Lía Masjoan - [email protected]
“Cada día se construyen 400 casas nuevas, que representan 40.000 metros cuadrados”, dijo esta semana la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al anunciar nuevas líneas de créditos del Plan Pro.Cre.Ar y detallar su avance en todo el territorio nacional. Pero ¿qué pasa en la ciudad de Santa Fe?
La Dirección de Edificaciones Privadas de la Municipalidad de Santa Fe ya recibió 122 pedidos de autorización de construcción de nuevas viviendas, a financiarse con estos créditos. Se trata de la primera línea que lanzó el gobierno nacional el año pasado para quienes ya poseen terreno propio.
De ese total, unas 40 casas ya están en marcha, aunque en distintas etapas, en barrios del noroeste de la ciudad, como San Martín, Cabal y Los Ángeles, entre otros. En tanto, son 35 las que iniciaron el proceso constructivo en Colastiné, una de las zonas que a pesar de la falta de servicios mantiene un buen ritmo de crecimiento. No es casual que estos dos sectores concentren el 61 % del total de viviendas en ejecución: al norte y al este todavía hay algunos terrenos disponibles y el valor es mucho menor que en el centro de la ciudad.
El resto de las construcciones con Pro.Cre.Ar. se divide entre Guadalupe Oeste y Villa María Selva, unas 19; Los Hornos y Don Bosco, 15, y unas cuantas dispersas en otros barrios de la capital provincial. En las localidades que integran el Área Metropolitana, como Rincón y Arroyo Leyes, también hay obras financiadas con estos recursos.
A partir de diciembre, la Dirección de Edificaciones Privadas evidenció un mayor movimiento de expedientes, que continúa a buen ritmo. La mayoría de los santafesinos que pudieron acceder al crédito proyecta construir entre 60 y 80 metros cuadrados, según los registros del municipio. En función de las necesidades y recursos de cada familia, hay viviendas más chicas, de 50 m2; y más grandes de 95 m2 pero son muy pocas las que superan los 100 m2.
Más trabajo para arquitectos
La Cooperativa de Trabajo Teko Limitada, integrada por 14 profesionales -la mayoría arquitectos-, tiene en este momento 12 viviendas en distintas etapas de construcción financiadas con el Plan Pro.Cre.Ar.: cinco están ubicadas en la ciudad de Santa Fe, en la zona norte y en Colastiné; y el resto en Arroyo Leyes, Rincón, Paraná y Esperanza. Las que primero comenzaron ya tienen un 50 % de avance y están esperando la certificación del Banco Hipotecario para continuar con las dos últimas etapas.
“Con el lanzamiento de estos créditos, a nosotros nos aumentó considerablemente el volumen de trabajo desde la mitad del año pasado y lo que viene corriendo de este”, aseguró la arquitecta María Eugenia Germano, quien comparte la conducción técnica de una obra de 95 m2 en Rincón con Bernardo Henchoz. Esto lo explica porque “a muchísimos de nuestros clientes, amigos o familiares que tenían un terreno propio se les presentó una oportunidad que no encontraban de otra manera”.
De todos modos, conducir las obras financiadas con esta línea crediticia tiene sus complejidades: “Acá no puede haber nada improvisado. Antes de ir al banco tiene que estar todo planificado, con un cronograma de obra e inversión muy preciso, para ver qué plata vas ocupando, en qué momento y con qué fin para que cuando el Banco Hipotecario haga la certificación perciba que está construido el porcentaje de obra comprometido”, aseguró el arquitecto Mariano Pautasso.
El principal desafío es administrar la obra en función del dinero que el cliente recibe en cada etapa para cumplir con los plazos. De todos modos, “con todos los cliente hay que adaptarse a sus posibilidades económicas para poder construirles su casa, independientemente de si tiene Pro.Cre.Ar o no. En este caso, las cuatro etapas que impone el plan, es otra condicionante y uno aprende la mecánica”, dijo Genaro.
Respecto al desembolso de fondos -que son de la Anses-, “nuestra experiencia nos muestra que se viene cumpliendo todo tal cual lo anunciado, en especial la entrega del dinero de acuerdo a la etapa certificada. Todos los que fueron aprobados están en marcha, ninguno se paró”, aseguró el arquitecto.
La inflación, un problema
El constante aumento de precios no es ajeno al rubro de la construcción. Y éste es uno de los problemas más graves que deben hacer frente arquitectos y futuros propietarios. “Antes de arrancar, la pregunta obligada a las familias es si tienen algún ahorro”, dijo Pautasso. Esto puede ser determinante porque “ayuda a congelar los precios de los distintos materiales”. Hoy el costo de lo proyectado en junio del año pasado, cuando se prepararon los proyectos para presentar en el Banco Hipotecario, varió considerablemente.
El aspecto positivo es que, con esta metodología de entregar el dinero en cuatro cuotas según se vaya cumpliendo con el cronograma comprometido en el proyecto, se termina exigiendo que “la casa esté cerrada y habitable en 9 meses”, coincidieron los profesionales.
De este modo, a fin de este año -meses antes, meses después- 122 familias santafesinas estarán estrenado su vivienda propia. Con varios años de cuotas por pagar.