De la Redacción de El Litoral
El equipo sabalero, que dirige Javier López, terminó 0 a 0 ante un Estudiantes que mereció más.
De la Redacción de El Litoral
Después de la eliminación de la Copa Argentina contra Acassuso, Colón tenía que elegir entre dos opciones para jugar contra Estudiantes: poner toda la atención de la mitad de la cancha para atrás con el objetivo de cuidar el cero en arco propio, conseguir un punto y tener una semana más o menos tranquila, o salir a jugar pensando en el arco de enfrente.
Hizo ésto último: decidió salir a jugar lo más lejos posible de su arco, atacar todas las veces que pudiera y, con las limitaciones que tiene, al menos en la primera mitad no le salió mal: le dividió la posesión de la pelota a Estudiantes en una parte de ese período -solo padeció algunos problemas en el retroceso cuando perdía la pelota en ataque- y tuvo algunas oportunidades de hacer un gol cuando la pelota pasó por los pies del Mago Ramírez, Cristian Llama y Gustavo Villarruel.
De todas maneras, pese a la actitud sabalera de intentar jugar de igual a igual, las más claras las tuvo el Pincha, sobre todo Guido Carrillo y Ezequiel Cerutti, que fueron ellos que más complicaron a la defensa de Colón, que hizo un muy buen trabajo y fue lo más destacado del equipo.
Pero los problemas para tener la pelota en el primer tiempo se profundizaron en el segundo. Colón la tuvo aún menos en la última mitad del partido y por lo tanto provocó menos situaciones de gol que en el primer tiempo. Apenas se limitó a agruparse ordenadamente en los últimos 30 metros de la cancha para tratar de cerrarle todos los caminos a los delanteros pinchas, lo que finalmente consiguió.
En realidad el Sabalero fue dos equipos: uno de la mitad de la cancha para atrás donde controló a los volantes y delanteros de Estudiantes, fundamentalmente apuntalados por la dupla de marcadores centrales Germán Conti y Franco Lazzaroni, y otro de la mitad de la cancha hacia adelante donde apenas si generó situaciones de gol en el arco defendido por Hilario Navarro, ninguna de ellas en el segundo tiempo.
Los demorados cambios de Javier López no hicieron otra que consolidar lo que el sabalero empezó a construir en el segundo tiempo: mantener el resultado y traerse a Santa Fe un punto desde La Plata. Fue un buen negocio sabalero que espera como pocos el receso por la Copa América.