La hondura de ser paisaje
La escritora misionera Olga Zamboni nos ofrece una selección exquisita de sus poemas. El libro “Ríos de memorias y silencios” conjuga su poética con las fotografías de María Eugenia Maffini, Trini Álvarez y Ernesto Engel. El verdor de la selva, el rojo de la tierra colorada, los claroscuros de los sentires, la vida, el amor y la muerte conviven naturalmente en sus páginas.
TEXTOS. MILI LÓPEZ.
Olga Zamboni nació en Misiones, es escritora y también fue docente. “Yo siempre decía que no era escritora sino docente, mi vocación en la vida era la docencia y por suerte pude ejercerla. Al cabo de un tiempo ya tenía libros publicados, y un amigo me dijo ‘vos sos escritora’ y ahí fue que me asumí como escritora”.
La escritura y la docencia fueron de la mano durante muchos años. Desde una escuela rural hasta ámbitos universitarios han sido los caminos recorridos. El entusiasmo y la pasión por la literatura fue el legado a sus alumnos.
Olga hoy celebra la edición de su último libro de poesías “Ríos de memorias y silencios”. Sus textos se sumergen en la selva misionera como fondo para aludir a temas que atraviesan a la humanidad como el amor, la vida, el transcurrir, la muerte. Es contemplación y protagonismo. Es el paisaje que se hace piel, y la piel que se hace texto. Es autorreferencial y a la vez interpela al lector.
“Los libros son como los hijos, uno siempre está enloquecido con el último” sentencia y sonríe: “Este es un objeto de arte muy bello, hermoso por donde se lo mire, con un gran cuidado editorial, con imágenes muy vívidas que se intercalan con mis textos”.
Esta edición es parte de la colección Anamnesis de la editorial santafesina Palabrava -proyecto impulsado por las escritoras que conjuga la poesía con las imágenes. Las fotografías pertenecen a María Eugenia Maffini, Trini Álvarez y Ernesto Engel; y en el diseño, diagramación y guión trabajaron Álvaro Dorigo, Noelia Mellit y Juan Pablo Bagnarol.
MEMORIAS Y SILENCIOS
- El título del libro es “Ríos de memorias y silencios”, ¿qué significados tienen estas palabras?
- El río es el símbolo del tiempo, desde Heráclito es el tiempo irrecuperable, es lo que pasa. Este libro es un libro de madurez, en el que quieras o no, la conciencia del tiempo que pasa se te hace muy viva, y el río es la vida y también es el río Paraná. En cuanto a las memorias, uno escribe memorias del pasado, lejanas o muy recientes y creo que estamos hechos de memorias. Por último, el silencio es un símbolo muy amplio porque nuestras vidas están llenas de silencios, si pensamos en las incomprensiones, en las faltas de diálogo, y finalmente el gran silencio es la muerte en el sentido en que no sabemos que hay detrás..
- El amor es otro de los conceptos que atraviesa estos textos...
- El libro tiene un subtítulo que dice “el amor es otro río, agua en las manos”à el amor es como tener aguas en las manos que se desliza y a veces es difícil de recuperar. Cuando uno habla del amor, habla del desamor, del olvido, del abandono...
-¿Qué significa la poesía para vos?
-La poesía es tu voz más íntima, la voz que sale de adentro, tus sentimientos que son inexpresables de otra manera y que en la metáfora y en el símbolo encuentran su cauce. Si uno tuviera que explicar en otras palabras no sabrías cómo hacerlo, este sentido figurado que tiene la poesía permite que las cosas más íntimas afloren de esa manera. Es la voz más íntima pero al mismo tiempo está colmada de todos los elementos que te rodean, cuando elegís una metáfora elegís algo del entorno que te nutreà El crítico santafesino José Luis Vittori decía que el territorio vivido es lo que aflora en nuestros escritos...
TERRITORIO VIVIDO
Olga eligió el verde como color identitario para el arte de tapa y los interiores del libro. “Elegir el color verde tiene que ver con esta tierra en la que nací y donde vivo. En todo lo que escribo, así yo hable del amor, de la muerte, de la vida, de temas filosóficos, siempre en el fondo está el paisaje verde de Misiones, la tierra colorada, es una constante que se me escapa, que es inherente a mi escritura”.
En esa sintonía fueron elegidas las fotos que ilustran el libro, no se corresponden directamente con cada poesía. Imagen y palabra dialogan en las páginas. La mirada, el cuadro, los enfoques y la luz enriquecen el decir. La edición propone un viaje con olor a tierra mojada, para descubrir amaneceres silenciosos o disfrutar la quietud de la noche.
Cuando hablamos de literatura argentina, Olga reniega de las categorías, no es amiga del regionalismo: “Creo que la literatura es una sola, tampoco me gusta literatura femenina, como si hubiera una literatura masculina, o regional como si hubiera una literatura nacional dentro de la cual no estamos los escritores de la provincias”.
Tampoco el pintoresquismo es un término que avale. “Asumo que hay una gran diferencia al escribir desde la capital y desde la provincia, sé que es muy diferente. Los de ‘tierra adentro’ que es como nos llaman, estamos metidos dentro del paisaje natural, sin que eso signifique ponerte a cantar el paisaje, estoy en contra de eso, sino que el paisaje tiene que estar presente cuando escribís sobre cualquier tema...”.
En la autorreferencia, en la voz más íntima de la poesía, en los temas universales que la interpelan, Olga es ese paisaje: subjetividad que construye identidad, poética que embellece la realidad.