Una pareja de santafesinos denunció por estafas a un abogado local, luego de que desapareciera de la ciudad con $ 240.000 que en principio eran para la compra de U$S 50.000 que les había prometido.
El acusado es un profesional matriculado de 36 años del que no se tiene rastros desde el viernes 6 de julio, cuando se escapó con la plata, presuntamente rumbo a Villaguay, en la provincial de Entre Ríos.
La maniobra denunciada por los damnificados se remonta al jueves 5 de julio, cuando la mujer, una abogada de 35 años, recibe un correo electrónico a nombre de un viejo compañero de la facultad de Derecho, en la UNL. Allí le ofrecía venta de dólares a buen precio y aunque no eran amigos, las relaciones en común le permitieron confiar en el intermediario.
Se estableció un contacto por mensajes de textos, en el que el abogado estafador contó que conseguía los dólares a través de una cuña política, porque le debía favores.
Acordaron una reunión para el día siguiente, antes del mediodía, en la casa familiar del ahora perseguido, en un inmueble de calle 3 de Febrero al 3500 en el barrio Sur.
A pesar del cuidado
La pareja llegó acompañada de otras dos personas, entre las cuales se dividieron los billetes por si en cualquier caso llegaban a ser víctimas de un robo callejero.
Sin embargo, la precaución tomada en la calle no les sirvió de mucho a la hora de entrar a la casa, porque allí dentro, sobre una mesa y con buenos modales, pusieron toda la plata en manos del abogado que a la postre los estafaría y se iría sin dejar rastros.
Primero dijo que llevaría el dinero para contarlo en una habitación contigua, donde estaba su contacto con los dólares. Después regresó diciendo que había albañiles en la casa y que mejor los iría a contar al estudio, que quedaba a unas dos cuadras.
Aunque algo impacientes, el matrimonio todavía no había encendido del todo la alerta y aunque de mala gana accedió a las ocurrencias del abogado, que finalmente les dijo que tenía ir a buscar a su hija a la guardería, aunque de manera hospitalaria les ofreció esperarlos en su casa.
Así fue como el ex compañero de estudios se fue dejando al matrimonio en una casa ajena y sin un peso de los que habían llevado. A cambio, y para dar muestras de su buena voluntad, les entregó un pagaré por $ 240.000 y documentación del inmueble a modo de garantía.
“Un viaje urgente”
Pero corrían los minutos y el abogado no regresaba. En cambio, se presentó su madre con un recado. “Jorge me dijo que les avisara que le surgió un viaje urgente a Villaguay”.
A esa altura, el matrimonio se mostraba abatido porque no podían entender cómo lo habían dejado salir del cuarto con el dinero sin nada a cambio.
Entonces comenzaron las negociaciones. Llegó un abogado que tenían en común a ambas familias y trató de mediar para resolver el conflicto, al parecer desencadenado por deudas de juego de azar.
Lo cierto es que con el paso de las horas, la familia del estafador ofreció a los damnificados resarcir el daño y para eso pusieron a su disposición la casa familiar, herencia que le dejó el abuelo a su padre y éste a sus hijos.
Pero hubo una sorpresa mayor, cuando el martes 11 de julio, antes de realizar la transacción, desde el Registro de la Propiedad llegaron noticias de que la casa ya no era bien de familia y que el hermano ahora ausente, la había puesto a su nombre y luego hipotecado y prendado, por lo cual la operación comercial resultaba inviable.
En Tribunales
Asesorados por el abogado Jorge Pedraza, el matrimonio se presentó en Tribunales para hacer la denuncia. Entregaron un escrito con el relato de los hechos en la Fiscalía N° 5 de la Dra. Elena Perticará, que por la cercanía con las vacaciones de invierno, puso en conocimiento de los hechos al juez de Instrucción en feria, Luis Octavio Silva, ante quien se tramitaron las primeras medidas.
Las víctimas ofrecieron pruebas y solicitaron medidas, entre ellas que al acusado le sea imputado el delito de “estafa” y que comparezca para prestar declaración indagatoria. No obstante, hasta hoy no había sido dictado pedido de captura ni su detención.
En los últimos días se practicaron dos allanamientos a pedido de la parte acusadora, pero en ningún caso hubo noticias del perseguido.
Uno de los lugares que el juez Silva ordenó allanar sería un estudio jurídico de calle 1° de Mayo al 900, en el tercer edificio del Parque Sur. Hasta allí llegó una comisión de la Tropa de Operaciones Especiales que no pudo ingresar al lugar, informaron fuentes del caso.