El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, fue elegido esta tarde por sus pares como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) para los próximos tres años, en reemplazo del cardenal Jorge Mario Bergoglio, que no podía ser reelegido en el cargo.
La elección tuvo lugar durante el segundo día de deliberaciones de la asamblea plenaria de obispos que se desarrolla hasta el sábado en la casa de ejercicios espirituales ‘El Cenáculo‘, en la localidad bonaerense de Pilar.
En tanto, para la vicepresidencia primera fue elegido el obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli, y para la vicepresidencia segunda al arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, mientras que en la secretaría general permanecerá monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires.
La elección del arzobispo de Santa Fe, considerado como dialoguista y moderado, marca una continuidad en el camino pastoral que ejerció Bergoglio durante dos períodos consecutivos, razón por la cual no podía volver a ser reelegido para ese cargo.
Arancedo integraba hasta ahora la ‘mesa chica‘ del Episcopado, como vicepresidente segundo de la comisión ejecutiva del cuerpo, junto al arzobispo de Tucumán, Luis Villalba, que se desempeñaba como vicepresidente primero y que también dejó el cargo.
De 71 años, primo hermano del ex presidente fallecido Raúl Alfonsín, Arancedo fue elegido para participar en 2009 -en representación del Episcopado argentino- del acto que se realizó en el Vaticano al cumplirse los 25 años de la mediación papal en el conflicto por el canal del Beagle, junto a las presidentas Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet.
La votación para elegir al sucesor de Bergoglio, individual y secreta entre cada uno de los 90 obispos en condiciones de sufragar, fue muy reñida entre Arancedo y Bressanelli, y debió repetirse tres veces ya que ningún candidato lograba obtener los dos tercios necesarios de los votos en las dos primeras instancias.
Finalmente, tal como establece el estatuto de la CEA, en una tercera votación se impuso Arancedo, por ser el obispo más votado, según explicaron fuentes del Episcopado.
En tanto, Bergoglio también deberá presentar este año ante Benedicto XVI su renuncia como arzobispo de Buenos Aires, ya que cumple 75 años en diciembre y alcanza el límite de edad canónico establecido.
En este caso, no se descarta que el Papa designe un arzobispo ‘coadjutor‘ que podría acompañarlo en el gobierno de la diócesis al menos dos años más hasta que su renuncia sea finalmente aceptada.
Por su parte, Bressanelli -de 69 años- llega a la cúpula de la CEA después de que se conociera hoy mismo que asume el gobierno pastoral de la diócesis de Neuquén, al haberle aceptado el papa Benedicto XVI la renuncia anticipada a monseñor Marcelo Melani, que estaba en la mira del Vaticano por supuestos ‘abusos litúrgicos‘ e ‘imprecisiones teológicas‘.
Bressanelli venía desempeñándose como obispo coadjutor de Neuquén desde febrero del año pasado, cuando el Vaticano debió realizar una suerte de ‘intervención‘ en la diócesis para dar por terminado el conflicto originado con Melani.
Tras la conformación de la comisión ejecutiva, los obispos comenzaron a votar esta tarde las presidencias de las comisiones episcopales: hasta el momento fue designado el obispo de San Miguel, Sergio Fenoy, como titular de la de Fe y Cultura.
Durante el resto de la semana, los obispos se dedicarán a definir la conformación de las restantes comisiones; entre ellas la estratégica Pastoral Social, actualmente presidida por el obispo de San Isidro, Jorge Casaretto -que tampoco puede ser reelegido- y para la que se menciona al obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, de destacada actuación en diversas problemáticas de índole social.
Es probable que con la conducción episcopal electa haya un pedido de audiencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que las nuevas autoridades le presenten su saludo, tal como se acostumbra.
Otro tema que deberá abordar la nueva conducción será la estrategia de la Iglesia frente al proyecto de despenalización del aborto que, por primera vez, comenzó a ser debatido en la Cámara de Diputados, aunque no se cree que pueda ser tratado en el recinto hasta el año próximo.
Télam