Joaquín Fidalgo
[email protected]
Un incendio ocurrido cerca del mediodía en un depósito de garrafas de Rincón desató una serie de explosiones que estremeció la zona de la Ruta Provincial 1, aproximadamente en el kilómetro 7,8. Se trata de un inmueble ubicado a unos 150 metros al oeste de la mencionada arteria, que prácticamente quedó destruido por las detonaciones de gran cantidad de envases de distintos tamaños (10 kg, 15 kg y 45 kg) que había en el lugar.
Las deflagraciones comenzaron poco después de las 11 y se prolongaron por varios minutos, mientras llovían garrafas grandes y pequeñas en un radio de 100 metros. Todavía se estaban produciendo estallidos cuando llegaron a la escena tres dotaciones de la Agrupación de Bomberos Zapadores, dos de la capital provincial y la restante de San José del Rincón.
A pesar del peligro, los uniformados rápidamente desplegaron su equipo y comenzaron a trabajar para controlar las llamas, mientras una unidad del Servicio de Salud 107 asistía a un trabajador que se vio afectado. Se trata de un joven de 18 años que sufrió quemaduras de tercer grado. Este muchacho primero fue trasladado en ambulancia al Samco cercano y luego derivado de urgencia hasta el Hospital José María Cullen, para una mejor atención.
El trayecto hasta el centro público de salud de nuestra ciudad fue bastante lento porque, a raíz del siniestro y para prevenir consecuencias peores, la ruta permaneció totalmente cortada por aproximadamente dos horas y esto generó gran congestión de tránsito.
Al cierre de la presente edición, investigadores realizaban peritajes en la deteriorada estructura para tratar de determinar cuál fue el origen del incendio. La situación ya estaba bajo control, pero igualmente algunos equipos de bomberos todavía trabajaban en focos ígneos aislados.
Las actuaciones correspondientes son seguidas en la Comisaría 14a, por razones de jurisdicción.
El jefe de la Agrupación de Bomberos Zapadores de la Unidad Regional I, Omar Aldorino, destacó la labor de sus “hombres” y se alegró porque a pesar de lo riesgoso de la operación no hubo lesionados que lamentar dentro de la fuerza. “Afortunadamente, la construcción estaba ubicada en un descampado. De otro modo, estaríamos hablando de una tragedia importante. Hay garrafas y tubos desparramados a 100 metros a la redonda”, puntualizó.