino interesado en hacerlo. Recordó que el gobierno nacional no terminó de avalar la toma de un crédito externo para riego pero no obstante están realizando experiencias de otro tipo para solucionar el problema del agua.
En materia política
Fascendini se pondrá a partir del jueves al lado de Lifschitz para colaborar en la transición. “No vamos a interferir, sino a ponernos a disposición. Como partido y como grupo interno (NEO) tenemos la voluntad de integrar el gobierno, de hacer un gobierno íntegro del Frente Progresista, no sentirnos invitados sino totalmente parte. Vamos a acercar todas las propuestas, la disponibilidad de personas, de los posibles funcionarios para que Lifschitz tenga las mejores alternativas a la hora de decidir para sumar los mejores funcionarios y los mejores proyectos”.
Su despacho futuro estará en la Legislatura, donde presidirá el Senado, en un Poder Legislativo donde el Frente Progresista tendrá mayoría en Diputados y el justicialismo en el Senado. “Una de las tareas fundamentales será destrabar las posibilidades que tiene la provincia de tomar créditos para encarar un fuerte programa de infraestructura. Esto será discutido con la Legislatura, hoy hay una autorización pero debemos profundizar el camino. Santa Fe tiene todas las posibilidades de tomar créditos externos para hacer obras que disfrutarán ésta y generaciones futuras y que va a cambiar la matriz especialmente en el norte santafesino”.
Aclara que el crédito no estará para gastos de funcionamiento del Estado, sino para obras de alto impacto. “El financiamiento para el funcionamiento del Estado está asegurado pero si tenemos que funcionar sólo con ahorros para obras públicas vamos a demorar muchos años lo que se necesita en forma inmediata”.
Fue par de muchos de los actuales senadores y de los actuales diputados. “Tengo una buena relación con todos los sectores políticos; conozco el sistema de tomas de decisiones. En el Senado ha habido una buena predisposición para acompañar decisiones estructurales de la provincia, no hubo decisión de trabar la gestión o de anteponer meros intereses políticos”, reconoce.
Saco roto
Sobre el tema lechería reconoce la incidencia de los mercados internacionales, pero la crisis actual “también desnuda las debilidades que ha tenido la Argentina en sus políticas comerciales, su carencia de fondos anticíclicos y desnuda las inequidades que hay dentro de la cadena. Los tamberos se están fundiendo, la industria está en un delicado equilibrio y los supermercados hacen tremendas diferencias comprando a más bajo precio y vendiendo más caro; quedándose con las diferencias ante la sobreoferta. El Estado debe intervenir para ordenar ese sistema comercial y para distribuir mejor las rentabilidades”.