¿Milagroso o arriesgado? La nanotecnología en la cosmética

¿Milagroso o arriesgado? La nanotecnología en la cosmética

La industria de la belleza sería inimaginable sin las nanopartículas por sus múltiples beneficios. Sin embargo su uso genera fuertes debates.

 

Textos y fotos. DPA.

Decir que son pequeñas sería extraño, y “diminutas” tampoco es una buena descripción. Lo cierto es que las nanopartículas son miles de veces más pequeñas que el diámetro de un cabello humano.

Su nombre viene del griego “nanós”, enano, y se las utiliza desde hace tiempo en diversos productos, como ser la fabricación de plásticos. Con las nanopartículas, el material se vuelve más firme.

Pero la lista no acaba allí. La cosmética también sería inimaginable hoy en día sin las nanopartículas. Hay productos como los delineadores o las máscaras que contienen partículas del tamaño de una nanopartícula y eso hace que sean más duraderos una vez aplicados.

Las cremas para el sol también contienen dióxido de titanio y de zinc en forma de nanopartículas, y lo bueno es que, al darles esa forma, las partículas de ambas sustancias, que antes eran blancas, se vuelven prácticamente invisibles.

“Se expanden como una película muy clara sobre el cutis y forman algo así como un espejo que refleja la luz del sol”, explica la dermatóloga Uta Schlossberger. Antes el proceso era distinto. Los protectores solares que contenían titanio o zinc dejaban por bastante tiempo una película blanca sobre la piel. En cambio ahora, gracias a la reducción de estos elementos al tamaño de las nanopartículas, ese efecto queda anulado.

Las nanopartículas también están presentes en diversos productos para el cuidado de la piel. Allí facilitan que las sustancias importantes puedan ser mejor absorbidas por el cutis.

También hay nanopartículas de plata que son utilizadas en los desodorantes, donde actúan como bactericidas.

EFECTOS PERJUDICIALES

Todo suena fantástico y milagroso. Sin embargo, el uso de la nanotecnología en la cosmética también genera fuertes debates. Hay quienes sostienen que aún es poco lo que se sabe de los efectos perjudiciales que pueden tener a largo plazo. Todavía no se han llevado adelante muchos estudios relevantes.

Rolf Buschmann, de la Asociación Alemana por el Medio Ambiente y la Protección de la Naturaleza, apunta que se han realizado estudios con pulgas acuáticas. “Si bien los organismos que entraron en contacto directo con nanopartículas no presentaron ningún tipo de daños, en la generación siguiente fue distinto. Los descendientes evidenciaron dificultades en su capacidad de nado”, relata.

Actualmente se llevan adelante otros estudios. Hasta conocerse más resultados, podría decirse que en algunos casos tiene sentido utilizar de todos modos productos con nanopartículas, y en otros no.

“Por ejemplo, en el caso de los protectores solares, es mayor el riesgo de contraer cáncer de piel si no se los utiliza que el riesgo de sufrir algún daño colateral generado por las nanopartículas”, dice Buschmann.

“En cambio, cuando se trata de otros productos, más vale preguntarse dos veces si es necesario que contenga nanopartícula”, añade.

Buschmann recomienda ser cauto, por ejemplo, con las cremas antiage que contienen fullereno, que son nanomoléculas de carbono que se supone que unen radicales libres.

También se aconseja no aplicar productos con nanopartículas en pieles dañadas, ya que el producto podría pasar a la sangre. Lo mismo vale para la piel directamente después de ser rasurada.

El riesgo además es mayor si las nanopartículas están en un spray en lugar de en una crema. A través del spray, aumenta la probabilidad de inhalarlas, con lo cual podrían irritar las vías respiratorias o incluso pasar a sangre a través del pulmón.

La industria de la belleza ya está buscando caminos para evitar todos estos riesgos. Los especialistas comentan que se están intentando envolver las nanopartículas en silicona o en ciertos aceites para evitar que pasen al cuerpo. Esto se denomina “coating”, explica Schlossberger.

“Las nanopartículas son recubiertas con aceite y de ese modo no traspasan la barrera de nuestra piel”, detalla.

Sin embargo, quien quiera estar cien por ciento seguro, hará bien en mirar con mucha calma la composición de la crema que utiliza todos los días. En muchos países los fabricantes están obligados a indicar si los productos contienen nanotecnología.