Lagomarsino declaró durante diez horas ante el juez Ercolini

“La muerte de Nisman me destruyó”

El técnico informático dijo que con el extinto fiscal federal tenía una relación “amo-esclavo”, y ratificó que le entregó el arma que acabó con su vida.

Redacción de El Litoral

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Télam

Diego Lagomarsino, el único imputado como partícipe necesario del asesinato del fiscal federal Alberto Nisman, aseguró que con el fiscal tenía una relación “amo-esclavo”, que nunca tuvo “vínculos con los servicios de inteligencia” y que la causa “le destruyó la vida”, tras ratificar que él le entregó el arma, al declarar por casi diez horas ante el juez federal Julián Ercolini.

Lagomarsino está imputado como partícipe necesario del supuesto asesinato del fiscal Nisman, motivo por el cual tiene su libertad restringida: lleva una tobillera electrónica, no puede salir del país y cada 15 días debe presentarse en el juzgado de Julián Ercolini.

El ex asesor informático de Nisman declaró ayer durante casi diez horas en los tribunales federales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, donde, por momentos, se quebró y aseguró que esta causa le “destruyó la vida”, según reconstruyeron fuentes judiciales.

“No me importa cómo murió, igual me cagaron la vida”, sostuvo Lagomarsino durante su indagatoria, según las fuentes con acceso al expediente que, además, indicaron que el acusado lloró en varias oportunidades.

Durante la indagatoria, estuvieron presentes el juez Ercolini con un secretario, los abogados Gabriel Palmeiro y Martín Chasco y el fiscal Eduardo Taiano -con una secretaria- quien elaboró un cuestionario de 150 preguntas destinadas a intentar esclarecer la naturaleza del vínculo entre Nisman y Lagomarsino.

La semana pasada, Taiano emitió un dictamen de más de 1.000 páginas en el que aseguró que Nisman fue asesinado y en el que remarcó que Lagomarsino fue el facilitador de un “arma amiga” para el homicidio.

En ese texto, además, sembró dudas sobre el imputado y sus posibles vínculos con agentes de inteligencia. Lagomarsino negó todo: dijo que no participó de una maniobra para asesinar a Nisman, que no tuvo vínculos con ningún servicio de inteligencia y, en más de un momento de la indagatoria, hasta se preocupó por aclarar que no mantuvo una relación homosexual con el fiscal.

El acusado aseguró, según fuentes con acceso al expediente, que tras la muerte de Nisman perdió la mayoría de sus trabajos -incluso el de la Universidad del Oeste-, que hoy vive con un ingreso de 25.000 pesos mensuales y que pensó en quitarse la vida, pero que desistió por sus hijos.

Luego de que fuera puesto en duda el hecho de que asesorara a Nisman en materia informática, Lagomarsino presentó ante el juez y el fiscal los títulos que acreditan sus estudios y aseguró que no es un espía.

El “arma amiga”

Durante el grueso de su declaración, Lagomarsino ratificó que llevó el arma a la casa de Nisman por pedido del fiscal, tal como ya había dicho el 19 de enero de 2015, un día después de que el ex titular de la UFI-Amia apareciera muerto en el baño de su casa de Puerto Madero.

Dijo que tenía con Nisman una relación de “amo-esclavo”, que lo llamaba 30 veces por día y que el 17 de enero lo llamó y le pidió que fuera hasta su departamento de Le Parc, algo que él acató en cuestión de minutos.

Tal como ya había relatado, reiteró que cuando estuvieron frente a frente el fiscal le preguntó si tenía un arma y, tras la respuesta positiva, le pidió que se la llevara, algo que hizo como un “favor” a un amigo que tenía miedo por sus hijas.