Fue campeón del mundo con el Rojo en aquél recordado partido de la pared Bochini-Bertoni consagratorio en el Olímpico de Roma. Un wing de los de antes.
El recordado “Mencho” en su visita a Santa Fe, con paso obligado por El Litoral. La historia de Independiente, sobre todo, le tiene reservado un gran lugar: participó de los exitosos tiempos coperos en los 70. Foto: Mauricio Garín
Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
Pasaron muchos años, cuatro décadas aproximadamente, cuando se produjo el ansiado retorno de Agustín Alberto “Mencho” Balbuena, aquél puntero derecho de Colón que actuara luego en Rosario Central, pleno de gloria en Independiente donde consiguió un torneo de liga en nuestro país, cuatro Copas Libertadores de América, una Intercontinental, otros resonantes éxitos, incluyendo su participación en el Mundial de 1974 en Alemania, a su querida ciudad de Santa Fe, incluyendo una visita a El Litoral y a su barrio, donde pasó la niñez y adolescencia.
Un pibe de La Lona
Con palabras emocionadas, aquel pibe que nació el 1 de septiembre de 1945 y se crió en el Rancho Grande, en Córdoba y Vélez Sarsfield, recordó esos tiempos de “gurí”, cuando corría detrás de la pelota de trapo en calles con barro junto a sus amigos de la niñez, allí en el corazón del barrio que en aquél entonces era llamado La Lona, donde la mayoría eran hinchas de Colón y era habitado por gente muy humilde; en la adolescencia jugaba en las inferiores rojinegras y se fogueó en el torneo superior de la inolvidable Federación Santafesina, en canchas abiertas y llenas de aficionados, bajo la atención de los Escuadrones (Policía Montada en caballos) donde los profesionales de los clubes tradicionales locales se cambiaban los apellidos para no ser sancionados.
La simpatía se repartía en el nordesde de esta ciudad en los clubes amateurs La Ferroviaria, Liverpool, Sargento Cabral y San Isidro, entre otros. Sin embargo, en su reciente visita a familiares y amigos, demostró que nunca se olvidó de sus orígenes y raíces y volvió a caminar por esas calles y las del distrito Alto Verde, para rememorar una época que nunca más volverá.
Pibe humilde
Su vida fue muy sacrificada, recuerda con nostalgia, los difíciles momentos vividos en una época muy distante, por los pocos recursos que ingresaban en una familia de escasos ingresos y numerosa, pero desde chiquito se montaba en la bicicleta —la llamaba “Marciana”, de cubiertas lisas, sin patente ni frenos— y se dirigía por la Avda Costanera, el empedrado chico de Alem, cruzaba el Parque Sur (Gral. Belgrano), J. J. Passo y llegaba a Colón, para entrenarse en las divisiones menores.
En Milonguita
“Yo jugaba en infantiles en Milonguita —rival de Pucará, Baby Fournier y Defensores de 7 Jefes, en dicha jurisdicción— hasta que un día me vieron en un torneo libre, Italo Giménez, Pepe Benseñor y Angel Villarreal, me comentaron algunos amigos que el “Goro” —fisioterapeuta y preparador físico rojinegro— me elogió y le dijo sorprendido al presidente, “por la velocidad, gambeta y el sprint se parece a Ricardo Ráccaro, ese atleta y wing derecho de tiempos antes, que hacía 11 segundos en 100 metros. Este pibe y el Pato Colman, tienen un gran futuro en Colón”, cuenta Balbuena.
“A los 12 años fue por primera vez a entrenar y me acompañó el Petiso Ferreira, que ya estaba en el club y jugaba de delantero. En Colón coseché buenos amigos, como José Luis Burtovoy, Raúl Costantino, Jorge Drago, Horacio Banegas, Alberto Pompeo Tardivo, Carlitos Rodríguez, ‘Pontoni’ Martínez, Antonio Mellit, Julio C. Giombi, Julio Correa, Néstor Cappellini”, para explicar emocionado el gol frente a San Lorenzo por la 10ma. fecha del Metropolitano del ‘68, el equipo de Elba de Padua Lima (Tim), el primer campeón invicto de la Argentina, que tenía en sus filas a Rafael Albretch, Alberto Rendo, Victorio Cocco, Miguel Tojo, Pedro González, Rodolfo Fischer y Carlos Veglio. “Había malogrado varios mano a mano con Buttice, pero a dos minutos del final la metí y corrí como 50 metros gritando y celebrándolo junto a la hinchada”, apuntó el “Mencho”.
“No la van a tocar”
Otra conquista importante fue ante el portero uruguayo Walter Taibo, a los 88’ cuando Colón le ganó el amistoso internacional a Peñarol, campeón de América y del Mundo, por 3 a 2. En los carboneros actuaban Juan V. Lezcano, Pablo Forlán, Tito Goncalvez, Omar Caetano, Pedro Rocha, Héctor Silva, Julio C. Cortez, el ecuatoriano Alberto Spencer, Juan José Joya, y era uno de los equipos más famosos del mundo.
“Antes de empezar el partido, el Pardo Abbadie en la mitad de la cancha nos decía, ‘miren a la pelota, porque después no la van a tocar, nos divertimos nosotros, lo humillamos a Real Madrid y ganamos dos veces el Mundial de clubes. Ustedes ni la van a ver’, nos dijo... Y le ganamos”, cuenta Balbuena, hijo de Pura y Ramón, que tuvo cinco hermanas: Olga, la Negra, Graciela, Sonia y la ya fallecida Gringa.
En Central
Recuerda con una sonrisa cuando el presidente y el secretario de Rosario Central, Víctor Vesco y Antonio Tito Rodenas (dirigente sindical ferroviario), vinieron a Santa Fe a gestionar los pases de Carlos Colman y el suyo, se incluyó también en la operación al volante Julio ‘Palito‘ Correa, por 22 millones de pesos. ‘Observaron una práctica donde fui imparable y le dí un baile bárbaro a José Luis De Santis, que venía de jugar en Pucará, en la liga local, significó el pasaporte que me faltaba, se entusiasmaron; los tres viajamos urgente a Rosario y firmamos el contrato”, comentó Balbuena.
Cuando se alejó EnriqueSívori (brillante futbolista y notable adiestrador) de la dirección técnica del equipo canalla, tuvo diferencias con su sucesor, Angel Tulio Zoff, quien debió renunciar al poco tiempo por magros resultados, entonces llegó Angel Labruna. El ‘Feo‘ comprendió la situación y gestionó su préstamo con opción a Independiente por ocho millones de pesos.
El equipo de 1968 que anduvo muy bien, sobre todo en el Nacional, y en el que Balbuena se destacó. De pie: Mareque, Jáuregui, Lezcano, Tardivo, Sanitá y Drago. Agachados: el “Mencho”, Orlando Medina, Borgogno, el “Pato” Colman y “Can Can” Ceballos. Foto: Archivo El Litoral
Los consejos de Carrascosa
Recordó que “mi debut en Independiente fue justo frente a Central, en Avellaneda, el capitán Jorge Carrascosa que debía marcarme me dijo: ‘Mencho, tranquilizate, este es un club grande y tenés que reemplazar a un ídolo como el Loco Raúl Bernao, vos tenés condiciones para triunfar. La barrabrava me cuestionaba antes del partido, en el complemento hice dos jugadas bárbaras, una fue gol y la otra penal, entonces cuando me sacó el técnico, que era Pipi Ferreiro, los plateistas se paraban de sus asientos y me aplaudían a rabiar. Fue un bautismo incomparable, el principio de un idilio con la hinchada que duró muchos años”, recuerda.
Epoca incomparable
Explicó Balbuena que durante su trayectoria en Independiente, llena de gloria, tuvo adiestradores de notable jerarquía que lo ayudaron mucho y le aportaron enseñanzas técnicas de significación como Enrique Omar Sívori, Humberto Dionisio Maschio, Pedro Rodolfo Dellacha, Roberto Ferreiro y Wladislao Cap, agregando los nombres de Angel Labruna (en Rosario Central), José Etchegoyen y Jim Lopes (Colón), entre otros.
Fue compañero de Santoro, Pastoriza, Bochini, Bertoni, José ‘Perico‘ Pérez, Eduardo Commisso, Miguel A. López, Francisco Sa, los uruguayos Luis Garisto y Elbio Pavoni; Rubén Galván, Héctor Martínez, Miguel A. Raimondo, Alejandro Semenewicz, Eduardo Maglioni, Miguel Angel Giachello, el peruano Percy Rojas, Luis Giribet, Mario Rubén Mendoza, entre otros, con los cuáles ganó cuatro Copas Libertadores de América en forma consecutiva, una Intercontinental y dos Interamericanas,
A fines de 1975 Balbuena quedó libre de Independiente (incorporó a César Britez y Enzo Trossero, ambos de Colón) y jugó algunos partidos en Racing Club. Después, continuó su campaña en Bucamaranga (Colombia) y CD FAS de El Salvador, donde en 1978 sufrió grave lesión, triple fractura, cortando abruptamente su carrera de futbolista.
¿Y esto?. Balbuena tiene guardado en su billetera un recorte de El Litoral. Es la victoria de Colón en un amistoso que se jugó en Esperanza. Fue uno de los primeros partidos en los que se pudo mostrar. Foto: Mauricio Garín
“Me estafaron y quedé a la miseria” “Cuando nos habíamos retirado de la actividad, un empresario vinculado a Independiente nos hizo una propuesta comercial a varios jugadores que están en la historia grande de Independiente, fuimos engañados y estafados, quedando en la miseria. Algunos, como Pastoriza, por su gran personalidad, se reintegró en forma rápida a la sociedad y como DT recorrió el país y el mundo”, explicó sin prejuicios. Esos nubarrones que se presentaron en su vida, mostraron una etapa complicada, con sinsabores inesperados. Entonces, retrocedió más de dos décadas en su existencia, cuando adolescente había trabajado en el Puerto de Santa Fe, ahora para sobrevivir volvió a hombrear bolsas en la estación marítima porteña, de peón, trabajando con su humildad y bajo perfil en guinches y container. Un amigo lo insertó en la Iglesia Nueva Apostólica, ubicada en San Lorenzo 272, entre Belgrano y Rivadavia, en Villa Domínico, cambiándole la mentalidad y forma de pensar y actuar. El pastor le “salvó la vida” y otros miembros lo ayudaron sicológicamente. Está casado con su novia de la adolescencia y del barrio, Margarita Elena Cejas, una mujer que lo ha acompañado durante muchos años, naciendo cuatro “vástagos”: Alberto Jesús, Claudia Guadalupe, Noelia Soledad y Valeria Elizabeth, y tiene actualmente tres nietos. Está afincado en Villa Domínico.
Ex jugadores de Colón. Hay equipo Un grupo de ex jugadores sabaleros aprovecharon la visita a Santa Fe del “Mencho” Balbuena para disfrutar de un asado en la casa de José Luis de Sanctis, con anécdotas y viejas historias como sobremesa. Del agasajo participaron además de los ya mencionados el “Pulga” Ríos, Gustavo Ripke, el “Beto” Tardivo, Carlitos Rodriguez, el “Negro” Orlando Medina, Enrique Bonacci, Miguel Cantero y un amigo de la casa, Daniel Gonzalez. Además de las respectivas esposas de los ex jugadores, claro está. Foto: El Litoral
Cruyff los “bailó” Balbuena integró el equipo argentino del Mundial de 1974, compartiendo el plantel con Carnevali, Wolff, Bargas, Heredia, Babington, Brindisi, Telch, Hosemann, Kempes, Ayala y Yazalde, entre otros. Se recuerdan aún los dos partidos jugados ante la “Naranja Mecánica”, uno en la gira previa (fue derrota por 4 a 1) y el otro en el Mundial (también derrota por 4 a 0). “Cuando jugamos el partido del Mundial, nos juramentamos tomarnos revancha de la goleada en Holanda. Ese día llovía y salía el sol, un día muy raro. Nosotros estábamos haciendo el calentamiento y el vestuario de ellos estaba al lado, pero no se veía ni se escuchaba nada. Por ahí nos asomamos y en un campo, bajo la lluvia, estaban haciendo calentamiento los holandeses Bah... Estaban jugando un partido de fútbol entre ellos, una cosa de locos... Cuando íbamos camino a la cancha, se escuchaba el ruido de los tapones de los botines... Hasta el momento de empezar el partido, pensé que les podíamos ganar... Nos comimos un baile de aquéllos”.
Descubrió al “Kun” Agüero Con el tiempo, a Balbuena se le abrieron nuevamente las puertas en Independiente donde se desempeña como descubridor de talentos, junto a Pascualito Rambert. En uno de los tres potreros de la Villa Los Eucaliptos, en el límite entre Quilmes Este y Bernal Este, en un asentamiento precario, descubrió a Sergio Agüero y al arquero Emiliano Molina (falleció en un accidente de tránsito cuando ambos amigos integraban el seleccionado argentino Sub 15). Una de las mayores alegrías del Mencho Balbuena aconteció el 5 de julio de 2003 cuando el Kun, con 15 años, un mes y tres días, se convirtió en el jugador más joven en debutar en primera división del fútbol argentino. En esa función, también descubrieron a otras figuras, entre ellas, Calleri, Fredes y Llama.