Aseguran que es para “proteger a los jóvenes”


Corea del Sur: Escandalosa decisión del Gobierno de monopolizar contenidos escolares

Corea del Sur: Escandalosa decisión del  Gobierno de monopolizar contenidos escolares

En contra. Una vez conocida la medida se realizó una multitudinaria manifestación de estudiantes, académicos y ciudadanos indignados con la imposición de una visión única de la historia. Foto: Agencia EFE

 

Agencia EFE

El Gobierno de Corea del Sur ha decidido monopolizar los contenidos escolares de historia para presentar una visión única y “proteger” a los jóvenes de ideas cercanas al régimen comunista norcoreano, lo que ha desatado las protestas de estudiantes, académicos y ciudadanos indignados.

“Nuestros adolescentes son demasiado inmaduros para estudiar el ideario de Corea del Norte”, argumentó recientemente el director del Instituto Nacional de Historia Coreana, Chin Jae-gwan, para defender el nuevo plan del Gobierno ante decenas de periodistas extranjeros en Seúl.

El plan, presentado oficialmente hoy, consiste en eliminar en 2017 los actuales libros escolares de historia, publicados por ocho editoriales diferentes, y sustituirlos por un contenido único establecido por el Gobierno para todos los estudiantes de secundaria y bachillerato del país.

El Ejecutivo surcoreano argumenta que los libros actuales poseen contenidos “sesgados y con un enfoque de izquierdas”, además de ofrecer “contenidos peligrosos” como, por ejemplo, la explicación del ideario Juche que sienta las bases del régimen comunista de los Kim en Corea del Norte.

Para resolver esto, promete que el nuevo texto ofrecerá una perspectiva más neutral y asegura que participarán en su elaboración prestigiosos historiadores de diferentes tendencias.

Sin embargo, parece difícil que esto pueda hacerse realidad ya que la Asociación de Investigación de la Historia de Corea -el mayor club de historiadores del país- y decenas de académicos de las principales universidades han adelantado que no se implicarán en la redacción del libro único.

Además, parte de la sociedad se ha puesto en pie de guerra. Estudiantes, profesores, organizaciones civiles y políticas e incluso conocidos artistas han protagonizado centenares de protestas en Seúl y otras grandes urbes al considerar que el Ejecutivo busca adoctrinar a los jóvenes en su visión conservadora.

“El Gobierno usa la palabra neutral como una excusa para imponer una visión única, algo completamente intolerable en el siglo XXI”, indica Yoo Eun-hye, portavoz de Nueva Alianza Política para la Democracia (NPAD), el principal partido de la oposición, durante una manifestación que convocó a unas 3.000 personas en pleno centro de la capital.

Modificar el relato

Actualmente la redacción de los libros de historia se delega en ocho editoriales privadas y los contenidos se someten a una revisión final de las autoridades educativas, tal y como marca la normativa puesta en vigor en 2011 tras un proceso de liberalización iniciado la década anterior.

Este método puso fin al antiguo sistema de monopolio estatal de los textos impuesto en 1974 por el dictador militar Park Chung-hee, una controvertida figura amada y odiada a partes iguales en Corea del Sur por haber disparado el crecimiento económico y cometido a su vez graves violaciones de los derechos humanos.

El general Park Chung-hee, asesinado en 1979 por su propio jefe de inteligencia tras 17 años de gobierno autocrático, es el padre de la actual presidenta del país, Park Geun-hye.

Así, no son pocos quienes auguran que el Gobierno tratará de presentar una imagen más amable del dictador en los nuevos libros de historia, ya que los actuales dedican algunos epígrafes a la sangrienta represión militar de estudiantes y opositores de los años 60 y 70.

“Park Geun-hye está tratando de lavar la imagen de su padre”, comenta el conocido artista pop surcoreano Lee Ha, de 47 años, que en una de sus ilustraciones ha vestido a la presidenta de militar y le ha puesto un bigote al estilo Hitler para denunciar su carácter autoritario.

Del otro lado, una minoría de organizaciones civiles ha manifestado su apoyo al Gobierno, como la ultraconservadora Federación de Padres de Corea, cuyo líder Chu Seon-hee llamó a “procesar a los historiadores de izquierdas” en una reciente manifestación en Seúl.

En todo caso la batalla se anticipa larga. El Gobierno deberá dar luz verde a la reforma en la Asamblea Nacional, donde tiene mayoría, pero la oposición ya ha adelantado que bloqueará “con todos los medios” -incluida probablemente la resistencia física- la aprobación parlamentaria de la visión única de la historia del país.