A 50 años de la fractura que obligó a Gustavo Ripke a dejar el fútbol
Fue el 21 de abril de 1973, en cancha de Independiente. El uruguayo Arispe le rompió tibia y peroné a uno de los mejores jugadores de esos tiempos. Cuentan que el ruido de la fractura se escuchó en todo el estadio.
A 50 años, ese es el recuerdo que le queda a Gustavo Ripke de aquella noche del 21 de abril de 1973. Créditos: Manuel Fabatia
“Lo peor de todo no fue el momento de la fractura… Lo peor fue cuando el doctor Pizzi, al mes, me dijo que el callo no se había consolidado y que se había desviado la fractura porque los médicos de la Afa me mandaron a caminar antes de tiempo. Entonces, tenía que quebrarme otra vez, no para volver a jugar sino para que pueda volver a caminar”. A 50 años, ese es el recuerdo que le queda a Gustavo Ripke de aquella noche del 21 de abril de 1973 en la cancha de Independiente, cuando el uruguayo Arispe (lateral izquierdo del equipo que en ese momento dirigía el Bocha Maschio), le fue muy fuerte al volante sabalero y le provocó una fractura de tibia y peroné que lo dejó afuera del fútbol, cuando no sólo era uno de los mejores jugadores de aquél plantel de Colón, sino con una interesante proyección a futuro.
Era el Colón de José María Silvero que no había arrancado bien aquél Metropolitano y estuvo nueve fechas sin ganar (recién lo hizo en la fecha 10, igual que el actual equipo de Pipo Gorosito). El rival era el copero Independiente, en el que brillaba, por ejemplo, el Mencho Balbuena, con pasado en Colón y que fue el autor de uno de los goles del Rojo en ese partido, que concluyó con victoria del local por 2 a 0.
Era el Colón de José María Silvero que no había arrancado bien aquél Metropolitano
“Te quebré, te quebré… Perdoname!”, fue el título de un artículo en El Litoral del día siguiente, referenciando declaraciones de Arispe, un jugador que no era habitualmente titular (eran tiempos de “reinado” del Chivo Pavoni en ese puesto) y que frustró la carrera del volante santafesino.
Pero más allá del infortunio – o quizás la mala intención o vehemencia del jugador uruguayo - , lo que más molestó en esa oportunidad fue que el árbitro (Arturo Andrés Ithurralde, quien años más tarde dirigió en un Mundial), ni siquiera cobró foul… ¡Dio un pique!
Esa noche, Colón formó con Baley; Araoz, Zuccarelli, Trossero y Fernández; Cococho Alvarez, Trullet y Ripke; Olivares, Zuchela y Bon. El arquero suplente fue Nilson Bertinat y luego entraron Zimmermann y Córdoba por Ripke y Julio César Bon.
Independiente, en tanto, alistó a Santoro; Commiso, Miguel Angel López, Garisto y Arispe; Raimondo, Semenewicz y Palomba; Balbuena, Giachello y el Loco Mendoza, bajo la conducción técnica de un histórico de Racing, como había sido Humberto Maschio.
Por ese entonces, en Santa Fe, se inauguraba la Galería Colonial, que también está cumpliendo en estos días sus 50 años de existencia. Pero hoy, para Ripke y para aquéllos que recuerdan el impactante ruido de aquella fractura, es un día que no es fácil de olvidar.
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