Conformaron una red de organizaciones sociales que buscan frenar el avance del consumo
En Villa del Parque quieren que no haya “Ni un pibe menos por la droga”
Así se denomina la mesa integrada por instituciones educativas, organizaciones sociales y religiosas del barrio. Se realizó una masiva reunión en la vecinal. Reclaman mayor presencia del Estado.
Miralos. Los pibes allá en la esquina están como dibujados, nadie paga sus pecados, no les socorre ni Dios, dice la letra de una canción que los retrata.
Foto: Mauricio Garín.
Redacción El Litoral
“Quiero sacar a mi hijo de la droga”. Con esa sencilla y profunda sentencia resumió hoy su propósito Lucía Escobar, una madre de barrio Villa del Parque que se sumó a la iniciativa lanzada esta mañana denominada “Ni un pibe menos por la droga” Mesa Santa Fe.
El calvario de Lucía es el mismo que padecen muchos padres santafesinos que no encuentran la manera de ayudar a sus hijos adictos a las drogas. “Son más de los que la gente se imagina; el problema está en todos los barrios de la ciudad”, se lamenta.
Lucía milita en la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de Villa del Parque. Tiene cinco hijos y uno de ellos, de 19 años, padece adicción a las drogas. “Es difícil ayudarlo sola, porque él se piensa que es grande y hace la suya”, contó, “pero por su problema me vendió cosas de la casa para comprar droga”, describió. El joven estuvo un tiempo internado en una clínica de rehabilitación de la localidad de Malabrigo hasta que regresó al barrio y a su entorno, y cayó nuevamente en la adicción.
Por ese motivo, “entre todas las madres nos juntamos porque sentimos la necesidad de ayudar a nuestros hijos, porque a todos los lugares que vamos tenemos que pagar para que los atiendan -dijo-. Necesitamos un Centro de Día que los contenga”.
La Mesa
La Mesa Santa Fe “Ni un pibe menos por la droga” fue lanzada esta mañana en una presentación realizada en la Vecinal de Villa del Parque, de 27 de Enero 3750, con la participación de la Red de Organizaciones de ese barrio, legisladores provinciales y referentes de la Pastoral Social de Adicciones de la Iglesia. Hasta allí se acercaron muchas madres preocupadas por la realidad de sus hogares, confesaron los mismos padecimientos y lograron contenerse entre sí.
Desde la organización argumentan la necesidad de este lanzamiento explicando que “la problemática de las adicciones, es un drama que aumenta día a día. Ha crecido exponencialmente el consumo de sustancias psicoactivas (legales e ilegales) y donde más duro golpea es donde más nos duele: en los millones de jóvenes excluidos del sistema educativo, laboral. A los jóvenes y niños que les han arrebatado el futuro y los sueños”.
La Mesa “Ni un pibe menos por la droga” Santa Fe fue conformada por la Escuela Cristo Obrero, niveles primario y secundario; Escuela Padre Catena; Centro de Salud Cristo Obrero; Vecinal de Villa del Parque, Padre Matías Camussi de la Parroquia Cristo Obrero, Corriente Clasista y Combativa, Pastoral Social y Pastoral de Adicciones Santa Fe, Escuela de Psicología Social Enrique Pichón Rivière. Todos expusieron sus propuestas en reunión de esta mañana.
Excluidos
Dichas instituciones se han movilizado por las calles de la ciudad, trabajando en las escuelas y salas de salud, en las parroquias, en los movimientos sociales, en los institutos educativos, hasta que finalmente decidieron conformar el Movimiento “Ni un pibe menos por la droga”.
Sobre la concepción desde la que abordan el problema afirman: “Siempre consideramos que las adicciones son la última estación en el recorrido de una vida de exclusión que sufren millones de jóvenes”. Y aseguran que el consumismo instalado como horizonte de sentido arrastra a grandes franjas de la población más vulnerable, principalmente niños, niñas y adolescentes, a abandonar la educación pública en todos los niveles, sufriendo además la falta de trabajo y la imposibilidad de acceder en forma gratuita a las prácticas culturales, deportivas y recreativas, lo que “los empuja hacia un casi seguro y único destino: la droga en las esquinas del desamparo de nuestras barriadas olvidadas”.
“En el barrio venden droga a la luz del día y a la vista de todos”
El párroco Matías Camussi, de la iglesia Cristo Obrero de barrio Villa del Parque, escucha a diario el lamento de quienes se acercan a la parroquia en busca de contención ante el drama de la droga. Y al igual que el resto de los vecinos conoce muy bien el circuito de venta de estupefacientes y las duras consecuencias que causa el consumo en los jóvenes del barrio.
Esta mañana Camussi participó de la nutrida reunión de vecinos. “Este es el camino que debemos emprender todas las instituciones unidas, ante un problema que no podemos encarar solos para dar respuesta. Necesitamos además que el Estado asuma su responsabilidad”, comenzó diciendo el sacerdote.
—¿Por qué no se sumó el Estado?
— No lo sé, pero queremos que se sume y esté presente, trabajando junto a nosotros.
—¿Qué realidades llegan a la casa parroquial?
— Los familiares me transmiten un dolor muy grande ante la presencia de un hijo adicto que no puede salir y todo ayuda a lo contrario. Lo vemos también en la escuela parroquial. Pero éste no es sólo un problema de los jóvenes sino también de sus padres, con un trasfondo de problemáticas sociales por la crisis, con cuestiones laborales y afectivas.
—¿Por qué se llegó a esta realidad de llenar la vecinal de familiares de adictos?
— Son muchos años de vivir una situación que se fue agravando y no hemos podido hacerle frente. Han existido un montón de factores que han hecho que el mundo del narcotráfico y el consumo de sustancias se haya agravado.
—Mientras conversamos, seguramente a metros de aquí hay un vendedor...
— Sí, sí, lo tengo confirmadísimo que es así.
—Entonces, ¿hay falta de control o connivencia?
— Al ser tan visible, tan a la luz del día, es muy fácil darse cuenta y frenar con todo esto. Por eso es nuestro gran interrogante. ¿Por qué si todo el mundo sabe, quienes tendrían que frenar la ola de consumo no lo hacen?
Dolor. Es lo que se pudo percibir esta mañana durante la numerosa reunión realizada en la vecinal Villa del Parque. Foto: Mauricio Garín.
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