Danilo Chiapello
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Los golpes ocurrieron en viviendas ubicadas en R. Aldao al 2800. Otras casas de las zona también fueron “visitados” por ladrones.
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Domingo a la madrugada. Un matrimonio que trabaja haciendo fotos en eventos sociales regresa a su vivienda, ubicada en Ricardo Aldao al 2800 (en barrio Mayoraz) y la encuentra saqueada.
Lunes a la mañana. Una vecina que reside en la misma cuadra sale de su domicilio para visitar a su hija. Al cabo de dos horas retorna y advierte que su casa había sido “visitada” por ladrones.
Ambos sucesos son apenas un “botón de muestra” del estado de situación que impera en la barriada, cuyos vecinos manifiestan lógica preocupación, debido a reiterados hechos delictivos.
“No se puede seguir así”
“Todos los días hay un arrebato en la calle, hay robos en casas de familia, asaltos en negocios. Rompen rejas y se meten. La policía brilla por su ausencia. Les roban a los chicos del colegio Verna. Siempre es lo mismo... mañana, tarde y noche. Yo camino mucho por este barrio y veo las cosas que pasan”, dice visiblemente ofuscado Luis, el herrero del barrio.
El relato de Luis es claro y preciso. No tiene “baches”. El desempeño de su noble oficio le permite tener un contacto directo con los vecinos recientemente asaltados y con otros que temen pasar a ser los próximos en la lista de damnificados.
“Esta semana le robaron a tres vecinos, pero hace unas semanas atrás hubo muchos otros casos. Por ahí el tema se calma cuatro o cinco días, pero después vuelven a entrar”, relató.
“No se puede más seguir así. No sé por qué la policía no viene. Vos los ves que pasan pero en realidad no intervienen. No podemos seguir así. No sé qué podemos hacer.
“Los vecinos ya ni hacen la denuncia. Yo hablé con ellos y me dijeron ‘¿para qué voy a denunciar ? No voy a recuperar nada, ellos (por la policía) no van a hacer nada y los robos van a seguir’.
“A un muchacho al que le alquilo una casa ya le robaron dos veces. La primera vez encañonaron a su esposa y se metieron. La segunda le rompieron toda la puerta.
“Otro vecino se fue a trabajar a la mañana y cuando regresó a la tarde tenía su casa saqueada.
Los arrebatos son otra pesadilla. A una vecina le robaron una mochila con 10 mil pesos, solo al cruzar la calle. Le llevaron todo.
Y la gente no va a ir a la policía porque saben que es una pérdida de tiempo. Las leyes siguen cada vez más blandas. Entonces la verdad no sé cuál es la salida”, sentenció.
El peor regreso
La noche del sábado Marisa y su esposo, salieron para cumplir con un compromiso laboral en un evento social. El regreso se produjo ya en la madrugada del domingo, ocasión en la que advirtieron que (una vez más) ladrones habían estado en su casa, en Ricardo Aldao 2800.
“Para entrar rompieron la reja de un portón y la puerta principal de la casa la encontramos abierta de par en par.
Nos llevaron una cámara de filmar, Notebooks; una cámara Go-Pro; todas mis alhajas personas (las que me quedaban porque ya sufrí un robo anterior donde me habían sacado bastante). Además revolvieron toda la casa, que la dejaron hecha un desastre”, dijo en diálogo con El Litoral.
“Acá los fines de semana son un desastre. Parece que esto se convierte en tierra de nadie. Aunque a mi otra vecina le robaron un lunes. A mi hijo que vive a la vuelta lo robaron dos veces.
Después todos los robos en la calle. Pasan en moto y revuelcan a las mujeres en el piso para sacarles la cartera.
Las mujeres de avanzada edad. Aquí no se salva nadie”, culminó.
* Otra que no la pasó nada bien fue Dolly, una vecina que también vive en la misma cuadra de Ricardo Aldao 2800.
“El lunes a la mañana, junto a mi esposo, salimos de casa para ir hasta lo de mi hija. Estuvimos cerca de dos horas. Fue en esos momentos que comencé a recibir llamados a mi celular, pero no podía concretar las comunicaciones.
Cuando regresé a casa enseguida advertí que me habían violentado una ventana y una puerta. Los delincuentes entraron, revolvieron todo y finalmente se llevaron algo de dinero. Yo ya perdí las esperanzas de que esto alguna vez cambie”, comentó resignada.