Sin embargo, cuanto más dura la parada, más personalidad como equipo. En ese contexto, si algo le faltaba al jugador-hincha, que fue campeón en San Juan, era recibirse de capitán. Y eso hizo Facundo Garcés, ante la ausencia del experimentado Paolo Goltz: se recibió de capitán con un grupo de marineros valientes en medio del Salado. Justo cuando a las carabelas les entraba agua por todos lados: 3 puntos de 12, cuatro sin ganar y muy cerca de los equipos del fondo. Ahí, en el peor momento, apareció Colón. Jugó contra Estudiantes, contra el muy malo de Nazareno Arasa y contra el dudoso VAR de Ezeiza.
Antes de esta seguidilla, muchos pensaban: “Colón es boleta”. Porque el equipo no estaba bien, la parada del Pedro Bidegain era complicada y la de Estudiantes “jodida”. Sacó cuatro de seis, respiró y su gente enloqueció desafiando el frío en las tribunas del Brigadier López como en las mejores noches.
Igual que esas jornadas de guerras y batallas, a este Colón le encanta navegar contra todos. Contra viento, marea, rivales, jueces en campo y VAR en Ezeiza. Cuanto más duro el desafío, mejor el rendimiento del “Negro”. Ahora, en dos semanas se viene Central que es casi imbatible en el Gigante de Arroyito. O sea, a la medida del ADN de este Colón de “Pipo” Gorosito.