Enrique Cruz (h)
Es el principal objetivo que se plantea la dirigencia de Colón. Algo de eso iba a ir destinado para la compra de Albertengo, pero Independiente terminó pidiendo disparates y se frustró.
Enrique Cruz (h)
Los dirigentes de Colón sintieron una mezcla de satisfacción y deber cumplido. Se frotaron las manos y se dijeron a sí mismo: “Es un negocio que cierra por donde se lo mire”. No fue completa la alegría porque el equipo, en la cancha de Argentinos, quedó eliminado de la Copa Argentina ante Huracán. Pero el cierre de la semana dejó el buen talante de los 4 millones de dólares que ingresan al club por la ejecución por parte de Alario de la cláusula de rescisión que le puso River, para jugar en el Bayer Leverkusen de Alemania. Esos 4 “palitos” verdes (entre lo que recibe por el 40 por ciento de los derechos económicos que el club todavía poseía de una futura venta, más lo que le corresponde por derechos de formación) servirán para afrontar la etapa decisiva para el arreglo total con los acreedores y la salida del salvataje, objetivo que se planteó Vignatti y su comisión directiva desde el mismo momento, hace poco más de un año, en que ganó las elecciones.
En River siguen “embroncados” con todo y con todos. En poco tiempo perdieron a sus dos delanteros titulares (Driussi y Alario) y a ellos se sumó la enfermedad de Mora. Casi 100 goles se le borraron de un plumazo. Y no hubo previsión. Ni ahora, ante la posibilidad concreta de que Alario y Driussi ejecuten las cláusulas de rescisión que el propio River les puso. Ni tampoco antes, cuando en poco más de dos años no tuvieron un instante de lucidez para arreglar con Colón la compra del 40 por ciento y apostaron al paso del tiempo y a que Alario no se vaya hasta junio del año que viene.
Con 4 millones en el bolsillo (Colón termina embolsando 6.500.000 dólares en total por Alario, contabilizando los 2,5 millones que ya había cobrado anteriormente), Vignatti sale a completar el arreglo con los acreedores. Ya lo hizo con la Afa —uno de los principales—, con un acuerdo extraordinario para pagar los 16 millones de pesos en cuotas (se dice que serían cinco) y así poder utilizar los jugadores. Pero anteriormente había acordado con cada uno, con el fin de completar todo lo requerido para salir de un salvataje que terminó siendo, como su nombre lo indica, una buena tabla de salvación para la institución en momentos de urgencias económicas.
El adiós de Alario
La dirigencia de River está muy disgustada con la situación, con Pedro Aldave (representante del jugador y responsable de la concreción del negocio) y los hinchas creen que Lucas Alario no tuvo un buen comportamiento con el club.
Por eso, el jugador disparó en sus redes sociales un mensaje: “Agradezco infinitamente a todos los hinchas de River por estos dos años de sueños que nunca hubiese imaginado vivir. Dos años de desafíos y de logros de los cuáles estoy orgulloso de haber defendido esta camiseta. Tuve el honor de compartir momentos inolvidables junto a grandes personas, mis compañeros y cuerpo técnico.
Esta nueva oportunidad parece darse de manera inesperada, pero siento que tengo que seguir creciendo en esta carrera que estoy construyendo. Estoy preparado para esta oportunidad y para seguir soñando. Es parte del camino de un futbolista asumir los nuevos desafíos. Las decisiones más difíciles son las que nos hacen dejar atrás algo que realmente queremos, por eso espero volver algún día.
A todo el mundo River, en especial a los hinchas, muchas gracias!”, es lo que Lucas Alario escribió como último mensaje para todos.
Muy diferente
No sé si en algún lugar, aunque más no sea recóndito, de su mente, su corazón y sus intenciones, pudo haber pasado la idea de aceptar esta oferta porque eso le permitía, a Colón y a San Lorenzo de Tostado, su club de niño, cobrar un dinero importante. Puede haber sido que sí o que no. Quién sabe. En todo caso, su representante —muy distinto a lo que ocurrió con Poblete— tuvo una participación activamente favorable para Colón.
Si aunque sea en un 5 por ciento, la decisión de irse al Bayer en este momento y no quedarse a jugar en River la Libertadores y todo lo que se le podía venir hasta fin de año fue porque Alario quería que los clubes que lo criaron y lo vieron crecer, se queden con un dinero único e irrepetible (sobre todo para el club de Tostado), ya basta y sobra para que su imagen se engrandezca de una manera soberbia en el corazón y sentimiento de los colonistas y tostadenses.
Alario pasó a formar parte de ese círculo de chicos elegidos y formados en los tiempos de Rubén Rossi como coordinador (con una gran cantidad de entrenadores y profesores que trabajaron en dicha formación) y que terminaron siendo la gran tabla de salvación del club. Los Alario, los Graciani, los Mugni, los Luque, los Meli, fueron clave en momentos de penurias y necesidades económicas. Y ahora hay jugadores (Conti, Leguizamón, Sandoval, Chancalay), algunos proveniente de ese proceso y otros que se sumaron con el actual, que seguirán ayudando adentro y afuera de la cancha.
Lástima lo de Poblete. Era el capitán del equipo y la gente lo quería muchísimo. Pero muchísimo de verdad. Se lo había ganado con su corazón, con su garra, con su entrega y con su fútbol. No fue feliz su decisión. O la de su representante, en todo caso. Una pena. Hoy, para el hincha de Colón, cuando habla de Alario lo hace de manera muy distinta que con Poblete. Y en la cancha, los dos supieron ganarse el respeto y la admiración. Pero afuera se comportaron distinto.
Vignatti en un almuerzo con Tapia
El presidente de la Asociación del Futbol Argentino, Claudio “Chiqui” Tapia, junto a Daniel Ferreiro, quién fue el convocante, almorzaron la semana pasada en el restó Estilo Campo de Puerto Madero, con 12 presidentes de Primera División, en el contexto de una grieta con Daniel Angelici que cada vez se profundiza más, según especifica el sitio Doble Amarilla.
Fuerte en el Ascenso e interior, Tapia intenta que tras la emancipación de la Primera vía la Superliga los clubes de la categoría no se alejen demasiado de Viamonte. La alianza sellada en su momento con Angelici fue clave para vencer psicológicamente a Marcelo Tinelli, quien finalmente desistió de competir. Ahora, el presidente de AFA busca que esos presidentes arreados por El Tano, no le jueguen en contra. El vínculo entre la Primera y el tapismo se reforzó el último mes. Primero, muchas entidades pasaron por la oficina del secretario general, Pablo Toviggino, quien escuhó uno a uno con sus problemas y aceptó (por orden de Tapia) planes de pago “racionales” respecto de la deuda de los equipos con la entidad madre del fútbol argentino. El gesto presidencial fue valorado por hasta los más críticos y le valió, entre otras alegrías, la paz con Raúl Gámez. Ahora llegó el momento de los almuerzos de acercamiento.
Del encuentro participaron Eduardo Spinosa (Banfield), Mario Leito (Atlético Tucumán), Hernán Lewin (ex presidente de Temperley), Rodrigo Escribano (Talleres), José Vignatti (Colón), Marcelo Martín (Unión), Ricardo Carloni (Rosario Central), Jorge Franceschi (Belgrano), Pascual Caiella (Estudiantes), Alfredo Dagna (Olimpo) Horacio Fernández (Chacarita) y Cristian Malaspina (Argentinos Juniors). No estuvieron presentes, con aviso, Arsenal (Julito se excusó con tiempo), San Martín de San Juan (Miadoski estuvo con la Selección y se entiende que juega con Tapia), Defensa y Justicia, Vélez y Gimnasia. A esta reunión no estuvieron invitados, aunque seguramente sí estarán a la próxima, estos ausentes y Newell’s, Patronato, Tigre, Lanús, Huracán y Godoy Cruz.
En el mitin, Tapia le pidió a sus colegas colaboración en el proyecto, que apoyen las propuestas que impulsa la entidad madre del fútbol argentino y además se hizo hincapié en que hay revalorizar al Ascenso y la Selección Argentina.