No tuvo pruritos ideológicos Antonio Bonfatti para reunirse con popes capitalistas como los representantes de J.P. Morgan o de Goldman Sachs. El gobernador socialista lució su rosa en la solapa para intentar seducir en Wall Street; quiere que le compren bonos por U$S 500 millones, con los que sueña iniciar obras públicas hasta el final de su gestión.
¿Le prestará el mercado esa suma a Santa Fe, cuando el Banco Central de la República Argentina no habilitó U$S 263 mil para que Chaco pague su deuda emitida en esa moneda? No le sirvió de nada a Jorge Capitanich ser un mandatario consecuente con la presidenta y alineado con el modelo que declama que la autoridad monetaria es susceptible de gestión política.
Públicamente, Mercedes Marcó del Pont no dijo nada. Sus voceros buscaron despejar dudas con explicaciones técnicas, según las cuales Chaco emitió deuda bajo legislación argentina y no internacional, y que la autoridad monetaria no vende dólares billetes para “atesoramiento”.
En Nueva York, a Moody’s no le importó mucho la argumentación. La calificadora de riesgo interpretó que la pesificación de una deuda en dólares es un default. Y Capitanich prometió dólares pero pagó 1.224.000 pesos.
¿Podrá la Argentina despejar las dudas que genera el “inexistente” cepo cambiario, antes que Santa Fe emita sus bonos, si es que la Legislatura y la Nación lo autorizan? Falta mucho, pero la cuestión es hasta dónde llega el cepo. La presidenta dijo que no existe, pero en los hechos es como las brujas... que lo hay, lo hay.
Alfonso Prat Gay fue presidente del Banco Central durante la presidencia de Néstor Kirchner. Ayer le preguntaron hasta cuándo creía que habría cepo cambiario, y contestó que “llegó para quedarse”. Más aún, se preguntó cómo sería posible que el gobierno nacional desactive algo cuya existencia niega.
El caso de Chaco “genera serias dudas sobre la capacidad de emitir en dólares” por parte de las provincias y de las empresas privadas, dijo ayer Gabriel Torres, de la calificadora Moody’s. Sostuvo que el problema “no se relacionan con los fundamentos económicos del país, sino con la falta de confianza en las políticas públicas” del gobierno nacional.
Esa desconfianza ayer disparó el riesgo país, lo que mide cuánto se encarece la tasa de interés con la que el mercado estaría dispuesto a prestar en la Argentina.