En la década del 90, la Municipalidad de Santa Fe realizó una ocupación pública de un terreno con el fin de prolongar calle Juan del Campillo, entre Facundo Zuviría y las Vías del Ferrocarril Belgrano, ignorando un detalle: el terreno tenía dueño. Ése fue el comienzo del peregrinar de los propietarios por los diferentes ámbitos de la Justicia, que concluyó casi 20 años después, exactamente el 7 de junio de 2011.
Inmediatamente después de la ocupación, los propietarios del terreno pidieron que se reconozca su derecho. Ante las sucesivas negativas de diferentes gestiones, iniciaron procesos judiciales de vieja data donde reclamaban no sólo el valor del bien, sino también los daños y perjuicios ocasionados. En consonancia, tres meses atrás, la actual gestión resolvió adquirir el inmueble para ponerle fin al conflicto y de esa manera evitar el pago de daños e intereses por el uso irregular de la propiedad. Se estima que de esa manera, la Municipalidad deberá pagar 10 veces menos de lo que debería erogar en caso de continuar el litigio.
Firma de convenio
Tal como figura en el decreto Nº 1638 “luego de un profuso intercambio de posiciones, ambas partes (el municipio y los propietarios) han logrado un consenso definitivo suscrito en un Convenio de Compra Directa”.
En tal sentido, el acuerdo establece la compra del citado terreno por $ 1.185.839, que se abonarán en 50 cuotas mensuales, más intereses.
Esta mañana, el intendente Barletta manifestó su opinión en relación a dicho tema: “Es una de las tantas historias donde las administraciones anteriores no hicieron las cosas como tenían que hacerlas y tenemos que salir a hacer las cosas bien. En Juan del Campillo, hay una cuadra que tiene unos 85 metros entre Facundo Zuviría y las vías, que en su momento, allá por el año 1992, se determinó que sea calle; se comenzó con un expediente de expropiación, pero como con tantos otros quedaron vaya a saber dónde”.
Con respecto a la situación de los vecinos que se vieron perjudicados con el accionar del propio Estado, el mandatario indicó: “Quienes eran los titulares de ese terreno que se convirtió en calle, reclamaban que se haga el resarcimiento de lo que era de su propiedad. Decidimos hacer un acuerdo con los titulares y los juicios, que si bien significaban trasladar el tema hacia adelante, hubiera significado multiplicar no sé por cuánto la cifra. Eso es lo que algunas veces muchos gobernantes prefieren realizar, es decir, no afrontar el problema para que lo enfrente otro, aunque esto perjudique las arcas del Municipio”.