La Escuela Hospitalaria del Alassia cumplió 29 años de vida
La Escuela Hospitalaria del Alassia cumplió 29 años de vida
“La educación nos permite que los niños enfermos evolucionen mejor”
La institución garantiza que niños y adolescentes que padecen alguna enfermedad transitoria o crónica puedan continuar con sus estudios escolares. Celebró un nuevo aniversario con un acto sencillo pero conmovedor.
Tortas y globos coloridos. La comunidad educativa conmemoró un nuevo aniversario a puro color y emoción.
Foto: Luis Cetraro
Redacción de El Litoral
Era el hall de la escuelita hospitalaria del Alassia. Al asomarse, uno caía en la cuenta de que allí había una celebración: globos y banderines de colores, una mesa dulce con tortas y regalitos, en un costado, y más allá, una profe acercando el micrófono al viejo radiograbador para que se escuche bien alto el Himno Nacional. Otra maestra ayudaba al abanderado a sostener la pesada asta. Y todos cantaron y de pronto, eso tan simple tuvo algo de mágico.
La Escuela Primaria (Modalidad Domiciliaria y Hospitalaria) Nº 1392 del Hospital de Niños Orlando Alassia celebró su 29º aniversario. La creó un 29 de agosto de 1988 el Sadop. En 2011 pasó a la órbita del gobierno provincial. Su función central es educativa: garantizar la escolaridad a alumnos que padecen impedimentos físicos (problemas traumatológicos), enfermedades transitorias o permanentes, y así evitar que queden fuera del sistema educativo.
Pero también ese objetivo tiene acaso algo de humanista: las docentes le ponen su compromiso y empatía en el acompañamiento a los chicos enfermos. La escuela, otra vez, lo está logrando: la educación es siempre una forma de resistir a la adversidad.
Continuidad del ciclo escolar
En una de las aulas tres docentes acomodaron rápidamente cosas sueltas. “Que salga bien la foto, ¿eh?”, amenazó cariñosamente una de ellas. Una mesa dulce para el final del acto rebozaba borbotones de crema chantilly y dulce de leche. En el hall, todo listo para empezar: los niños, sus papás, ex alumnos, hasta las enfermeras: nadie quería perderse el acto. Dos bombos esperaban su momento y un hombre de barba abrazaría su guitarra hasta que llegara la sección musical.
“Los docentes quedamos bajo la modalidad de hospitalarios. Trabajamos en hospitales o, si nos piden, ocasionalmente el servicio se hace en sanatorios o clínicas. También se extiende la atención a la Fundación Mateo Esquivo. De lo que se trata es de garantizar la continuidad de los estudios para niños que son pacientes”, explicaron a El Litoral Fabiana Pérez (directora), Alicia Ocampo y Lorena Salzmann, profesoras del nivel medio. Hay 28 docentes que trabajan en la institución.
La matrícula de alumnos de los tres niveles (inicial, primario y secundario) es variable año a año, porque depende de los ingresos al hospital. Pero en 2016 hubo 1.300 chicos, y en lo que va de este primer semestre hay 450. Los alumnos padecen enfermedades que van desde las consecuencias de la accidentología (traumatismos varios), patologías crónicas hasta las más complejas, como las enfermedades oncológicas.
De la mano de la educación y del acompañamiento, las docentes coincidieron en que se garantiza un derecho a la educación de niños en situación de enfermedad. “Pero también, de algún modo, ayudamos a una recuperación más pronta del niño paciente. Porque los mismos médicos se dan cuenta de que sacar (a los niños) de su situación de internación, y que puedan volver a la cotidianidad de la escuela, les permite una evolución favorable”.
Desde otro lugar
¿Cómo es enseñar a niños y -sobre todo- adolescentes del nivel medio, que padecen una enfermedad y que son emocionalmente conscientes de su dolencia? Salzmann puso la prioridad en la función educativa: “Nuestra primera función es lo educativo, son nuestros alumnos. La meta central es garantizarles que sigan con su ciclo escolar, que no lo interrumpan. Pero más allá de eso, siempre está la cuestión de acompañarlos desde otro lugar, desde la presencia, desde la escucha”.
“Sin perder el eje en nuestra función como educadoras, el acompañamiento es distinto”, reforzó esa idea la directora. “Es decir, la mirada sobre el niño o el adolescente es muy particular. Y es necesario preservar la salud del mismo docente, porque si bien se vincula humanamente con el alumno, debemos buscar el equilibrio para que la situación en que aquel está no nos supere emocionalmente. Por eso tenemos personal de psicología que está a nuestra disposición y de los alumnos”.
El Himno sonó, la maestra de música fue dirigiendo con sus manos el tono y la letra de la solemne canción y todos cantaron de pie, íntegros a pesar de todo. Por un momento, todo eso algo humanamente sencillo se volvió mágico.
Compromiso. Salzmann, Ocampo y Fabiana Pérez (izq. a der.) explicaron el trabajo que todos los docentes llevan adelante en el Escuela Hospitalaria.
Foto: Luis Cetraro
Servicio Educativo Hospitalario
El gobierno de Santa Fe creó en 2011 el Servicio Educativo Hospitalario, que funciona en Santa Fe (con dos sedes, una en el Alassia y otra en el hospital Iturraspe), en Rosario y en los domicilios de los alumnos que contraen enfermedades de diversas duraciones. Los maestros apuestan a que el conocimiento siga siendo el posibilitador del desarrollo de los estudiantes y de su inclusión activa en la sociedad, poniendo en juego estrategias que promuevan el deseo de aprender.
Ver la vida de otra manera
“Aquí los profes aprendemos a ver la vida de otra manera. A no quejarnos de eso de la vida cotidiana, de no tener tal o cual cosa material, por ejemplo. A eso creo que lo aprendemos de los propios chicos, que pasan por una situación de enfermedad a veces traumática. Entonces empezás a valorar las cuestiones básicas y simples de la vida. Hasta de salir a disfrutar el sol con ellos”, definió Alicia Ocampo.