Una transición complicada
Una transición complicada
Brasil: miles de personas protestaron contra Temer
Varias ciudades fueron escenario de cacerolazos y manifestaciones contra el gobierno interino de Michel Temer. Entre los reclamos, y al grito de “Fascistas, no pasarán”, exigieron la salida del presidente en funciones.
Una multitud se pronunció con pancartas y banderas en contra del vice de la suspendida Dilma Roussef, considerado “traidor”. Foto: EFE
Redacción El Litoral
Agencias EFE/DPA
El presidente en ejercicio de Brasil, Michel Temer, fue blanco de un “cacerolazo” en varias ciudades del país durante una entrevista que concedió por la noche al programa dominical “Fantástico”, de la TV Globo.
Según informaron medios locales, hubo cacerolazos y bocinazos en Brasilia, Sao Paulo, Río de Janeiro y Porto Alegre, donde la gente salió además a las ventanas para gritar “Fuera, Temer”.
En la entrevista, el presidente en funciones, quien asumió el jueves por un plazo máximo de 180 días después de que el Senado abriera un juicio político contra la presidente Dilma Rousseff, dijo que no va a postularse a la reelección en las elecciones de 2018.
Explicó que esta decisión le permite incluso “ser impopular”, ya que podrá tomar iniciativas que no agraden a la población, pero que “produzcan beneficios para el país”.
El cacerolazo se suma a las protestas que fueron realizadas en varias ciudades contra el político del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
En Sao Paulo, un grupo de manifestantes cortaron el tránsito en la avenida Paulista, en el centro de la ciudad.
CUESTIONADOS
Entre los reclamos, y al grito de “Fascistas, no pasarán”, el grupo exigió la salida del presidente en funciones y criticó que su gabinete no tenga ninguna mujer ministra, algo que no ocurre en el país desde la dictadura militar (1964-1985).
En tal sentido, Temer dijo durante la entrevista que la jefa de su despacho es una mujer, Nara de Jesús. Esa función, en tanto, no tiene rango de ministro.
El presidente dijo que pretende nombrar otras tres mujeres para cargos de gobierno, en las secretarías de Cultura, Ciencia y Tecnología, de Igualdad Racial y de la Mujer.
Estas secretarías perdieron el estatus de ministerios que tenían durante el gobierno de Rousseff.
También fue cuestionado durante las protestas, el hecho de que varios de sus ministros sean investigados por su presunta participación en la trama de corrupción que operó en Petrobras.
Al menos siete de los 23 ministros diplomados el jueves son investigados en el marco de la operación Lava Jato, que desentrañó la colosal red de desvío de fondos y fraudes en licitaciones que actuó en la petrolera nacional.
Según los organizadores, participaron en la protesta en la metrópolis paulista unas 10.000 personas. En Brasilia, cerca de 200 personas cortaron una de las pistas de acceso al Palacio del Planalto, sede de la presidencia. También hubo actos en Belo Horizonte, donde se pidió el “impeachment” del vicepresidente; en Curitiba y Florianópolis.
LA RESPUESTA
Por su parte, Temer se defendió asegurando que su gobierno está legitimado constitucionalmente, aunque sólo logrará el apoyo popular si realiza una buena gestión.
“Tengo legitimidad constitucional. Constitucionalmente, si la presidente es apartada, quien asume es el vicepresidente”, aseguró Temer.
“Fui electo juntamente con la señora presidente, los votos que ella recibió yo también los recibí (...) Pero reconozco que no tengo esa inserción popular, que sólo ganaré si desde nuestro gobierno, que es legítimo aunque interinamente, produzco un efecto benéfico para el país. Creo y tengo esperanza de que lo conseguiremos”, añadió.
En el cargo de momento por seis meses, el ahora presidente del mayor país de Sudamérica afirmó que su principal desafío será devolver el equilibrio económico y político a Brasil. Para ello, cortará gastos “donde sea necesario”, aunque aseguró que mantendrá intactos los programas sociales insignia de los 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y Rousseff y base del boom socioeconómico que vivió Brasil en la última década.