Agencia San Justo
Un muchacho de 20 años que llevaba cinco días preso en la jefatura de San Justo fue hallado sin vida por uno de los presos con los que compartía celda. Rubén Darío Suárez habría resuelto quitarse la vida el viernes por la madrugada, a causa del delito por el cual se lo acusaba y por una sumatoria de dificultades que se le plantearon en la vida.
La versión oficial indica que uno de sus compañeros de presidio se despertó en medio de la noche para ir al baño, pero se encontró con la puerta trabada. Esperó algunos minutos que se desocupara, pero como esto no ocurría forzó el pasador.
Al abrir la puerta se encontraron con que Suárez estaba colgado de la ventana del baño de su celda.
El médico policial, Dr. De Feo, estableció que la muerte se produjo por “asfixia por ahorcamiento” y la autopsia solicitada por el juez que instruye el caso habría corroborado el diagnóstico. No obstante, las autoridades de la Unidad Regional XVI le dieron intervención a la División Judicial para que investigue los motivos del deceso.
Con las sábanas
Por otra parte, el juez de Instrucción Quinta, Darío Sánchez, ordenó que una comitiva de la delegación centro-norte de Asuntos Internos viajara a San Justo para controlar las actuaciones de rutina.
Entre los elementos secuestrados en el lugar, los uniformados encontraron la funda de las sábanas de su cama, con las que habría construido la horca. Además, se halló un escrito en el que le pidió perdón a su madre por la decisión tomada y se despidió de un hijo del que nadie sabe nada.
Consultado el jefe de Policía del departamento San Justo, Rubén Darío Astore, se mostró contrariado por la muerte y explicó que el joven Suárez “se encontraba alojado en un pabellón junto con otros tres presos”, con las medidas de seguridad correspondientes.
El jefe policial indicó además que hasta ayer tenían 8 personas alojadas en la celaduría de la unidad, divididas en dos pabellones con un baño cada uno.
También relató que el muchacho había estado mirando televisión hasta la 1.30 de la mañana y que por los escritos dejados, la decisión de quitarse la vida sería premeditada.
Decisión final
“En la carta manifiesta los porqué” de la trágica decisión. Suárez no tenía trabajo y muchos problemas familiares. El muchacho sabía que era adoptado, pero no conocía a sus padres biológicos, y al parecer, eso lo mortificaba.
También se refiere a un hijo que nadie conoce, del cual se despidió en la carta, lo mismo que de su novia. Como si fuera poco, Suárez estaba detenido desde el domingo 4 de julio, acusado de “abuso deshonesto” cometido contra una mujer de 80 años de la localidad de La Criolla. Con ese ataque a una mujer mayor e indefensa cargaba el reo.
Tal vez por esas mismas circunstancias, hasta el momento nadie de su entorno familiar se acercó a preguntar por lo ocurrido, ni a reclamar explicaciones siquiera. De su madre biológica lo único que se sabe es que vive en Santa Fe, pero nadie la conoce.
En Tribunales
Bajo los cargos de “abuso deshonesto, privación ilegítima de la libertad y coacción” fue indagado el martes pasado por el juez de Instrucción Cuarta, Rubén Eduardo Saurín, tras lo cual lo trasladaron nuevamente a la Jefatura de Policía de la ciudad de San Justo.
En la indagatoria se mostró confundido e ignorante de lo sucedido en la casa de la anciana que lo denunció. Al parecer, el muchacho habría estado bajo los efectos del alcohol o de alguna otra sustancia que alteraba sus sentidos.
No obstante, del informe médico y de la declaración de la víctima se desprende que no existió abuso sexual con acceso carnal.
El joven atacante fue descubierto porque en su huida olvidó prendas de vestir y alguna documentación que permitió identificarlo rápidamente.