De la Redacción de El Litoral
El secretario de Seguridad Deportiva, Pablo Farías, confirmó esta mañana a El Litoral que hoy pedirá oficialmente a la AFA que el clásico entre Unión y Colón se juegue el domingo 2 de junio a las 11 de la mañana en el 15 de Abril.
Restaría la definición sobre si será con o sin gente, la cual se tomará en las próximas horas y posiblemente se anuncie el viernes o sábado venidero.
Pablo Farías mantuvo, en los últimos días, reuniones con ambas dirigencias y lo hizo también con autoridades policiales y del mismo gobierno, máxime a partir de la llegada a la ciudad del gobernador Antonio Bonfatti luego de su último viaje.
Ayer, el gobernador hizo declaraciones en las cuales realizó un llamado “a la cordura” y a la “convivencia” para que el partido se juegue normalmente con las dos hinchadas presentes. “La prueba está en que ascendió Central y hubo 100.000 personas festejando y no hubo que lamentar ningún incidente en Rosario. Es hora de que los santafesinos nos pongamos los pantalones y aprendamos a vivir de una fiesta deportiva”, señaló ayer Bonfatti.
Sin embargo, esta mañana el gobernador cambió su discurso y no fue tan contundente. “Vamos a ver cómo hacemos, nada está decidido, me tengo que juntar con el ministro Lamberto y también con Pablo Farías que está a cargo de la Secretaría”, señaló hoy el gobernador, quien también señaló que “está bien que el partido se juegue con gente y no se pierda la esencia, pero hay que priorizar la seguridad, que está por encima de todo y de todos”, dijo el gobernador, “abriendo el paraguas” respecto de una posible definición que recién se tomará esta semana y se dará a conocer hacia el fin de la misma.
Se evalúa todo
El mismo Farías se encargó en todo momento de decir que “la idea fue trabajar en el sentido de jugar el partido con gente y tal como se estableció en ese acta-acuerdo celebrado el año pasado antes del encuentro del Inicial en el Centenario”, pero también fue el propio Farías quien se encargó de resaltar, en todo momento, que la seguridad y la vida de la gente está antes que todo.
En tal sentido, el funcionario —quien asumió este año y no estuvo participando el año pasado de las reuniones y acuerdos que se hicieron antes del primer clásico de la temporada— se manejó siempre con mucha prudencia, cautela y razonabilidad. Si de algo puede estar segura la ciudadanía y los hinchas de fútbol, es que Farías jamás se encargó de alentar falsas expectativas ni de tomar decisiones que, por el apresuramiento o la ansiedad, pudiesen luego lamentarse.
Si el partido se jugase con gente y respetándose el acta acuerdo del año pasado, Unión le tendría que entregar a Colón unas 2.400 populares, 110 plateas más las entradas de protocolo que se estila entre las instituciones en todos los partidos del fútbol argentino.
Farías se encargó, personalmente, de ir al estadio de Unión en varias ocasiones y con el asesoramiento de las autoridades correspondientes —sobre todo la policía— pidió que se realicen algunas modificaciones. Así, tanto en los partidos con Lanús y Belgrano se observó que la hinchada visitante se ubicó en un costado de la tribuna de Cándido Pujato y sin utilizar, prácticamente, el sector de la redonda. Ante River, la hinchada millonaria tuvo el sector de la redonda y también las plateas, con lo cual el pulmón se achicó considerablemente y allí se registraron algunas escaramuzas entre las dos plateas que no pasaron a mayores.
Farías le habría pedido a los dirigentes de Unión que realicen algunos refuerzos en los pulmones y, como pasó en estos partidos, aumentar el pulmón sobre la tribuna de Cándido Pujato.
Pero...
De todos modos y más allá del esfuerzo por jugar el partido en las supuestamente mejores condiciones deportivas (con las dos hinchadas), está muy claro que las autoridades responsables de tomar la decisión (el gobierno fundamentalmente) va a priorizar la seguridad por encima de todos.
Es evidente que se ha trabajado en todo este tiempo para jugar con público, pero también es verdad que la situación en la cual se vive, con el descenso casi consumado de Unión y un estadio en el que se están realizando obras de ampliación, jugar el partido con hinchas es un riesgo que el gobierno evalúa si es posible de asumir, con voces y pensamientos que de a poco se van inclinando más para el lado del que no que del sí.
No es lo único...
Pablo Farías tendrá un día agitado en AFA y no porque esté presente en la reunión de comité porque allí van los directivos de los clubes, sino porque a la vez que pide el domingo 2 a las 11 para el clásico de Santa Fe, solicitará enérgicamente que el encuentro entre Newell’s-Boca del próximo domingo, por la decimoquinta fecha del torneo Inicial, no se juegue a las 21.30 como está pactado.
Esta polémica por la decisión de que River o Boca jueguen, de manera intercalada, los domingos a las 21.30, sumó un nuevo capítulo. El que también opinó fue el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien consideró: “A mí me parece un disparate que el domingo se juegue tarde, es inseguro y al otro día la gente tiene que trabajar. Pero la ciudad no se puede oponer al horario del fútbol. Es una decisión de la AFA”.
La polémica tiene un punto de partida y es la decisión de Fútbol para Todos de poner a Boca y River en ese horario para, supuestamente, “quitarle rating a Lanata”.
El pedido de Farías es que el encuentro se juegue en horario diurno, con luz natural y no a la noche y tarde como está pautado. Tres días después se jugará la revancha de la Copa Libertadores —también entre Newell’s-Boca— y allí el horario dispuesto es el de las 19.30. De todos modos, hay preocupación también por ese partido, que será decisivo.