"Yo quiero entrenar siempre...doble turno...triple turno si es posible...Y jugar. Si hago éso, tengo la mente y el cuerpo ocupados, entonces no pienso en lo que extraño a mi esposa e hijos", me decía Leo Burián el 27 de enero cuando en el local de HB Sport, junto a Héctor y Hernán Bar, hacíamos un mano a mano especial (diario, TV, redes) para El Litoral. A las puertas de sus primeros 100 partidos en el arco de Colón, los que cumplirá este sábado frente a Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza en el Cementerio de los Elefantes, las frases más importantes de ese "Cachorro" que pocos conocen en el Mundo Colón.
"Tengo dos nenes, un varón de diez y una nena de siete. Mi señora es maestra de escuela allá en Montevideo. Ellos se quedaron allá, yo vivo solito en Santa Fe"
"La verdad que no sé qué hubiera sido sino era futbolista, pero me hubiese gustado seguir estudiando. Hice escuela, hice Liceo, pero después corté por el fútbol. No sé bien qué, pero siempre me gustó el tema de la arquitectura. No se me dio, pero creo que hubiese arrancado por ahí"
"Soy del Interior de Uruguay, la verdad. De un departamento que se llama Cerro Largo, de la ciudad de Melo, que es frontera con Brasil. Me crié en un ambiente con cuatro hermanos, uno que ya falleció; tengo un hermano que está en Estados Unidos hace 19 años; una hermana y otro hermano, que vive allá en la ciudad de mis padres. Siempre fue una familia muy numerosa, de juntarnos siempre los domingos. Vivir en una ciudad de frontera en Brasil requiere que vayas a hacer las compras a Brasil, todo ese tema de ir a comprar. A la gente de esa ciudad le ayuda mucho con el tema de precios".
"Mi viejo era militar. Se tuvo que retirar al poquito tiempo de ingresar porque a un compañero se le escapó la escopeta, le dio cuatro tiros en la rodilla y lo dieron de baja por ese accidente. Y después se puso un negocio, iba a buscar la mercadería a Brasil y la vendía".
"Soy el más chico de los hermanos. La más grande es mi hermana, después sigue el que falleció, después tengo uno en Estados Unidos y otro allá en Uruguay".
"Cuando pasa lo de mi hermano (N. de R.: Daniel Burián, hermano de Leonardo y comisario mayor de la Policía de Cerro Largo murió a los 46 años luego de sufrir un grave accidente de tránsito en la ciudad uruguaya de Melo), estaba en mi casa, porque, hasta la tarde de ese día él estaba internado, estaba sedado, en un coma farmacológico, pero inducido, para que estuviera tranquilo nada más. Fue algo muy repentino, me llama mi hermana, a la noche, llorando, diciéndome "Fabi, se nos fue, se nos fue". Y que había tenido un derrame cerebral y había perdido la vida. Yo estaba acostado en la cama con mi hija; fue una noticia terrible esa, obviamente me puse a llorar. Tiré el teléfono. Al otro día me levanté, porque era muy tarde ya para ir manejando de madrugada y me fui al otro día. Pero fue una noticia, terrible".
"Mi hermano fue un hombre al que le gustaba el campo, los animales. Yo cuando estaba en la capital, él me llamaba y me decía "Vos sos un maricón de ciudad". Cada vez que iba me llevaba al campo. Montando a caballo yo era un desastre, me obligaba a subirme siempre al caballo; a la fuerza yo un poco me subía. Me hizo hacerme un hombre de campo. Pero sí, era así. Siempre me invitaba. Yo estaba siempre jugando en Montevideo, me invitaba, me hacía cortar el pasto y era como un pago por la estadía".