Ante la falta de resolución al conflicto con la policía de la provincia, muchísimos comerciantes ya no solo optaron por cerrar sus negocios más temprano, sino que muchos directamente los vaciaron ante el temor de los robos.
Así, este lunes por la tarde la mayoría se dedicó a desmontar sus locales para poner a salvo la mercadería, al tiempo que otros se organizaron para montar guardias improvisadas y repeler los posibles intentos de saqueo.
Vidrieras vacías en San Martín Norte, Aristóbulo del Valle y en diferentes puntos de la ciudad daban muestra del extremo al que hubo que llegar para salvaguardar sus bienes.
Mientras, las universidades de la ciudad informaron que suspendían todas sus actividades a partir de las 18.30 para evitar los traslados de docentes y alumnos en horas de la noche.