Télam
Este lunes las pandillas atacaron a militares de la Fuerza Naval, en San Salvador, con un saldo de un soldado muerto y dos heridos.
En menos de 48 horas murieron tres militares, mientras que en lo que va de año seis soldados fueron asesinados en acciones de las maras.
La mañana del pasado sábado el presidente y ex guerrillero Salvador Sánchez Cerén, ordenó al Ejército la formación de tres batallones de reacción inmediata para hacer frente a la violencia desarrollada por las maras, pero antes de que éstos se conformaran, una unidad élite militar eliminó a nueve pandilleros.
Unas horas después de que hablara el presidente y de la muerte de los nueve mareros, las pandillas asesinaron a un sargento y a un soldado del Ejército frente a sus familiares, en distintos lugares del país, uno de los más violentos del mundo con un índice de 60 homicidios cada 100.000 habitantes.
En lo que va de año 2015, además de los seis los militares muertos en acciones de las pandillas, también fueron asesinados 22 policías en distintas acciones, así como un fiscal y un juez.
El hecho de que el Ejército haya entrado en contienda “es sumamente peligroso. Estamos entrando a un esquema de guerra entre pandilleros y agentes del Estado y en una lógica de escalada”, explicó la experta en temas de violencia y directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), Jeannette Aguilar.
El pasado 18 de abril un diario local publicó un informe filtrado de la inteligencia policial que revela que los pandilleros están procurando conseguir más armas y adiestramiento, y por lo tanto, dieron una orden a sus bases para incrementar las extorsiones.
Ese informe también habla del incremento de nexos entre la Mara Salvatrucha (MS13) y el grupo criminal mexicano Los Zetas para el tráfico de drogas y otros graves delitos en Centroamérica.
La experta Aguilar consideró que “el riesgo actual es que muchas de estas acciones contra los pandilleros se estén haciendo fuera de la ley, irrespetando los marcos legales, como las ejecuciones extrajudiciales y la tolerancia de grupos de exterminio o de limpieza social”.