La década pasada no dejó “estabilidad” laboral

La precariedad persiste

Sólo 15 de cada 100 nuevos puestos en relación de dependencia -en el mercado formal privado- son “a largo plazo”. Hay más empleo informal y autónomos concebidos para eludir las cargas sobre el empleo.

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El cuentapropismo es fomentado por el alto costo del empleo privado formal según sugiere el análisis de Idelas. Foto: flavio raina

 

De la redacción de El Litoral

economia@ellitoral.com

Idelas/Uces

Un análisis del Instituto de Estudios Laborales y Sociales de la Universidad de Ciencias Sociales y Empresariales de la Uces expone la “carencia de sustentabilidad en la forma de contratación de personal” en el país. Señala que “el mercado de trabajo presenta una singular volatilidad, la cual no siempre aparece asociada al ciclo económico”.

Así, por ejemplo, expone que “el pico de la proporción de ocupados por tiempo indefinido se anotó en el peor momento de la depresión económica de 2002, con un nivel superior al 96% del total. Desde ese momento, se asistió a una singular devaluación del mercado, que coincidió con la etapa de mayor aumento de la actividad económica, al punto que el índice de personal con duración indeterminada descendió a 92,8% en el tercer trimestre de 2008.

Los datos del estudio realizado sobre la base de indicadores laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación confirman que cuando hay crecimiento se crea empleo no formal, y cuando hay crisis es el sector informal el que más padece.

Así se explica que desde 2008, cuando la generación de riqueza empezó a debilitarse, “volvió a repuntar el indicador de estabilidad laboral, hasta tocar nuevamente el umbral de poco más de 96% cuatro años después”.

“A partir de ahí -expone el estudio-, en un contexto de claro estancamiento del PBI, las empresas optaron por, virtualmente, sostener la nómina de personal, pero acusaron mayor propensión a la contratación de empleados por tiempo determinado y a través de agencias de colocación de personal”.

“Ese proceso se detuvo parcialmente a partir del primer trimestre de 2014, hasta que en el siguiente año electoral volvió a repuntar la estabilidad laboral, pero se quebró en el primer semestre de 2016”, advirtió.


En baja. “En 2016, se atenuó apreciablemente la tasa de entrada del personal contratado (al mercado de trabajo formal privado) al rango de un dígito porcentual, con 8,95% de esa nómina, luego de haber superado el 11% en los dos años previos”.

Auspicioso. Así califica Idelas que “la tasa de entrada de personal de agencias de empleo se redujera en junio al menor nivel de la serie histórica (desde 2001), con poco menos de 2% del total” en junio pasado. El indicador había alcanzado 6,1 en noviembre de 2015.

Desaceleración. El Ministerio de Trabajo registró a la baja las tasas de salida de personal contratado de modo precario, aunque mantuvo proporciones superiores a las observadas en el caso del personal ocupado por tiempo indefinido. Por eso, creció la gravitación del empleo temporario en el total de la nómina del sector privado.

“Se impone un cambio”

  • El estudio de Idelas concluye que “una de las razones que se esgrimen a menudo como impulsor del empleo contratado o a tiempo parcial de prueba extendida vía agencias de empleo es la resistencia de gran parte de la sociedad, en general -representada por los legisladores-, y también de un amplio sector del sindicalismo -sólo representa a los trabajadores formales, pese a que conoce mejor que nadie la situación y los casos de los puestos ilegales-, a plantear un cambio de las normas laborales.

“En particular -sugiere el estudio-, en lo vinculado con la eliminación del denominado impuesto al trabajo que constituyen las elevadas cargas patronales para el Sistema de Seguridad Social, el Pami, ART, Obras Sociales sindicales y en algunos casos cuota sindical, porque no pueden ser tomadas a cuenta de pago de otros impuestos, como principalmente el IVA”.