dpa
En el ataque murieron tres colaboradores del organismo internacional de nacionalidad somalí, dos kenianos, una persona de Uganda y otra de Afganistán, reportó el hospital de Garowe. A las víctimas mortales se suman siete heridos que trabajaban para la agencia de la infancia de Naciones Unidas.
En un primer momento, la policía reportó diez muertos, pero las cifras luego fueron corregidas. El atacante, que se cuenta entre los muertos, también trabajaba para la ONU, señaló el jefe policial de la ciudad, Ahmed Abdullahi Samatar Layli.
El ataque se produjo cuando los trabajadores se trasladaban en un breve viaje de sólo unos tres minutos entre la vivienda que comparten y el edificio de la ONU.
“Nuestros colegas dedicaban sus vidas al trabajo para los niños de Somalia”, recordó el director de Unicef, Anthony Lake. “No son víctimas. Ellos y quienes resultaron heridos son héroes”, aseguró.
El enviado de la ONU para Somalia, Nicholas Kay, señaló en Twitter que está “consternado y furioso” por el ataque.
Una columna de humo negro se alzaba sobre la zona tras la explosión frente al edificio utilizado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Puntlandia es una provincia semiautónoma del noreste de Somalia con un gobierno con gran independencia de la administración central.
Al Shabaab también combate a las tropas internacionales que intentan frenar la guerra que sufre el país del Cuerno de África desde hace más de dos décadas.
En otro hecho ocurrido este lunes en el sur de Somalia, soldados de la tropa internacional de paz Amisom cayeron en una emboscada. Hubo tres militares muertos, según el comunicado oficial, y diez según la milicia Al Shabaab.