Diego Vergara
Enviado especial a Junín
Trabajar en Ciclista de Junin como periodista, se transformó en una cuestión más que tediosa, peligrosa para cualquier vida humana.
En primer lugar, y luego de cumplir con los requisitos del caso y ante la insistencia desde el día sábado, el responsable de prensa Rodrigo De Negro, nos informó en la puerta misma del estadio, que no estábamos acreditados (ya habiamos estado en el juego 1 y 2) y que no se nos permitía trabajar.
Rápidamente acudimos al presidente del Club, Ariel Vivas, quien en principio, gracias a la intervención de un representante de la Defensoría del Pueblo Maximialiano Dilluvio, colega y periodista, pudimos dar con este señor, entre medio de un clima enrarecido.
"Dejalos entrar, pero el de la radio, boqueó, no entra", fue la frase de Vivas, con un vaso de cerveza en la mano. Ante el pedido de explicaciones, no tuvimos respuestas y ante la presencia de un hecho claro de amedrentar nuestra tarea, nos topamos con el jefe de seguridad del club, quien bajo el mismo lema, nos aclaró que debíamos estar en el lugar asignado (antes no era, ahora si), en un pasillo de prensa, donde la gente tiene acceso y pasa detrás nuestro a cada momento.
Con tres policías como custodia, apenas llegamos e instalamos nuestros elementos, nos bañaron lisa y llanamente con una gaseosa, volcada sobre papeles y equipos de transmisión, y para no cerrar este nefasto periplo, el utilero del plantel local, a viva voz e insultando a nuestro lugar (Gustavo Lamas), nos quitó los trapos para secar, en un acto impune que observó la policia presente en el lugar.
Nuestro trabajo, en medio de este clima, se cerró con otro acto violento de parte de este señor, y nunca cuidado ni observado, ni por el Presidente Vivas (que brindó una conferencia y minimizó lo sucedido en Junín con la rotura de micro y la amenaza a nuestro equipo periodístico), ni por el jefe de seguridad, ni por el propio Chuni Merlo, que junto al responsable de prensa, se puede ver en el video de Telecable Junín, se encargaron de frenar a los violentos que intentaron agredir al plantel en el juego 1. Claro que esto, tampoco fue dicho ni mencionado en ningun momento, tal cual si reflejó El Litoral.
El señor Lamas, con una tolla en mano, deslizó (como un látigo) con fines de agredirnos hacia nuestra cabina y en medio de insultos, la policií tuvo que retirarnos del lugar, segundos después del cierre del juego.
Sin dudas, desde Buenos Aires, se necesita una acción directa contra este tipo de personajes, que nada tienen que ver con el básquetbol de nuestro país y que manchan de manera indudable, a una actividad tan maravillosa como el deporte. Otra pregunta es, ¿se puede jugar en un reducto así?, ¿es realmente seguro para los periodistas?, las respuestas tienen un archivo de argumentos y con el mismo resultado: siguen siendo violentos.
La TV, sin periodistas
Tal cual anticipó el colega Fabián Pérez, el equipo periodístico de Torneos y Competencia y la productora a cargo de televisar los encuentros del Torneo Nacional de Ascenso, sólo envió a los camarógrafos para dicho encuentro a la ciudad de Junín.
"Quieren justificar todo acto de violencia, y en ese marco, no vamos a ir", deslizó Pérez en la edición radial de Todo Red, el pasado domingo. Cabe señalar que el mismo periodista fue víctima de agresiones años atrás y en el mismo lugar.