EDITORIAL
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Rincón atraviesa una crisis institucional
Cuando en mayo de 2013, la comuna de San José del Rincón fue declarada ciudad, muchos pensaron que vendrían tiempos mejores para el pueblo. Sin embargo, la realidad terminó demostrando que la situación de una comunidad no depende demasiado del status que pueda brindarle una ley.
De hecho, los últimos años fueron realmente difíciles para los rinconeros. Los enfrentamientos políticos alcanzaron niveles que comprometen la convivencia y el futuro. Y a este contexto de controversias permanentes, se sumaron algunos desatinos que sorprenden.
En las últimas horas, el intendente Carlos Sánchez recibió un golpe de puño mientras hablaba con un grupo de vecinos que reclamaba ayuda del municipio, frente a la crítica situación que provoca la emergencia hídrica y las lluvias extraordinarias en toda la zona de la costa.
Debido a la gravedad de la agresión, Sánchez perdió el conocimiento y debió ser trasladado de urgencia al hospital Cullen. El hecho es gravísimo. Y como no podía ser de otra manera, al ataque le siguieron denuncias cruzadas entre los distintos sectores políticos. Desde el oficialismo, están convencidos de que la oposición generó las condiciones como para que éste fuera el desenlace.
Lo cierto es que, más allá de cuál pudo haber sido el rol de ciertos dirigentes políticos, la realidad institucional y social de Rincón es preocupante. Gran parte de la población carece de empleo formal. Muchos sobreviven gracias a trabajos temporales que realizan día a día. Por ese motivo, durante estas semanas de lluvias permanentes estos vecinos se vieron imposibilitados de generar ingresos. En algunos casos, la situación se torna desesperante.
Desde principios de este año los ánimos estaban exacerbados entre la población a raíz de un fortísimo aumento en las tasas municipales y prestación de servicios, dispuesto durante las últimas horas de 2015.
Es probable que las tarifas estuvieran atrasadas. Sin embargo, sorprendió que se produjeran subas de alrededor del 300 por ciento. Los vecinos manifestaron su malestar de manera pública y comenzó a incrementarse el clima de descontento social generalizado.
Tanto es así que, a mediados de marzo, el intendente Sánchez ni siquiera pudo terminar su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo municipal, debido a los insultos y abucheos de vecinos que lo increparon públicamente por los aumentos tributarios.
El nivel de improvisación en la administración de Rincón es de tal magnitud, que a principios de abril, el Concejo Municipal terminó aprobando una ordenanza que dispuso dar marcha atrás con el incremento en los servicios dispuesto apenas tres meses antes.
A estas alturas de las circunstancias, no existen dudas de que la situación institucional de la ciudad de Santa José del Rincón es verdaderamente endeble y la gobernabilidad no parece estar garantizada.
Lo que le sucedió al intendente Sánchez resulta inadmisible. Si bien la realidad social y las contingencias climáticas contribuyen a generar este clima de malestar, los representantes de los distintos sectores políticos deberán hacer un mea culpa y reconocer que, al menos hasta ahora, no parecen haber estado a la altura de las circunstancias.
Los representantes de los distintos sectores políticos deberán hacer un mea culpa.