Después de debutar en Newell’s, de jugar en los dos grandes de la Argentina (vistió las camisetas de Boca y River), de pasar por el fútbol del exterior, al “Negro” Gamboa le llegó el momento de colgar los botines: “Había firmado por un año en Argentinos, pero me agarró una pubialgia y apenas pude jugar 4 partidos”.
El post fútbol profesional se fue disimulando con el Showbol al lado de su amigo Diego Armando Maradona, con quien hablaba todos los días. Una tarde, Gamboa le dijo a Diego: “No quiero dejar el Showbol, es maravilloso, pero ya no me alcanza”. Entonces Maradona le preguntó: “¿Qué necesitás?”. Y Gamboa le dijo: “Quiero empezar a dirigir y saber si me podés dar una mano con la gente de Boca”. El jueves siguiente estaba Pompilio en la casa de Mancuso. Me dijo que no había problemas y me armó una reunión con gente del fútbol amateur. Tres meses después empezaba en la Quinta de Boca. Sólo lamenté tener que abandonar el proyecto que tenía y que pasaba por armar escuelitas de fútbol con respaldo psicológico para jugadores que quedan en el camino de la Primera y que esos jóvenes a su vez les enseñaran a chicos de la calle. Sueño con concretarlo alguna vez”.